Capítulo 30

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La boda (tercera parte)

Después de ese besazo, su hermana Aisha, empieza a andar hacia nosotros con los anillos. Los trae en una almohadilla roja aterciopelada. Tomo el de ella y se lo pongo. Ella realiza el mismo gesto conmigo. No se pasan desapercibidas las miradas y sonrisas que se echan las dos hermanas, cuando toma el anillo. Siento como mi corazón revolotea cuando ella pone el anillo en mi dedo anular.

Dios, parezco un adolescente hormonado, cuando hagamos otras cosas, me explotará el corazón y moriré entre terrible sufrimientos.

Y como nuestra boda tiene que ser única y especial, acordamos que nos daríamos un regalo. Le hago un gesto a Owen para que traiga el regalo. Ella se da cuenta de mis intenciones y le hace un gesto a la rubia alocada. Owen me entrega el regalo y al darse la vuelta se encuentra de frente con la rubia. No se pasa desapercibida la forma en la que se miran, casi se puede ver la tensión sexual en el ambiente. Mi mejor amigo le sonríe coqueto y ella le devuelve el gesto guiñándole el ojo. Miro hacia Eve con una mirada perversa y justo es la misma con la que ella me está mirando. Me río y niego con la cabeza divertido. La rubia llega hasta mi princesita, le da el regalo y se va a su respectivo sitio.

— Bueno como ya era hora de que tuvieras algo "real" para comunicarte. Te entrego este regalo. Creo que te va a gustar y si no quieres aceptarlo mala suerte, no se puede devolver, he tirado el ticket regalo. - me mira indignada, pero asiente poco convencida, mientras dice algo entre dientes que no logro comprender. Se lo entrego, lo desenvuelve y su cara cambia por completo, sus ojos y boca se abren. Es muy graciosa su cara, es el momento idóneo para sacar una fotografía. Me río a carcajadas tanto que me duele la barriga de tanto reír. Me la agarro con ambas manos, mientras lágrimas salen de mis ojos.

Al escuchar mi risa, sale de su estado de trance, se pone seria y me mira amenazadoramente. — Eros Smith Dark , te has pasado cinco pueblos ¿Cómo se te ocurre comprarme el último iPhone! ¡Este móvil tiene que valer un pastizal! Estás mal de la cabeza, ¿no? Y ¿qué hago si lo pierdo? Me da un infarto, o sea... - No para de hablar y estoy haciendo un gran esfuerzo para no estallar a carcajadas de nuevo. Le hago una seña con la mano, para que deje de hablar. Es tan graciosa, en la explicación que me está dando no ha dejado de mover los brazos, indignada.

— Como ya he dicho antes, no hay devoluciones. - me encojo de hombros y le doy una sonrisa inocente, me echa una mirada llena de reproche, mientras se cruza de brazos indignada. Sé que le ha gustado, ese brillo en los ojos le ha delatado. También sé que no lo va a admitir nunca, porque es muy orgullosa, no quiere que gaste dinero. Joder esas cosas de ella me encantan. Espero que no intente devolverlo.

— Pf... es que mi regalo no es tan caro como el tuyo. - frunzo el ceño, me la suda si es algo caro o no, si tengo un regalo de ella, estoy encantado. — Bueno como ya es hora de que tengas uno, ya que jamás te he visto con uno, te entrego este regalo. - me lo entrega, lo desenvuelvo y es un reloj. Me quedo mirando el regalo, asombrado. Me habían regalado muchos relojes antes, pero jamás los he querido usar. Puede que los que me hayan regalado, fueran más bonitos que este, pero el simple hecho de que me lo haya regalado ella, me parece el más hermoso de todos. Cuando levanto la vista, veo en sus ojos la duda y el miedo. Con un hilo de voz me pregunta: — ¿Te gusta?

De verdad que esta mujer me va a matar de un infarto de lo adorable que puede llegar a ser. Ella es mi perdición, mi punto débil. Puedo ser rudo, pero con ella soy la persona más blanda del mundo. Es capaz de destrozarme con palabras si así lo desea. Estoy jodidamente jodido. Le doy una sonrisa gigante y digo con la voz enronquecida por las emociones: — Me encanta princesita. - la abrazo y todo el mundo grita, mientras aplauden.

Caminamos cogidos de la mano para salir de la iglesia. Estamos solos, ya que todos han salido corriendo. En cuanto salimos por la puerta, llueven papelitos tan pequeños que parece arroz. Se escuchan aplausos y todos gritan "vivan los novios".

Nos subimos a un coche, el cual en la parte de atrás tiene un hilo con dos latas. El dueño del coche nos lleva a un local, que fue alquilado para cenar y celebrar nuestro matrimonio.



-_-


La cena nos la pasamos, riendo, cantando... Empiezan a hablar nuestros familiares y amigos, sobre lo que piensan de nosotros. A Eve se le escapan varias lágrimas de la emoción y me meto con ella llamándola "mapache". Ella se enfada y le doy un besazo sus pequeños, finitos y rosados labios.

Cuando acaban de hablar todos, vienen los bailes. Tenemos que empezar nosotros el primer baile, siento como ella se tensa, cuando la llevo hasta el centro de la pista. De fondo suena una canción lenta. La agarro de la cintura y ella me rodea el cuello con sus pequeños brazos. Apoyo mi cabeza en su hombro y nos dejamos llevar por la música. Después empiezan los bailes con más marcha y en el ambiente se siente el sudor, las risas y muchos sentimientos buenos...

Es el momento de sacarle la liga con la boca a la novia. Estoy muy nervioso, espero calcular bien y no morderle la piel. Tiene su pierna alzada en un pequeño taburete y cuando me agacho veo como sus ojos se oscurecen. Tiene el vestido un poco levantado y la liga está situada en unos cuatro dedos por encima de la rodilla. No sé que estará pensando, pero siento como una zona concreta de mi cuerpo palpita.

Se la saco, me levanto y la beso. Es un beso feroz lleno de lujuria y deseo. Al romper el beso por falta de aire, siento como jadea. Todos se han quedado callados y solo se escuchan nuestras respiraciones agitadas. Nuestras frentes siguen pegadas y siento que me quiero quedar así para siempre. Cuando logro controlar mi respiración sonrío.

Nos separamos, porque es el momento de que ella lance el ramo, para saber quién se casará próximamente. Está delante de los invitados con el ramo en las manos. Cuando lo tira hacia atrás, todo el mundo corre lejos de él, dando a entender que nadie se quiere casar.

Cuando se gira y mira el ramo en el suelo, frunce el ceño y todo el mundo estalla a carcajadas. Voy hacia ella y la abrazo por los hombros, pegándola todo lo que puedo a mí. Ojalá estar así de bien siempre.

Me haces muy feliz Evelyn Olivers.

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Aquí tenéis el último capítulo de la boda, ahora toca la luna de miel...

¿Creéis que pasará algo?😏

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Os quiero.❤️🤩

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Casada con mi CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora