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Algo iba mal. Lo sentía muy profundamente en su pecho. Desde aquella mañana en que despertó en medio de un mar de sudor frío, el padre Choi sabía que algo malo se avecinaba.

Todo el asunto de lo sucedido en el orfanato. La muerte de su mentor y el caos que ha desatado su silencio, han robado su tranquilidad y su paz. Dejándolo en un estado de constante miedo. Su cuerpo ya no era tan resistente como antes, pero lo que más le preocupaba, era la fortaleza de su mente y su corazón.

En momentos como este, se preguntaba si realmente todo eso ha valido la pena. La constante oscuridad y silencio que han afectado su vida ha sido suficiente para hacerse aquella pregunta una y otra vez. Pero entonces, ¿qué derecho tenía a recriminarse? Siempre ha sabido que cada acción traer consigo una consecuencia y él, hace muchos años atrás, había decidido la suya.

En todo caso, lo único que podía hacer era esperar. Y ser partícipe de las acciones que sabe que tomará en un futuro. Y, sobre todo, pedir misericordia y perdón por todos sus pecados.

Ahí en medio de su despacho. Vinieron a su mente la primera vez en que el padre Shin le habló sobre Yoongi. Fue un poco después de su integración a la iglesia en la ciudad. Y si bien lo había visto en persona, no sabía todo lo que existía detrás de aquel joven aún.

*****

_ Es un alma incomprendida _ mencionó aquel hombre mientras veía como un joven con una belleza indescriptible se perdía en el pasillo.

El padre Choi lo había visto un par de veces. Pero nunca ha intentado hablar con él. Ha escuchado de los demás, que no pronuncia ninguna palabra. Ni siquiera al padre Shin. Provocando que albergará en su corazón curiosidad.

Acababa de llegar a Seúl, para ser el reemplazo del padre Bo Min en su tarea en la iglesia de esta ciudad. No se extrañó del todo, ya que estaba aspirando para un cargo como este. Pero cuando la santa sede le dijo a quién reemplazaría, no lo dudó ni un segundo más y aceptó. En toda su carrera sacerdotal, Shin fue su mayor influencia. Fue él quien le mostró el camino de su fe. Y de cierta manera, le brindó el apoyo y la comprensión que necesitaba.

Mientras observaba, la forma en la que el padre Shin Bo Min observaba a aquel joven, no pudo evitar preguntarse ¿Era él, al igual que lo fue Siwon en aquel entonces, un joven de mucha importancia en la vida de su mentor? Probablemente, aquellos ojos no podían ocultar los sentimientos que despertaban en el hombre a su lado. Pero también, se dio cuenta que había mucho más que solo buenos sentimientos. En ellos también encontró miedo y profunda tristeza.

_ Es alguien importante para usted, no es así.

El sacerdote se giró al escuchar tal afirmación. Se sorprendió un poco por la forma tan rápida en la que su antiguo discípulo había descubierto la verdad. Pero al comprender de quién hablaba, debía de suponerlo.

_ No tienes idea.

Ambos se miraron y continuaron en su caminata. Siwon siendo un poco más consciente de la existencia de aquel joven. Y el gran efecto que ejercía en su mentor.

*****

Quien diría que años después, ese mismo joven, sería la principal causa de su declive.

Mientras regresaba a la realidad, sintió como la puerta de su despecho era golpeada. No esperaba nadie, así que cuando la hermana Jisoo se hizo pasó en compañía de un hombre que jamás había visto antes, se sorprendió en sobremanera.

_ Padre, lamento molestarlo. Pero este caballero ha insistido en querer verle. _ mencionó la hermana, mientras veía al hombre a su lado.

Siguiendo su dirección, el padre Choi detalló un poco a aquel extraño por unos segundos. Era un hombre bien vestido, al parecer de gran subsidio económico. Su cabello era rubio, bien peinado, en conjunto con una incipiente barba que lejos de verse desaliñada, se veía decente. Era alguien que sabía lo que aparentaba. Sin embargo, lo que realmente llamó su atención, fueron los ojos que lo observaban con cierto grado de... ¿provecho?

_ Que mal educado soy. Perdón por presentarme de esta manera, padre. Mi nombre es Lee Taemin. _ dijo extendiendo su mano en modo de saludo.

_ No se preocupe. Mucho gusto. Soy el padre Choi. Es un placer. _ Siwon estrecho la mano de ese hombre y no pudo evitar sentir cierto escalofrío en su columna.

_ Los dejaré en privado, padre _ la hermana Jisoo se despidió de ambos y antes de salir, le dedicó al padre una mirada de inquietud. La misma que él podía percibir que tenía. Al parecer, no era el único que se había sentido alerta en presencia de ese hombre.

_ Bien señor Lee. En qué puedo ayudarle.

El hombre, mirándolo detenidamente. Sonrió en respuesta, para luego abrir su saco y sacar una fotografía de su bolsillo interior. Para luego extenderla hacia el sacerdote, quien no había dejado de observarlo. Al tomarla, su corazón se detuvo por unos instantes sin saber realmente qué hacer. Ante él yacía la imagen del hombre que torturaba sus noches. Y era el principal causante de su agonía.

No sabía qué decir, estaba realmente sorprendido y algo nervioso de pensar que, aquel hombre, quien no le inspiraba buena espina, tendría algo que ver con ese sujeto.

_ Puedo suponer que sabe quién es, padre. De hecho, estoy muy seguro de que lo conoce. _ Mencionó el hombre, mientras sin pedir permiso se sentaba delante del sacerdote.

_ C-como...

_ Digamos que llegué a tratar con él por un buen tiempo. Pero siempre tuve curiosidad del lugar que provenía. Lo cual nos lleva a aquí, a usted padre.

En un rápido movimiento. El padre Choi extendió de nuevo aquella fotografía hacia su visitante. No tenía nada que decir sobre él y mucho menos a un extraño que, al pasar cada minuto, lo ponía muy nervioso.

_ Debe estar equivocado, señor Lee. No conozco a aquel hombre. Jamás lo he visto en mi vida _ mencionó mientras se ponía de pie para caminar hacia la salida de su estudio. Pero antes de que pudiera hacer más, la voz de aquel hombre lo detuvo por completo.

_ Creo que no me está entendiendo, padre. Ha venido hasta aquí para que me hable de aquel sujeto. Y no me iré hasta conseguir lo que quiero. Como verá, no soy un hombre paciente.

Si antes realmente estaba nervioso, ahora todo su cuerpo se congeló por las palabras dichas de su visitante. Ahí en medio de su despacho, estaba siendo apuntado con un arma, que sabía que estaba en las manos de un hombre, dispuesto a disparar.

PANDORA  - YOONMIN ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora