Capítulo 24

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Ocultar no es mentir.

Me despierto a eso de las 8:00, ya que en un par de horas tengo que recoger mi diploma de bachillerato. Estoy muy feliz por haber llegado hasta aquí, todas esas personas de mi pasado que decían que no podía, se han equivocado.

Levanto mi vista hacia mi escritorio y encuentro el vestido en la silla. Recuerdo el día del baile y una sonrisa tonta brota de mis labios, no puedo parar de pensar en lo bonito que ha sido, es como si fuera un sueño. Me dormí con una sonrisa y todo gracias a Eros.

Me hace sentir especial, me hace sentir única con lo que hace, con lo que me dice, es como si estuviera en una nube volando por el cielo, solo espero no estrellarme contra el suelo, porque a esa altura la caída va a doler.

Ha habido cosas malas, pero no quiero quedarme con eso. No lo sabe nadie, salvo Dos y Eros. No quiero volver a describir ese horrible suceso. Prefiero olvidarlo.

Hoy era el último día de instituto, no íbamos a dar clase y menos mal. Dentro de dos semanas, tendríamos que hacer Selectividad. Solo de pensarlo mis pelos se erizan. Los nervios me invaden. Mi cabeza empieza a dar vueltas.

Me pongo una blusa, unos pantalones vaqueros y unos tennis. Voy hacia el baño y me lavo la cara despojándome de todas las legañas que pudiera haber en mi cara. Me ato el pelo en una coleta baja y me pongo la base para ocultar las ojeras. Hago mis necesidades, salgo del baño, voy hacia la cocina y me encuentro a mi familia mirándome sonriente. Sabía lo que iba a pasar, me iban a hacer un interrogatorio. Creo que mis padres deberían ser detectives, se les da bien meterse en todo y hacer preguntas.

— Bueno, alguien tiene que contarnos algo, ¿no?- me guiña mi madre, mi hermana solo sigue sonriendo, disfrutando, cuando le pase a ella, la que va a sonreír voy a ser yo. Mi padre solo me mira curioso. Bufo molesta mientras ruedo los ojos.

— Inolvidable, pero lo que pasa en el baile se queda en el baile. Como en las Vegas. - me encojo de hombros desinteresada, escucho murmullos y quejas molestas. — Lo siento jeje. - los miro y les echo la lengua, divertida.

— Porque no hay tiempo que si no, te seguíamos interrogando, desayuna rápido, venga. - dice mi madre, salvándome del interrogatorio, aunque sabía que después no podría escapar. Desayuno, nos dirigimos hacia el coche y vamos al instituto.

— Nos tenemos que ir, pero disfruta de tu último día, pre-universitaria. - dicen a coro, como si lo tuvieran planeado, me río negando con la cabeza, vaya par de locos, tengo como familia. Me bajo del coche con una sonrisa.

El sol alumbra mi cara y solo espero no tener una cara extraña.  Tengo ganas de ver a Eros, a Dos, a mis amigos y a mis compañeros, vamos a todo el mundo. Estoy feliz y entusiasmada, se nota mucho, ¿verdad?

Cuando visualizo a Eros, veo que está hablando con una chica, cuando me ve, mi sonrisa crece más y él sonríe coqueto. Me pierdo en su mirada y voy andando hacia él.

— Eres tan guapa, princesita. - mi corazón da un vuelco y me río nerviosa.

— Cállate ya, hombre. - le pego la mano a la boca y él me da un beso, lo miro con las cejas alzadas, divertida. — Eres un cursi, no te imaginaba así, niño rico.

— No se lo digas a nadie, tengo una reputación que mantener. - me hace una seña de silencio y me río divertida. Me pongo seria y frunce el ceño, me hace caricias reconfortantes en los brazos.— ¿Hey qué pasa, princesita?

— Tú, ¿no te sientes mal o culpable por ocultar lo de la boda? Es que siento que estoy mintiéndole a toda nuestra gente. No tienen ni idea de lo que va a pasar, solo cuando se lo digamos. - sigue con la misma expresión y por primera vez, no sé que puede estar pensando.

— Princesita, ocultar no es mentir, no estamos mintiendo, solo estamos ocultando una pequeña verdad. - me abraza por la cintura y me agarro a su cuello, sonriendo.

Es mi calma, en toda esta tempestad, es mi luz al final del túnel, lo sé es muy cursi, pero es la verdad.

Vamos fuera para recoger los diplomas, estamos hablando, riéndonos, haciendo el idiota, cuando se para frente a nosotros, una chica morena, con gafas negras, tiene pinta de estudiar mucho, parece maja, está sonriendo y en sus manos lleva una especie de cinta negra (?

— Lo primero es que sois una pareja muy linda, lo segundo ojalá tener vuestra suerte, yo también querría tener algo tan bonito, ¿sabéis que sois un ejemplo a seguir de mucha gente? Eso es porque.... - wow, tiene pinta de ser muy maja, pero no para de hablar. — Oh lo siento, me pongo nerviosa al hablar con gente. - vale es muy adorable, es cuando ves a un pequeño osito o un cachorrito. — Bueno, lo que quería decir es que os fuisteis y al final del baile, a los alumnos les dieron la toga. Así que os la doy. - nos las entrega y se va dando saltitos, nos miramos y estallamos a carcajadas.

Nos ponemos la toga y vamos hacia los bancos, para ir a recoger los diplomas, cuando estamos todos sentados, la directora empieza a hablar, pero no me puedo concentrar, ya que Eros me está haciendo diferentes caricias. Empiezan a decir los nombres y los respectivos alumnos van saliendo a recoger los diplomas. Cuando me toca salir, tengo los nervios a flor de piel, tengo miedo de caerme y que todo el mundo me recuerde como la chica que se cayó al recoger su diploma. Me levanto y voy a por mi diploma.

Cuando llego, me dan el diploma y visualizo a Dos, sola, mirándome fríamente, desde ayer, no me ha dicho nada. Está muy rara, lo he hablado con los chicos y piensan igual, a Dos le pasa algo y tiene que ser algo que le está afectando mucho.

Fueron todos los alumnos a por su diploma y nos dejaron un rato libre, estaba hablando con una chica llamada Arlen, cuando alguien me coge del brazo y me arrastra hacia otro lado, le hago un gesto con la mano a la chica, para que no se preocupe, pero esta mira a la persona que me arrastra, desconcertada, me giro y veo que es Dos. Me la quedo mirando, sorprendida.

— ¿Has hablado con tus padres, sobre lo qué sucedió en el baile de graduación? - la miro desconcertada y niego con la cabeza. No la entiendo, a veces es super fría y luego otras veces se preocupa por mí, no la entiendo. — Tienes hablar sobre esto, joder Uno, es importante, no puedes callarte, tienes que actuar y que ese imbecil se pudra en la cárcel.

— No quiero recordar lo que pasó, quiero olvidarlo, tia. - cierro los ojos. De verdad que no quiero pensar en eso, solo de pensarlo mi cuerpo, tiembla.

— ¿Enserio, no vas a hacer nada? ¿Y todas esas chicas que no pudieron? ¿Te vas a quedar callada para que ese imbecil, vuelva a intentar violar a otras chicas? Si lo ha hecho una vez, lo va a hacer una y otra vez, sobre todo si no tiene un maldito castigo, joder, no lo hagas por ti, hazlo por todas esas chicas que no pudieron, tú si que puedes, así que no te calles. - Dos siempre ha hablado super bien, es una de las personas que mejor sabe razonar y sobre todo, no se mete contigo si tienes una opinión diferente, eso es algo fundamental y muy poca gente lo consigue. Ella puede lograr convencer a quién sea, como me ha convencido a mí, ahora mismo. Quiero que ese hijo de puta se pudra en la cárcel.

Después de la conversación, Dos me acompañó para que le contara a mis padres y no me escapara, cosa que no iba a hacer, porque me había convencido. Se lo conté a mis padres y se miraron entre ellos horrorizados. Fuimos a la comisaría y pusimos la denuncia.

Ahora tocaba esperar al juicio, eso era lo que más tardaba. Lo hago para hacer justicia y que ese chico no lo vuelva a hacer.

Si alguien pasa por algo como esto o algo parecido, no se debería callar, como lo iba a hacer yo. Debería contarlo. No te calles, cuéntalo.

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Aquí tenéis el capítulo, espero que os guste.❤️🥺

¿Qué le pasará a Dos?

Gracias por leer mi novela.🥰

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