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Un hombre yacía sentado en medio de la instancia, mientras el ruido de la noche se colaba por la ventana. A lo lejos, el sonido de grillos pululando en en el exterior aumentaba con el pasar de los minutos. El viento era leve, como si tratara de llevarse las cosas insignificantes de una manera lenta, pero concisa, acompañado de una suave respiración. Era una imagen graciosa, algo salido de cualquier melancólica película. Pero nada parecido a eso.

La realidad era que aquel hombre se estaba destruyendo poco a poco por dentro. Su cabeza era un infierno y su cuerpo un traidor por haberse aliado con sus pensamientos, privandolo de cualquier acción impulsiva. Si veíamos la situación actual, era conveniente que estuviera de ese modo, pero de nuevo, su mente le jugaba una mala pasada. Y aquellos sentimientos de ira y descontrol aparecían con el único propósito de volverlo loco.

En momentos como este, su padre le tomaría por los hombros y de la forma más directa y concisa le diría que tuviera paciencia. Que el éxito, es de aquellos a quienes no les cuesta esperar y trabajar por ello. Y que al final, todo habrá valido la pena. Sin embargo, él ya no esta. Y recordar eso, le hace preguntarse si realmente todo este maldito juego lo vale.

Es ahí cuando el sujeto que más admiro cambia por la de un chico de ojos profundos, quien no deja de observarlo. Como su voz resuena en sus pensamientos, como sus manos sostienen su alma y como de entregado y valiente, se enfrenta a sus demonios.

De nuevo, la imagen de Jimin se apodera de su mente junto con la conciencia de que estaba cautivo. Que ha sido golpeado hasta la inconsciencia y que no sabe en que estado pueda estar su hijo. Eso quizás, es lo que lo ha llevado al borde. Uno que hace mucho tiempo quizá dejar atrás, pero las circunstancias no lo han dejado.

No obstante, su único consuelo es saber que pronto acabaría con todo. Y obtendría su libertad y la libertad de la persona que ama.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de pasos acercándose. No tenía que ser un genio para saber de quien se trataba. Hoseok ha sido el único a quien ha permitido cerca.

_ Pensé que te encontraría dormido

_ No lo he hecho desde que se lo llevaron_ mencionó con una voz fría sin vida _ No es que pudiera hacerlo de todos modos. No sin él

Hoseok lo observó por un momento. Meditando si sería una buena idea acercarse o no. Jamás ha tenido miedo de Yoongi, pero en estas condiciones, necesitaría ayuda para calmarlo y eso es algo que no querría hacer por ahora 

_ Aún recuerdo ese día, ¿sabes? Ese maldito día en que aquel infeliz lo sostuvo de la mano y con su maldita sonrisa arrogante se mofó de todos, anunciando que se retiraría del trabajo familiar ¡Que imbeciles fuimos!

_ Supongo que era su forma de decir adiós.

_ ¿Lo era?_ preguntó girándose. Viendo a los ojos a su único confidente  Hoseok lo observó, sin apartar sus ojos de aquellos grises como la niebla. Era como ver a un hombre determinado y a la vez destruido.

_ No, yo no lo creo. Esa fue su manera de restregarnos en la cara que las cosas habían cambiado. Que nuestro propio juego había sido descubierto, sin habernos enterado.

Silencio siguió a esas palabras. Porque era un hecho que ninguno de los dos supo evadir. Ambos viajaron en el pasado, recordando claramente los sucesos de esa semana tan fatídica llena de caos y tristeza.

Los Min - Destrucción y final (Parte IV)

_ ¿Chimin?_ El Dr. Park levanto su mirada, quien había permanecido en su teléfono por los últimos 20min. Había recibido un mensaje de Boran, el cual, lo había dejado un poco pensativo - más de lo que se encontraba- distrayendole del todo. Hasta ahora

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora