PANDORA - YOONMIN ADAPTACIÓN

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POV JIMIN

Cuando era pequeño y solía esconderme en los callejones de la ciudad. Tarareaba una melodía que no lograba sacar de mi cabeza. No recuerdo muy bien en donde la escuché, o sí aquella voz en mis memorias pertenecía a alguno de mis padres. Sin embargo, era un hecho de que aquella canción permaneció en mi subconsciente desde siempre. Fue entonces que me prometí nunca olvidarla, pues el miedo se iba y una sensación de protección se apoderaba de mí.

No obstante, con el tiempo, aquella melodía se volvió el permanente recordatorio de la existencia de un ángel. Y, aun así, a pesar de los años, aquella melodía volvió a tomar un nuevo significado.

Pero entonces, ¿Qué habré hecho mal? ¿por qué en medio de la incertidumbre y la seminconsciencia, no puedo sentirme tranquilo? ¿es porque ya no funciona como debería? O simplemente ... ¿es el castigo por mis pecados? Ya nada es como antes, no somos como antes. Y quizás se deba a que el destino al fin nos ha encontrado ... como ahora.

Abro mis ojos, en medio de la oscuridad de la noche. Aquellos hombres que han permanecido en la habitación se han retirado por un momento. Y, sin embargo, sé que no tengo medios para escapar. Taemin lo ha propuesto de ese modo. Él siempre ha sabido como doblegarme. A pesar de eso, no soy tan tonto como para intentar algo. No podría de todos modos, y no es porque sienta temor de aquel hombre repulsivo. Es porque sencillamente, no estoy solo. Y esa debería ser razón suficiente para no intentar absolutamente nada.

Tan solo me quede aguardar, esperar como siempre lo he hecho, porque sé que él me encontrará. Estoy seguro. Y cuando eso suceda, el infierno llegará a nosotros de nuevo.

En medio de la penumbra, dirijo mi atención a la pequeña ventana que me acompaña. No reconozco el lugar en el que estamos, pero no debe ser lejos de la ciudad. Hasta ahora, no he sentido la necesidad de preocuparme, pero quien sabe, a lo mejor eso pueda cambiar luego. Mientras observo, los escasos autos que se asoman en la entrada, diviso a varios hombres que en el pasado existieron, y que aún permanecen aquí. Aquellos colegas y subordinados cuyas vidas, fueron salvas por los Min. Y, a pesar de todo, tuvieron la osadía de traicionarles. De solo recordarlo, no puedo evitar pensar en Guesuk y Jae In, y aquella conversación – una de tantas- que mantuvimos en secreto y que me brindó la oportunidad de conocerles.

_ La vida, Jimin, es un circuito de oportunidades. Algunos toman las que pueden y otros solo prefieren tomar aquellas acordes a su beneficio. Pero ¿que sería la vida sin lealtad ni traiciones? Nada. esa sería la verdadera respuesta. Sin embargo, ella misma te ofrece salidas inexplicables y te brinda el poder necesario para subyugarla.

Una leve sonrisa apareció en mi rostro al recordar aquella conversación. Aquella que nunca podré olvidar, y que daría lo que fuera para volver a tenerla.

Me hice a un lado para regresar a la cama. Aún podía sentir algo de mareo, pero no era impedimento para tratar de buscar algo que pudiera servirme para lo que se avecina. No obstante, antes de que diera un paso más, la puerta se abrió revelando a mi verdugo.

_ Veo que has despertado ... ¿Cómo te sientes?

No respondí. No era necesario de todos modos. Lee podía verme perfectamente. Sin embargo, sabía que había algo más acerca de su repentina visita.

_ Espero que te sientas cómodo durante tu estadía aquí, cariño. Pasaremos un largo tiempo juntos y créeme. Te va a gustar.

Lentamente, dejo a un lado su saco y caminó de regreso a la puerta, solo para colocar el seguro. Al parecer no quería que nadie nos interrumpiera, y eso solo pudo fastidiarme. No podía sentir miedo, ni mucho menos terror. Así que deje que mi ira me consumiera por haber tenido la desgracia de ser secuestrado por este bastardo.