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Kim Seokjin, adoraba su trabajo. Desde muy temprano supo a lo que quería enfocar su vida. Viniendo de un hogar pobre, las enfermedades no se hacían esperar. Pero todo eso le sirvió para llegar a donde estaba. Ahora bien, el no tener recursos no siempre fue su principal obstáculo. Ser gay, también lo fue. Sin embargo, de alguna u otra manera siempre encontró la forma de obtener lo que quería. Un ejemplo de ello, fue haber conseguido una beca para estudiar la carrera, terminarla con honores y empezar a trabajar en un buen hospital a las afueras de la ciudad. Sin contar con el hecho de que tenía el suficiente dinero para empezar una vida independiente. Tardo un poco, sí, pero era su espacio. En donde no solo podía pasar la mayor parte de su tiempo libre, sino también, darles rienda suelta a sus encuentros sexuales.

Estuvo enamorado, y fracasó en el amor como toda persona. Pero la experiencia le ayudo a comprender que la lealtad, es la herramienta más importante de todas. Nunca podría traicionar a nadie, incluyendo a sus seres queridos. Es por eso que hacía lo que fuera necesario por ellos. Más aún, si uno de ellos era un amigo cercano de quien consideraba el hombre de su vida. Namjoon llegó de la manera menos esperada e hizo todo lo posible para alejarlo, sin embargo, su determinación y fuerza que siempre lo caracterizó, fueron suficientes para hacerse con el hombre que amaba.

Mientras revisaba algunas cosas en su oficina en el hospital, el ruido de un teléfono celular que esperó jamás volver a escuchar, resonó en una esquina de uno de los cajones de su escritorio. Con algo de precaución, lo saco de dónde se encontraba y al rectificar el identificador, contestó con algo de nervios.

_ ¿Doctor Kim?

_ Con él habla

_ Necesitamos de sus servicios nuevamente. Es urgente y no podemos aceptar una negativa de su parte.

_ ¿Es de nuevo su cliente anónimo?

_ Me temo que sí. Le daré los detalles en cuanto nos veamos en media hora. Solo podemos contar con usted, doctor. Y de nuevo, siguen las instrucciones de la última vez.

_ De acuerdo.

Sin más, colgó el teléfono llevándolo a uno de los bolsillos de su bata. Tenía el presentimiento de que sería usado una vez más esta noche. Tan solo le quedaba aguardar las instrucciones y pedir al cielo que esta vez, no fuera nada grave.

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Un par de autos negros divisaron la entrada de emergencias de un hospital a las afueras de Seúl. Estaba cerca del inicio de la ruta de Daegú, así que no les tomó tanto tiempo en llegar. Dos hombres sostenían el cuerpo de un joven que aún no había recuperado la conciencia y que, por breves periodos de tiempo, temblaba expresando de sus labios palabras incoherentes. Jungkook no apartaba la mirada del rostro de Jimin. Estaba sumamente angustiado y preocupado de que algo grave estuviera sucediendo, pero más aún, estaba intrigado de que Yoongi no hubiera objeta nada cuando sugirió la asistencia de un médico.

Por otro lado, Yoongi no dejaba de acariciar el cabello de su pequeño. Recitando palabras de amor que pudieran calmar sus preocupaciones. Era la primera vez en mucho tiempo que lo veía de esa manera y en todo lo que podía pensar era en su bienestar. Si algo pudiera sucederle, sabía que no podría resistirlo.

Los autos se detuvieron en la entrada del hospital, mientras los dos hombres sin tiempo que perder, sacaban al chico del auto. Ahí, en frente de ellos, se encontraba un hombre de bata blanca con un aspecto muy atractivo. Al estilo de un actor retirado y, junto a él, el hombre encargado de la presencia del doctor.

_ ¿Qué sucedió?

_ Lo encontramos inconsciente fuera de la casa. Tiene una fuerte fiebre y ha estado temblando desde hace más de unas horas _ Mencionó Jungkook sin detallar mucho el rostro del doctor. Sus ojos solo podían observar a Jimin en esa camilla mientras era transportado al interior del lugar.

_ ¿Algo que haya comido? ¿Alguna cosa de la cual sea alérgica?

_ Ninguna.

Por primera vez, Yoongi hablo en todo lo que llevaban de trayecto. Su mirada gélida y glacial fue dirigida al médico que se detuvo ante la voz que escuchó a junto a él. Era la primera vez que aquel sujeto, cuya condición ha mejorado desde la última vez, dirigía sus palabras. Nunca pensó que volvería a verlo, hasta que aquel sujeto llamado Hoseok lo volvió a contactar.

Sin tiempo que perder, llevó al paciente a una sala de urgencias para ser revisado. Sería él nada más, pues así habían sido las indicaciones. Pero antes de ingresar por la puerta para personal autorizado, giró su rostro una vez más para ver a los presentes. Grande fue su sorpresa al ver a Jeon Jungkook entre ellos.

Con eso en mente, se dispuso a revisar al hombre, a quien reconoció en un instante. Park Jimin yacía inconsciente en medio de una sala de urgencias en la mitad de la noche. Y no solo él se encontraba ahí, sino que también estaba Jungkook y el hombre, cuyo rostro jamás ha podido olvidar.

Siendo fiel a su juramento de médico, pero también a su amor. Decidió llamar al único hombre que podría saber de todo esto sin salir herido, incumpliendo con una de las tantas reglas por su eterna lealtad.

_ Hola cariño. ¿me extrañaste?

_ Sabes que siempre lo hago. Pero ahora, necesito que vengas al hospital

_ ¿Qué sucede? ¿Le sucedió algo a Jackson?

_ No, claro no. Pero encontré a un par de ratones que se te habían extraviado.

Un silencio se hizo presente, seguido del movimiento de algunas cosas.

_ Voy para allá. Por favor, haz todo lo posible para retenerlos. No sé cómo paso esto, pero es un milagro.

_ Amor, hay algo más que debes saber. No están solos.

_ ¿A qué te refieres?

_ Min Yoongi está con ellos.

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Kim Taehyung se encontraba en su auto a las afueras del edifico Seúl Central. Luego de su reunión, las cosas habían cambiado un poco con los planes. Ahora debía seguir paso a paso a Namjoon, pues sospechaba que él sabría el paradero de Jeon y Park. Estaba algo renuente al principio, pero al ver al hombre subir a su camioneta en medio de la noche, no dudo un segundo en seguirle sin que Kim se diera cuenta.

Encendió su auto y con un cigarrillo en la boca, condujo detrás del hombre hasta salir por la vía principal. Tal parece que su objetivo era salir de la ciudad y estaba dispuesto a que así fuera, pero la camioneta de en frente, giro en un desvío hacia un hospital general. Se detuvo a unos metros atrás y con cuidado, vio como el hombre entraba apresurado por la sala de urgencias.

Sin esperar nada, salió del auto y camino hasta la entrada del lugar percatándose que varios hombres se encontraban rondándolos. Enseguida supo que alguien más estaba ahí y no se iría sin descubrirlo. Con cuidado, refugiándose en su chaqueta, vio por el pasillo izquierdo como Namjoon entraba a las puertas automáticas de personal en espera. Pensó que eso no serviría de nada, pero al abrirse estas revelo lo que tanto había esperado.

En silenció y sin que nadie se percatara de su presencia, salió del lugar rumbo a su auto en mitad de la bruma de la noche. Al llegar, cerró con seguro, como si eso lo respaldara del enemigo y con manos rápidas marco el número que tan bien conocía. Dos tonos fueron suficientes para que del otro lado contestaran su llamada.

_ Los encontré, están en el Hospital general, cerca de Daegú a las afueras de Seúl. Hay varios hombres cuidando el lugar. Estoy seguro de que Min está ahí dentro.

_ Muy bien. No hagas nada. Iré de inmediato.

El sonido de la finalización de la llamada resonó en el lugar. Trayendo consigo un sentimiento de incertidumbre y la renovación de una sed de venganza. 

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora