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Llegar a Seúl no le tomó tanto como esperaba. El tráfico había estado a su favor y el plazo de Icheon a la ciudad, tampoco suponía un problema para Jungkook. Quería llegar lo antes posible al periódico y volver antes de que el Dr. Park pudiera arrepentirse.

Aún no dejaba de preguntarse ¿Qué había sucedido para que Namjoon necesitara verle? En sus últimos mensajes y correos sobre su trabajo, no había mencionado nada en particular. Sin embargo, el hecho de que lo llamara tan repentinamente no podría traerle nada bueno. Mientras conducía sobre la autopista principal, no pudo evitar pensar en todo lo que había escuchado hasta el momento. La particularidad con la que describió el Dr. Park a Min Yoongi, solo podía asemejarse a una especie de compresión y empatía. Tal vez se debía al hecho de que trabajo y lo conoció por mucho más tiempo que el resto de los demás. No obstante, la forma en que se perfila en su relato o cómo reaccionaba al pronunciar su nombre, le hacía pensar que había algo más en esa relación doctor -paciente y estaba dispuesto a averiguarlo.

Pero por más que pensaba en ello, no podía estar seguro del todo. Park Chimin, había sido el más implicado en los sucesos. Su carrera se vino abajo y su credibilidad también. Fue criticado y perseguido y se vio obligado a abandonar la ciudad cuando las cosas no pudieron más. Sus estudios y análisis fueron devaluados y el tema había sido archivado sin darle tiempo a defenderse. Viendo hacia atrás, entendía que eso sucediera de esa manera, era la iglesia quien se vio inmiscuida en ese escándalo. Y más aún, teniendo al que sería el próximo obispo ante el vaticano, como el posible perpetrador. Era increíble, como el poder podía subyugar a personas inocentes y transformar la mentalidad de sus adeptos.

Sin darse cuenta, Jeon acababa de llegar al estacionamiento del periódico. Tomo sus cosas y luego de asegurar su auto, salió rumbo a la oficina de Namjoon. Al entrar por el pasillo, el diverso desorden y caos de los demás empleados no se hicieron esperar. Ignoro los saludos educadamente y se dispuso a caminar a la oficina de Kim. Sin embargo, Jungkook se vio interceptado por Taehyung, quien con sus manos le hacía señas para que se acercara antes de dar un paso más.

_ ¿Qué sucede? _ pregunto en cuanto entro a la oficina de su amigo y este cerró la puerta con cuidado. Taehyung observó por la ventana y de una forma rápida, cerró las persianas para que nadie los molestara. Acto que llamó la atención de Jeon inmediatamente.

_ Lamento que hayas tenido que dejar tu trabajo, colega. Pero esto es importante _ La voz de Taehyung sonaba un poco preocupada y eso no era buena señal. En los años que llevaba trabajando junto a él, Jungkook se había dado cuenta de que muy pocas veces, su amigo se veía de esa manera, y cuando eso sucedía, era porque algo realmente grave estaba pasando.

_ Bien ¿Qué pasa? _ Jungkook dejó su morral en la silla y esperó a que Taehyung hablara de una vez por todas.

_ Un sacerdote ha venido a hablar con Namjoon ayer por la tarde. Quería hablar directamente contigo, pero al decirle que no estabas, éste solicitó hablar con tu jefe inmediato. _ dijo mientras tomaba asiento _ Cuando Namjoon se enteró, lo llevó a su oficina para poder charlar y ver lo que necesitaba. Ya sabes cómo es Nam, es muy amable. Sin embargo, el sacerdote se exaltó mucho y empezó a acusar de atentar contra la integridad de la iglesia y ofender la fe cristiana. Todos habíamos escuchado su sermón, y en cuanto salió lo hizo sin mirar a nadie, perdiéndose por los pasillos hacia el ascensor.

_ ¡¿Qué?! ¿Pero quién rayos era ese hombre? ¡¿Y qué quería conmigo?! _ No podía creerlo, era muy extraño que alguien como un sacerdote estuviera buscándome Y mucho menos que se comportara de esa manera. Todo esto había sucedido a tan solo unos días de iniciar mi investigación, y no hacía más que confirmar mis sospechas sobre este asunto.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora