02

1.4K 222 10
                                    


Park Chi Min sabía que era un hombre diferente. Desde muy pequeño había aprendido que no todo siempre es como parece, que las cosas que sucedían a su alrededor eran el producto de decisiones constantes y fallidas. Y que, si debía sobrevivir, siempre tendría que buscar la forma de hacer lo correcto.

A la corta edad de diez años perdió a sus padres, quien había sido su tutor desde la muerte de su madre al nacer. La depresión de perder a su esposa había acabado con la vida de Park Sehun, llevándolo a una muerte segura a causa de una enfermedad cardiaca. Desde entonces, la custodia de Chimin había pasado de un lugar a otro hasta cumplir su mayoría de edad, o eso recordaba.

Su vida no había sido fácil, desde muy pequeño comprendió que había personas de toda clase a su alrededor. Desde algunos que querían tenerlo como otros que querían deshacerse de él. Sin embargo, eso no evitó que pudiera llevar una vida plena y satisfactoria. Era un hombre inteligente y feliz.

A sus 18 años recibió una beca para estudiar psiquiatría en la Universidad Johns Hopkins por haber obtenido grandes resultados en las pruebas nacionales. Lo consideraban un prodigio en ascenso, con futuro prometedor. Con el pasar de los años forjó una carrera envidiable, convirtiéndolo en uno los psiquiatras más reconocidos del gremio.

Su trabajo se especializaba en la psicología de la maldad, y cómo a través de la psiquiatría podía dar respuesta a los diversos comportamientos de personas que se encontraban fuera de sí mismas y con alteraciones mentales. Sus terapias eran muy bien ejercidas y en lo posible, buscaba dar una solución menos ortodoxa que la que se daba en aquel entonces. Se había convertido en un excelente médico, buscando siempre el bienestar y la salud de sus pacientes.

No obstante, hace dos años atrás. Hizo público el tratamiento de uno de los pacientes más complejos que pudo conocer, revelando una verdad que lo ha perseguido por años y que cobró a su paso su carrera profesional.

Desde entonces se ha apartado del escrutinio público, viviendo una vida sencilla y sin ningún arrepentimiento hasta ahora. Se sentía en paz consigo mismo y creía firmemente que lo sucedido había sido lo correcto.

Vivía en una casa a las afueras de la ciudad, en un pequeño pueblo vecino donde nadie sabía quién era. Su antigua cabellera castaña había desaparecido, dando paso a un cabello mucho más corto y menos llamativo. Sus elegantes vestimentas habían sido reemplazadas por vaqueros y tenis, mientras que su estilo de vida de la gran ciudad, había sido cambiada por una sencilla y modesta. Era un hombre nuevo y diferente, pero con la misma personalidad.

Aquella mañana, Chimin caminaba por la plaza principal de aquel pueblo. Icheon era muy acogedor y llamativo. Tenía lo suficiente para suplir sus necesidades y también para enterarse de lo que pudiera suceder en la gran ciudad. A pesar de que había dejado su vida en Seúl, aún permanecía informado de todo sobre la ciudad. Cortesía de un amigo a quien preferiría no mencionar.

Desde que despertó esa mañana, sabía que sería un día diferente. Había algo en su cabeza, anunciando que las cosas se volverán algo turbias por estos lares. Y no era para menos, había tenido dos años y medio de calma y tranquilidad después de los hechos y creía firmemente que luego de la calma, se acercaba la tormenta. Pero esta vez sería diferente, lo sabía con exactitud, porque esta vez estaba listo.

A decir verdad, no se había equivocado en sus suposiciones. Al regresar a casa, luego de sus compras matutinas, encontró un auto estacionado al lado de su Jeep Wrangler negro. Era una camioneta Hyundai Tucson modelo 2016, de color azul oscuro. Sus matrículas no pertenecían a Icheon, así que definitivamente era de Seúl. A un costado de este se encontraba un hombre que nunca antes había visto en persona, pero definitivamente sabía quién era.

Jeon Jungkook, era una cara conocida en la ciudad. Su trabajo periodístico ha sido uno de los mejores de todos los tiempos. Era alguien persistente, tenaz y muy inteligente. Lo que no esperaba es que fuera también alguien muy atractivo, más aún en persona. Llevaba su cabello negro algo alborotado, a decir verdad. Sus ojos eran cubiertos por unos lentes de sol de color negro. No había rastro de ningún vello facial por el momento, haciendo relucir su cara un poco más joven de su edad. Llevaba puesto unos vaqueros algo desgastados y una camisa de oficina, acompañada de un saco color café. Era una apariencia relajada, pero con cierto toque de seriedad. Sin embargo, no era su tipo.

_ Señor Jeon _ dijo mientras caminaba un poco más cerca. Jungkook no se había percatado de su presencia, así que cuando escucho su voz se sobresaltó un poco, cambiando su estado de concentración en su teléfono a uno un tanto nervioso. No obstante, al momento de mirarlo su estado cambió a uno de asombro que fue percibido de inmediato por el Dr. Park.

Ante él se encontraba un hombre hermoso, de cabello corto. Sus ojos eran mieles y profundos, bordeados por pequeñas pecas diminutas. Tenía la sensación de que podía ver a través de él. Su nariz era pequeña y sus labios eran de color cereza. Era alto y delgado y a pesar de todas sus expectativas, era mucho mejor en persona.

_ Dr. Park, es un placer conocerlo. Soy Jeon Jungkook, trabajo para The Seúl Post y he venido porque me gustaría hablar con usted _ dijo mientras extendía su mano en modo de saludo. Estaba nervioso, lo sabía perfectamente, pero se negaba a demostrarlo. Se había enfrentado a cosas mucho peores y esta no iba a ser la excepción.

_ Sé quién es, señor Jeon. Es un placer conocerle. Y por favor, llámeme Chimin. Hace tiempo que deje de practicar la Psiquiatría por lo que el término Doctor no será necesario.

_ Bien, en ese caso. Usted también puede llamarme Jungkook. Me sentiría más cómodo de ese modo _ Jeon se había quitado los lentes de sol, dejando al descubierto una mirada solidaria, pero a la vez decidida. Era la expresión de un hombre que sabía lo que quiere y había venido por ello.

_ De acuerdo, Jungkook. En ese caso ¿Le gustaría pasar? Me resulta curioso que un periodista como usted haya encontrado mi paradero. Pero más aún, me gustaría saber el motivo. Aunque puedo hacerme una idea.

_ Si, bueno... ya lo creo. Y sí, me gustaría pasar, si no le molesta claro.

_ En lo absoluto, adelante.

Chimin caminó hasta su puerta para abrirla, seguido de Jungkook quien no perdía detalle de la casa ante sus pies. Era realmente grande con deje de modernidad, algo un poco usual en Icheon. Se preguntaba cómo pudo conseguir un lugar así, pero eso se lo preguntaría más adelante.

Al entrar, la casa estaba decorada de diversas tonalidades de color blanco acompañada de varios arreglos florales. Desde los muebles hasta la cocina, estaba decoradas por colores mieles y blancos, dando una sensación de tranquilidad y acogida. Se había imaginado algo totalmente diferente y sí que estaba sorprendido.

_ ¿Le gustaría tomar un poco de café, Jungkook? Podríamos hablar mejor, luego de un par de tazas _ mencionó Chimin al verlo estático, observando todo a su alrededor. No se sentía incómodo por este hecho, sabía perfectamente que las personas hacían demasiadas suposiciones de su estilo de vida. Así que era de esperar la reacciones como la de Jeon.

_ Sí, me encantaría. Gracias.

_ De acuerdo, síganme por favor. Prepararé el café en la cocina y así podría ir mencionando el asunto que lo trae por aquí _ Ambos caminaron hasta llegar a la cocina. Esta era amplia y bastante iluminada, gracias a las puertas corredizas que daban hacia el jardín. Había una pequeña mesa de madera con cuatro asientos en dónde Jungkook tomó lugar mientras esperaba. Su mente estaba trabajando a mil por segundo y solo esperaba poder explicarse sin ningún inconveniente.

Luego de algunos minutos, el Dr. Park se acercó con dos tazas de café para ambos, mientras ocupaba una silla en la mesa. Quedando totalmente a la disposición de Jeon. Este dio un sorbo a su café, tratando de tranquilizar su mente para iniciar en dar respuesta, a lo que se había convertido en el trabajo de su vida. 

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora