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Shin Bo Min - (Castigo y muerte)

Venganza parte III.

8 de octubre

¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.

Gilbert Keith Chesterton

La misa del medio día había terminado. Varios feligreses estaban hablando entre ellos, mientras las religiosas se encargaban de los jóvenes y niños, quienes acudían a sus talleres de la tarde. El padre Siwon estaba despidiendo a los demás, mientras que el Obispo Shin saludaba a sus antiguos alumnos. Era como si la sombra de la oscuridad nunca hubiera llegado a ese lugar. Las personas estaban contentas y llenas de interés por sus charlas, que nadie se daba cuenta que, en realidad, todo eso era una farsa. Cada uno de los religiosos ahí presentes lo sabía con exactitud, sin embargo, trataban de no pensar en ello.

Cuando los saludos y demás hubo terminado, el padre Siwon se disculpó con los demás miembros y salió rumbo a su despacho. Le costaba estar presente alrededor de todo aquello, pero no podía hacer nada para evitarlo. Desde aquella charla con la hermana Jisoo, sus pensamientos y visiones de quien creía un buen hombre, se vieron truncadas por pensamientos pesimistas y llenos de incertidumbre. ¿qué pasaría si todo aquello era verdad? ¿qué sucedería con la iglesia, con su nuevo puesto y con la sociedad en general, si todo aquello llegará a saberse? Y, aun así, ¿qué clase de daño ha hecho en un alma joven como la de Yoongi como para llevarlo al aislamiento? Cada una de esas preguntas eran las que invaden su mente, pero no tenía respuestas para ello. Si bien había decidido confrontar a su mentor, cierto miedo de que fuera verdad todo aquello lo aterrorizaba, ayudándolo a desistir de la idea.

Estaba en una encrucijada, y no sabía cómo hacerle frente. Se sentía de cierta manera un cobarde por no hacerlo, pero a la vez, Sabía que debía enfrentarse a ello. La situación así lo requería. Y no solo por la gravedad del asunto, sino también, porque aquellos implicados estaban perdiéndose en sí mismos. La hermana Jisoo había colapsado de culpa. Su ánimo estaba por el suelo, y no podía evitar darse cuenta de la reticencia en la forma en que trataba las demandas del Obispo. Ya no sonreía o charlaba con los demás jóvenes. Se dignaba a cumplir con sus tareas y encerrarse a rezar en su habitación.

Y qué decir del Obispo Shin, su salud ha empeorado de una forma rápida y sin aviso. A perdido la falta de apetito y su sueño se ha visto interrumpido varias veces. Lo sabe porque lo escucha gritar de terror, o lo ve caminar por los pasillos dirigiéndose siempre al mismo lugar; la habitación de Yoongi. Pide y clama su perdón y, cuando logra verlo al día siguiente, solo puede llorar en silencio, porque el desprecio y el rechazo de aquel joven lo atormenta. Sabe que ha cometido un pecado atroz. Sabe que ha desgraciado la vida de quien dijo amar, pero se niega a dejarlo ir. Toda la culpa lo está consumiendo y no es capaz de pedir clemencia. Está condenado.

No obstante, quien alberga la mayor parte de sus pensamientos es aquel joven de mirada fría y desolada. Yoongi ya no es como antes y eso lo aterra en demasía. Su aspecto ha cambiado. Es alguien que ya no se relaciona con los demás, ni siquiera con la hermana Jisoo ha querido estar. Se la pasa deambulando en cada pasillo, mirando sin observar a cada persona y cada lugar que se le atraviesa. Permanece solo y distante. Cada vez que tiene la oportunidad, se escabulle fuera del lugar para ir a las calles y regresar cuando se pone el sol. El padre Siwon lo sabe, porque varias personas lo han visto sin descifrar el motivo de aquello. Le temen y han llegado a llamarlo demonio. ¿cómo no hacerlo? sus ojos ya no acogen la vida que una vez hubo en ellos. Era como estar viviendo en pena y lo único que podía hacer el padre Choi era rezar, rezar para que la calma y la paz llegará a su vida. Que Dios con toda su misericordia pudiera apartarlo de la oscuridad. Aquel joven necesitaba redención y tranquilidad.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora