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Los Min - Destrucción y final (parte III)

_ ¿Vendrás a cenar, bebé?

_ Lo haré amor, tan solo debo terminar este informe. Sabes lo importante que es esto

_ Lo sé, Tae, lo sé. Solo no tardes, esta bien. Tengo una sorpresa que darte 

_ Estaré en casa lo antes posible.

Kim Taehyung colgó la llamada, para luego dirigir su atención de nuevo hacia su portátil. A decir verdad, quería irse de inmediato, pues su novia había planeado una cena para los dos, luego de haber regresado de casa de sus padres.

No obstante, su descubrimiento de estos últimos días lo cambiaría todo. Era su mejor oportunidad de exponer los negocios turbios que se llevaban a cabo en las noches de Seúl y tratar de buscar justicia hacia las víctimas.

Mientras continuaba organizando su informe, vio como Jeon Jungkook, salía de la oficina de Kim Namjoon con la intención de dirigirse hacia él. Traía una sonrisa en su rostro y a pesar, de que no habían interactuado mucho, había descubierto que era muy fácil hablar con el sujeto y, que con un poco de tiempo, podrían convertirse en grandes amigos. 

_¿Buenas noticias, Jeon?

_ Eso me temo, Kim. Si todo sale bien, te enterarás en estos días. Ya lo veras_ Soltó Jeon, mientras una sonrisa orgullosa aparecía en su rostro. Era muy gracioso, a simple vista podría parecer un joven sin experiencia, pero al ver su trabajo, solo podías ver a un hombre en asenso en lo que respecta a su trabajo.

_ ¿Que te parece si tomamos un trago esta noche, eh? Yo invito

_ Lo siento, amigo. Pero tendrá que ser en otra ocasión. Tengo un compromiso esta noche

_ Oh, ¿Alguna chica o chico en especial?

Taehyung solo sonrió en respuesta, encogiéndose de hombros para restarle importancia al asunto. No le había hablado mucho de su vida privada a Jeon, pero sabía que algún día lo haría. Solo era cuestión de tiempo.

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Era casi las dos de la madrugada cuando Kim Taehyung abrió la puerta de su departamento, sabía que su novia lo mataría por semejante retraso, pero estaba dispuesto a pedir perdón de rodillas si era necesario.

Esta clase de situaciones, eran un principal elemento de sus discusiones. Sabía que a veces podía no cumplir alguna cita o se retrasaría en llegar a casa, ambos discutírian, y luego de la forma más comprensible lo solucionarían. Pero ahora, en medio de la madrugada, no estaba tan seguro.

En todo caso, cerro la puerta de su departamento para enfrentarse a lo que fuese. Sin embargo, todo estaba demasiado silencioso, lo cual era extraño. Quizás tan solo se canso de esperar y decidió irse a la cama.

Con eso en mente, dejo sus cosas en el sofá y camino hacia su cuarto para intentar conseguir un perdón y tal vez algo de cenar. Después de todo, ni había obtenido nada de comer.

Al llegar a la puerta se extraño en ver que esta se encontraba cerrada. Normalmente, cuando él no estaba en casa, su novia solía dejarla abierta para cuando le llegara. Sin embargo, tal vez seria diferente.

_ No puede ser bueno _ mencionó soltando un suspiro, mientras que sin pensarlo abrió la puerta. Por desgracia, el mundo cayó a sus pies una vez sus ojos captaron lo que sucedía.

La habitación estaba en un sepulcral silencio. Tan solo era iluminado por una de las lamparas de la mesa de noche. Habían cosas esparcidas y rastros de vidrios por el suelo. Era como si un huracán hubiera entrado por la ventana.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora