Casada con mi Crush

Capítulo 5

La para nada dolorosa caída.

Me dispongo a abrir la puerta, ya que acaba de sonar el timbre, estaba en mi sofá, viendo en la televisión, una de mis telenovelas favoritas, "Pasión de Gavilanes", no me juzguen es culpa de Dos. Como iba contando, abro la puerta y me encuentro con el estupido de Eros. Me pongo a mirarlo, lleva una camiseta de Adidas, dios Adidas, no Nike ni nada por el estilo y lleva a juego el pantalón de Adidas, viene muy deportista... no?

Será para ponerse a correr, porque lo estás violando con la mirada!! Recuerda que es un estupido!!

Después de echarle un vistazo a todo su majestuoso cuerpo, lo miro a los ojos y veo que me está mirando. Podríamos quedarnos así, parados, pero mágicamente él habla y la caga:

— ¿Me vas a dejar pasar o nos quedamos todo el día mirándonos? - abro los ojos como platos y siento rubor en mis mejillas, desvío mi mirada y me echo a un lado para dejarlo pasar. Él se queda mirando cada rincón de la casa, como si quisiera recordar algo.

Deja de mirarlo, estás babeando por él, nos trató mal, no se merece nada de nosotras.

Tiene razón Ruperta, me trató mal, pero no puedo dejar de mirarlo, es como si fuera un imán, yo estoy atraída por él, pero él parece ser que su imán que no está atraído por mi. Intento dejar de mirarlo y me siento en el sofá, siguiendo con mi telenovela, me acabo de perder un gran cacho, por culpa de este troglodita.

— ¿Te vas a quedar ahí mirando una telenovela? Cualquiera chica desearía estar conmigo ahí arriba haciendo cosas en la cama... - Lo miro y él me mira con una sonrisa arrogante y siento como la sangre se acumula en las mejillas. — Además vas a ser mi esposa y todo esposo necesita cubrir sus necesidades.

— Eres muy molesto y como bien has dicho "vas a ser mi esposa", todavía no lo soy y no se puede hacer nada, que es pecado. - Sonrío maliciosamente, al ver su cara de fastidio. ¿Molesto niño rico? No te queda ni nada.-

— Era una broma, no te voy a tocar con un palo, me das asco, pobre de mierda. - Yo solo ruedo los ojos, porque estoy segura de que al final va a caer rendido a mis pies.

— Lo que tú digas.. - sigo con la tele y el se queda ahí de pie. Después de un rato, se sienta en el sofá, no sé porqué estoy tan nerviosa, si está a 2 metros de mi. Le echo un vistazo y esta mirando la telenovela, con el ceño fruncido, parece que está muy metido, ya que está pasando algo malo en la telenovela. Es eso o que no le gusta, claro.

— ¿Te vas a quedar mirándome o vas a seguir viendo la telenovela? - dice sin despegar la vista de la telenovela y yo desvío la mirada. — Después de que acabe, nos vamos a andar en bici. ¿Tienes bici, pobre de mierda? - Aprieto los dientes por la rabia y asiento. Cuando acaba la telenovela, él sale disparado hacia fuera y cuando salgo veo que tiene la bici fuera. Voy a coger mi bici en la parte de atrás de la casa y la saco. Me pongo encima de ella y doy una vuelta,para hacerme a ella, aun que me siento algo incómoda.

— ¿Vas a ir con vaqueros en bici? - lo miro y está con una ceja levantada, yo no soy capaz de hacer eso y me da envidia. Después vuelvo a repetir sus palabras en mi mente y mi vista va hacia abajo y me veo. Dios como voy a ir así, encima estos pantalones me quedan pequeños y me muevo mal con ellos. Dejo la bici apoyada en la pared y voy por el pasillo corriendo hacia mi habitación. Abro mi armario y veo mis únicos leggins al fondo de toda la ropa amontonada, mientras maldigo en voz baja, saco mi leggin negro. Me saco mi pantalón y me pongo el leggin. Me veo en el espejo del baño y me veo hermosa. No me acordaba lo bien que me quedaban estos pantalones. Salgo del baño y voy hacia la puerta y salgo por ella. Eros al verme me da un repaso y mi ego se eleva mucho más.