El baile de graduación.
Ha pasado mucho tiempo y dentro de dos semanas es el baile de graduación, Eros no lo menciona y tengo miedo de que no me diga nada, todo va tan bien, espero que me lo pida y sea hermoso, todo bonito, que me ame, me adore y todo sea de color de rosa...
Ehh, ¿alguien se podría creer que yo pienso así? Porfavor, si él no lo hace, lo haré yo, los tiempos cambian y la vida es muy corta chicos, así que arriesgaros, que a lo mejor tenéis suerte.
Hablé con Dos, para saber que decirle, estaba un poco distante, pero supongo que era, porque no tiene a nadie con quién ir. Ella puede venir con nosotros sin problema, pero bueno supongo que se sentirá incómoda.
De repente, visualizo a un chico moreno, cuyos ojos muestran todo lo que siente, en su caso sus ojos son el espejo del alma.
Cuando me visualiza un cierto temor crece en mi interior, pero se desvanece cuando esboza una sonrisa real y encantadora. Si antes la chicas se ponían tontitas, ahora por como actúa, son sus fans histéricas. Viene junto a mí a paso lento sin borrar la sonrisa de la cara. No sé que cara tengo ahora mismo, pero espero que no sea muy estupida.
— ¿Sabes? Te pareces a las chicas que babean por mí, o sea todas, aunque normal, mírame. - me sonríe y ruedo los ojos, molesta.
— Yo no soy como las demás, idiota. - se ríe y alzo las cejas.
— Ya lo sé, tu babeas más por mí, que todas ellas y sobre todo, tú me puedes tener pero ellas no. - me guiña y abro la boca indignada mientras frunzo el ceño.
— Yo no babeo por ti, babeo por Lucifer, que bueno está ese hombre, dios mío. - ahora es su turno de fruncir el ceño, le saco la lengua divertida y me encojo de hombros.
— Te van los mayores... tendré que cambiarme la edad. - se pone la mano debajo de la barbilla, pensativo y me lo quedo mirando con una cara de "really?" — Nah, no lo necesito, ya te tengo loquita. - hace un gesto con la mano restándole importancia y me cruzo de brazos.
— No me tienes loquita, necesitas algo más que palabras bonitas para enamorarme, Romeo. - me alejo y me agarra de la cintura, me pega a él y siento su respiración en mi cuello, mi piel se eriza, odio que tenga ese efecto en mí.
— Tu cuerpo no dice lo mismo. - me sopla en la oreja y un escalofrío me recorre el cuerpo. Parezco Kazama cuando Shin Chan le sopla en el oído. Pero obviamente no me voy a quedar quieta, empiezo a moverme y mi trasero roza a su amiguito, Eros se separa rápidamente y me río. Es tan fácil despertar a su amiguito. — No te esperaba tan astuta, princesita, menos mal que me he controlado. - siento mis mejillas rojas y me echo hacia delante para que el pelo las tape. Suena el timbre, empiezo a caminar y él me sigue al lado. Estoy viendo hacia delante, para no chocarme con nadie.
— Por cierto, ¿vas a ir con alguien al baile de graduación? - le miro y me mira pícaro, ya sabe lo que le voy a pedir.
— Pues la verdad, es que al principio, no iba a ir, pero estoy esperando a que alguien me diga si puede ir o no. - todo mi mundo se para, ¿Eros va a ir con alguien ya? Trago el nudo que se me ha formado en la garganta, asiento y no le digo nada. Apresuro el paso y lo dejo atrás, qué estupida he sido, con todas las chicas guapas que habrá en el instituto, irá con alguna de ellas, supongo. ¿Por qué iría conmigo? La primera clase, después de esa conversación, se pasó horriblemente mal. Me la pasé pensando en lo estupida que he sido al pensar que iría conmigo.
Al acabar la clase, Eros se pone en la puerta y no me deja pasar, intento todos los movimientos, pero nada, no hago contacto visual con él y miro hacia el suelo, no me apetece esto, nada. Me duele el pecho. No quería ilusionarme, pero lo hice. Creo que debería cambiar mi apellido Olivers por Ilusión.
— ¿Evelyn, qué te pasa?, has estado extraña desde que te dije lo del baile de graduación, ahora no me quieres ni mirar, ¿ocurre algo? ¿Dije algo mal? - hago contacto visual y puedo ver una mueca de preocupación en su rostro, inspiro hondo y aprieto los puños.
— Eros, no me molestes y vete con la persona, con la cual quieres ir al baile de graduación. - mi mirada es dura y fría, frunce el ceño confuso y ladea la cebeza.
— Así que es por eso. - de repente su rostro cambia a una sonrisa divertida. — ¿Estás celosa por la persona misteriosa que quiero invitar? - lo miro con las cejas alzadas y con la misma mirada. Él hace un baile con sus cejas divertido. Me está molestando, la sonrisa que tiene y la manera de preguntármelo tan directamente. Paso bruscamente por su lado y empiezo a andar. — Si quieres, puedes acompañarmos no te pongas así. - escucho su risa y camino mucho más rapido furiosa, con los puños apretados y el ceño fruncido. Si alguien me viera ahora mismo tendría miedo, porque parece que voy a pegar a alguien. — Princesita, la persona misteriosa eres tú. - escucho el grito y me detengo en seco, me giro y sigo con mi ceño fruncido.
— ¿Soy yo? Pensé que sería una chica guapa que es tu fan. - le digo cuando llega a mi lado.
— Tengo una fan mejor, que se muere por mí. - me guiña el ojo y le echo una mirada fulminante.
— No soy tu fan, que pesado. - se ríe y frunzo el ceño, no sé que es tan divertido.
— Yo no he dicho nada de que seas tú, si te das por aludida, es por algo, princesita. - sigo con el ceño fruncido y cuando me doy cuenta me pongo las manos cerca de la boca, sorprendida. Es verdad, no me dijo nada a mí.
— Pero dijiste "mejor" y como soy la mejor pues claro, es evidente que soy yo. - le doy una sonrisa ladeada y él niega con la cabeza divertido.
— Siempre tienes algo para replicarme, me dejas siempre mal. - me mira serio, negando con la cabeza.
— Bueno, te tendrás que acostumbrar, ¿no? - le sonrío inocentemente. — Por cierto, puede que esa persona misteriosa vaya contigo al baile . - me echo el pelo hacia atrás con la mano. Como cual diva.
— Me parece genial que esa persona pueda. Casi me lo pide ella a mí, pero fui más rápido, tal vez tenga más suerte la próxima vez. No sé, tal vez cuando nos casemos. - frunzo el ceño confundida y niego con la cabeza.
Llegamos tarde a clase, pero después de 10 minutos de bronca, el profesor siguió dando la clase. Las clases acabaron y nos fuimos a casa. Al estar cerca de los exámenes finales, Eros se iba a su casa. Quedaremos algunos días, ya que me va a ayudar a entender la maldita economía.
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Bueno aquí tenéis otro capítulo más.
¿Qué opináis?
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Casada con mi Crush
RomanceUn matrimonio concertado. Un chico rico y una chica pobre. Él, tiene una actitud mala. Ella, no se va a quedar callada. ¿Preparados para llorar, reír, odiar? ¿Serán la mejor pareja o la peor pareja? Eso solo lo sabrás, si te atreves a adentrar...