La traición.
Una semana después...
Ha pasado una semana, una semana en la cual he visto a Eros, he llorado por él delante suya y en la cual también me he entregado a él, cada día que pasa tengo más claro de que él es el hombre de mi vida y con el que quiero pasar el resto de mi vida. Espero no equivocarme. En estos días me ha mimado como si fuese una reina, me ha comprado todo lo que he querido, me ha dado mimos cuando quería y me ha repetido lo mucho que me ama para que según él no se me olvide.
Ahora mismo me encuentro con Emily y Arlet. Se llevan muy bien, tienen una personalidad bastante parecida, solo espero que eso no les provoque una pelea. Cuando les he contado lo que ha pasado con Eros, estábamos en el parque y se pusieron a gritar como dos locas poseídas. Tanto gritaron que asustaron a varios niños los cuales se pusieron a llorar, además de eso la gente se nos había quedado mirando mal. No me da vergüenza hablar sobre sexo con mis amigas, ya que en mi núcleo familiar el sexo nunca ha sido un tema tabú. Se lo agradezco tanto a mis padres. El sexo no debería ser considerado un tema tabú. Es algo normal y que la mayoría por no decir todas las personas van a experimentar a lo largo de su vida.
— Quiero mirar una peli, vamos a mi casa, nos pondremos a comer y a beber como cerdas. - dice Arlet de repente, Emily asiente y me las quedo mirando con el labio fruncido.
— Tú sí que sabes hermana. - se chocan la mano y me doy cuenta de que hace un rato que se acaban de conocer y ahora mismo están así de confiadas. Esta amistad la he creado yo, perras.
— Evelyn no querrá ir, porque no quiere engordar por Eros. ¡Viva la soltería!— Lo primero yo puedo comer lo que quiera, porque mi cuerpo es mío y si a alguien no le gusta que se vaya a freír unos espárragos y segundo Arlet tiene novio. - apunto con mi dedo a la rubia, acusatoriamente. Arlet cambia el color de su tono blanco como la nieve a uno rojo.
— No es mi novio, payasa, no digas mentiras.
— Oh, ¿entonces me lo puedo ligar? - dice Em toda inocente.
— ¡NO!
Emily viene hacia mí, pasa su brazo por mis hombros y dice: — Está enamorada de él.
—Sin duda alguna.
—Callaos ya o me comeré todo el chocolate. - dice Arlet cruzando los brazos, desafiante. Nos quedamos calladas al instante, no queremos que se coma nuestro chocolate. Al ver que ha lo conseguido, sonríe victoriosa. — Buenas chicas, vosotras sí que sabéis. Ahora vámonos.
Empezamos a caminar y en unos treinta minutos llegamos hasta la casa de mi mejor amiga. Nos preparamos la comida que vamos a comer mientras vemos la peli: palomitas, chocolate, patatillas... además de eso nos ponemos cómodas para elegir cual película vamos a ver.
— Una de amor, no. Me niego. - dice Emily cruzándose de brazos.
— Una de miedo menos. - dice Arlet fingiendo un escalofrío. La miro mal, las películas de miedo son mis favoritas.
— Veamos una comedia y punto, por lo menos nos reímos. - me encojo de hombros desinteresada. Ellas asienten, me río negando con la cabeza, si estamos de acuerdo en algo es un milagro.
Empezamos a ver la peli, sobre la mitad de la misma, no puedo respirar bien por reírme tanto. A ellas le está pasando igual. ¿Cómo la gente no se puede dar cuenta de que son dos hombres haciéndose pasar por mujeres? Cuando acaba la película ya es muy tarde y decido coger un taxi para llegar hasta el piso.
Tengo muchas ganas de ver a la persona que me estará esperando dentro del piso. Sonará cursi pero le he echado mucho de menos. Lo extraño. Tengo tantas ganas de ver la pasión, cariño y amor que reflejan sus ojos en cuanto me vea entrar por la puerta. Tengo ganas de sus mimos. De olerlo, porque sinceramente huele muy bien, el perfume que usa me calma y me hace sentir en casa. Voy tan embobada en mis pensamientos que no me doy cuenta de que ya hemos llegado, el señor carraspea para que salga de mi estado de ensoñamiento y digo con voz avergonzada, cogiendo el dinero correspondiente de la cartera: — Aquí tiene señor.
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Casada con mi Crush
RomanceUn matrimonio concertado. Un chico rico y una chica pobre. Él, tiene una actitud mala. Ella, no se va a quedar callada. ¿Preparados para llorar, reír, odiar? ¿Serán la mejor pareja o la peor pareja? Eso solo lo sabrás, si te atreves a adentrar...