Extra 4

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Nos conocemos todos o casi todos...

Estoy súper feliz, me siento súper bien, hoy es un buen día. Espero que nada lo estropee. Hoy nos vamos a juntar todos o bueno casi todos. Me sigue doliendo al recordar lo que le ha pasado a Aarón. Se fue demasiado rápido. En esos momentos nos damos cuenta de que la vida es demasiado corta como para vivirla con enfados y decepciones. ¿Le echo de menos? Sí, muchísimo, no lo voy a poder negar nunca. Pero siempre que miro hacia el cielo tengo una buena sensación, como si él estuviera ahí arriba cuidando de todos nosotros. Hay veces que incluso puedo escuchar su voz. Supongo que será mi imaginación, pero imaginarlo, me hace sentir feliz. Es como si aún estuviera aquí con nosotros.

De Owen sé muy poco, me duele mucho su distanciamiento, pero le entiendo. Lo poco que sé de él es cuando le pregunto a Arlet. Owen está muy cambiado, pero es normal dadas las circunstancias. Cada uno lo afronta de la mejor manera que puede. Solo espero que esté bien, estoy segura de que a Aarón no le gustaría verlo mal. Me da rabia pensar en lo que pasó. Son personas demasiado buenas para este mundo.

Hemos estado toda la mañana y parte de la tarde decorando la casa que Eros ha alquilado para hacer la fiesta. Estoy cansada. Hemos puesto un karaoke, una sala de videojuegos, hay incluso una piscina con un hermoso jardín. También hemos arreglado las habitaciones para que duerman aquí. Eros ha estado muy estresad, le he preguntado el por qué y me ha dicho que quiere tenerlo todo perfecto. Aunque siento que es algo más que eso.

Le veo, está caminando en dirección contraria a la mía. Le agarro del brazo. Necesita tomarse un descanso, dios.

— Hey, mírame. ¿Ocurre algo?

Le pregunto de nuevo y él me da una mirada que me hace sospechar. ¿Qué es lo que me está ocultando? Alzo las cejas, expectante.

— Pues yo... esto...

De repente se escucha el timbre y con una sonrisa voy corriendo hasta la puerta. Estoy curiosa por saber quién es. Escucho los gritos de Eros, pero no le hago caso y abro la puerta. Aparece ante mí una rubia, con los labios sonrosados y gorditos, tiene una nariz puntiaguda y muy envidiable, sus ojos de color miel, me están observando como si quisiera conocer todos mis secretos. Lleva puesto un vestido veraniego amarillo y unas sandalias. Frunzo el ceño cuando veo que tiene una gran maleta. ¿Y esta quién es? De repente deja de mirarme, su vista se posiciona en alguien detrás de mí. Esboza una sonrisa y empieza a correr hacia mi niño rico. Me giro para observar la escena y me encuentro de lleno con la cara incómoda y apenada de Eros. Me cruzo de brazos y enarco una ceja. No debería sentir celos, pero dios es que es guapísima. Parece una modelo.

Se distancian y sigo mirando a Eros, él también se me queda mirando, se aclara la garganta y se frota la nuca con la mano. Está nervioso. Traga saliva y se aclara la garganta para decir: — Princesita, ella es Nessa. La chica que te comenté.

Sí, me acuerdo, me había hablado de ella, pero no sabía que era tan guapa. Arrollando todos mis pensamientos negativos hacia ella, fuerzo una sonrisa y digo: — Oh... sí me acuerdo. Soy Evelyn, encantada.

— Asique tú eres la famosa dama. Le tienes loco.

Le doy una mirada fugaz a mi chico y me lo encuentro sonrojado. Vaya...

— Nessa, porfavor. Eso no se comenta.

— Oh sí que se comenta. Nos tenemos que poner al día, ¿no Evelyn?

— Vamos a tener tiempo de sobra para conocernos mejor, estoy segura. ¿Quieres algo de beber?

Necesitaba salir de ahí ya. Intentaba no pensar mal, pero es que es demasiado hermosa es mucho más hermosa que yo. ¿Y si...?

Casada con mi CrushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora