Casada con mi Crush

Extra 3

Todo es una mierda.

Pov's Eros Smith.

Con un nudo en el pecho y con mis pensamientos siendo una maraña me voy del sitio donde está el amor de mi vida. Me parece tan injusto que no se ponga en mi piel. No quiero seguir aquí porque quiero olvidarme de todo. Pensé que ella me entendería, pensé que ella me seguiría.

Que iluso fuiste al pensar que te quería si lo hiciera, iría contigo.

Yo ya no sé nada. Tengo ganas de mandarlo todo a la mierda ahora mismo y quedarme aquí con ella, pero sé que no puedo hacerlo, sé que ahora mismo necesito irme y no puedo desaprovechar la oportunidad.

No tengo ganas de nada, no me apetece hablar con nadie, me apetece estar solo. Ni siquiera he esperado a Owen para despedirme de él. Seguramente la próxima vez que me vea, me va a matar y ojalá lo hiciera, así dejaría de sentir este agujero que siento en el pecho.

No sale de mi cabeza, ella está siempre presente en mis pensamientos. Estoy en el aeropuerto con los billetes en una mano y la maleta en la otra. Cuanto desearía que ella viniera a despedirse de mí, pero es muy orgullosa, la conozco muy bien y sé que no vendrá. Quisiera verla por última vez, quisiera besar sus labios por última vez. Joder, esto está siendo más duro de lo que pensaba. Esa mujer me tiene calado hasta los huesos.

De vez en cuando me comunicaré con mi mejor amigo para saber de ella. Me mataría saber que está con otro hombre, aunque no creo que lo haga. Mi princesita es muy lista y sabe que no puede hacerlo porque pueden descubrir que es un matrimonio arreglado. Cielos, ya no lo es, hace tiempo que ya no lo es, pero me gustaría casarme con ella de una forma más íntima. 

— ¿Se va a quedar ahí todo el día? - no recuerdo cuando he empezado a caminar, ahora mismo me encuentro en la cola para pasar el billete, ha sido algo inconsciente, estoy acostumbrado a los aeropuertos más de lo que me gustaría. Mis padres trabajaban mucho y me llevaban con ellos para que según ellos descubriera mundo.

— Em... no no, ahora voy.

— Dése prisa, no quiero perder mi vuelo.

Le doy mi billete a la chica del aeropuerto y ella me dice que está todo correcto y que puedo embarcar. Asiento y voy hacia el avión. Me giro para ver si hay alguien esperando, pero no hay nadie. Me duele el corazón, pero ahora mismo siento y pienso que es lo mejor para todos.

Después de 12 horas en el avión, tengo el cuerpo molido, solo quiero llegar al apartamento y ponerme a dormir, total no tengo otra cosa que hacer.

Me pillo un taxi y me deja justo en el edificio. Es un edificio gris con muchos pisos. Suspiro, espero que sea un buen año...

En cuánto entro en el apartamento, sale una chica rubia, de ojos color café, tiene los labios gorditos y sonrosados. Tiene cara de niña buena.

— ¿Tú eres el nuevo vecino?

— Parece ser que sí...  - le doy una sonrisa cálida. No quiero ser borde con mi vecina. Ella me echa un vistazo de arriba a abajo. Me froto con la mano la nuca, incómodo. Espero no haberle hecho ilusiones tontas. Por muy separado que esté de mi princesita, ella es la única mujer que quiero a mi lado.

— Um... no estás mal vecino. - se muerde el labio y alzo las cejas. Dios mío no puede ser. Le enseño el anillo en el dedo y abre mucho los ojos, sorprendida. — Oh, eres casado... pero no está ella... quiero que me cuentes todo lo que ha pasado.

Sin previo aviso me saca las llaves y entra en el apartamento con toda confianza. Bufo, dios mío la que me espera.

Un año después...

— Nessa no puedo seguir aquí. La mujer que amo está en otro lugar.

— ¿Me vas a dejar sola? Seguramente te olvidarás de mí... - hace un puchero, bufo molesto, es una maldita manipuladora. Lo ha sido desde el día que entró en el departamento con toda la confianza.
— Aunque bueno prefiero que te vayas, antes de que sigas llorando como un perro lastimero. Eres un pesado, ¿sabías?

Primero me pide que no me vaya y ahora me insulta. Gracias Nessa, eres muy amable.

— ¿Te recuerdo que he sido yo el que te ha cuidado en las noches de borracheras para que ningún baboso se te pegara? Que vas a hacer sin mí, ¿eh?

— Oh por dios, ser feliz.

Le echo la lengua como cual niño pequeño y ella me devuelve el gesto. Se ha convertido en alguien super importante aquí, es como una hermana pequeña para mí.

Tengo muchas ganas de ver a Evelyn, joder. Hace unas semanas vino Owen a verme, casi me mata, pero después no he dejado de preguntar por ella. No puedo más, tengo muchas ganas de escuchar su voz, de besarla, de tocarla... en vez de disminuir las ganas han incrementado las ganas de verla. Pero no sé si ella querrá verme. Me mataría saber que ella está feliz sin mí.

Siento un golpe en el hombro y me giro para ver quien me lo ha dado y veo a una pequeña Nessa con el ceño fruncido. Ups, seguramente me estaba hablando, mientras estaba perdido en mis pensamientos. Le doy una sonrisa inocente, pero ella no cambia su gesto. Hago el mismo gesto que ella y nos acabamos riendo.

— Eros, te hice una pregunta...

— Pues repítela.

Ella suspira fuertemente, como si tuviera que contener su paciencia. Pff, por favor si yo soy un amor de amigo.

— ¿Cuándo te vas?

— Mañana por la mañana. Muy temprano.

— O sea, ¿qué me vas a hacer levantar temprano?

— ¿Vas a venir a despedirme?

— Hombre, ¿qué te crees?

Le sonrío, la acerco a mí y le beso la frente. Quiero mucho a esta pequeña. La voy a echar de menos.

— Ahora vamos a beber. - choca mi vaso contra el suyo y se bebe la cerveza de una. Me la quedo mirando, negando con la cabeza. Esta mujer va a acabar conmigo.

Por la mañana...

Escucho el timbre y me levanto, veo a Nessa arreglada y yo todavía voy en pijama. Me entrecierra los ojos mientras se cruza de brazos. Ruedo los ojos, voy hacia mi habitación y me pongo la ropa. Preparo el desayuno para los dos, ya se ha vuelto rutina que ella venga a mi apartamento a desayunar conmigo.

Nos estamos tomando el desayuno y se me queda mirando triste. Se me encoge el corazón, a saber, que estará pensando.

— ¿Sabes? Te voy a echar mucho de menos. Te he cogido mucho cariño, idiota. Por favor no dejes de comunicarte conmigo... - me coge de las manos y llevo sus manos a mis labios.

— Nessa... no te vas a deshacer de mí tan fácilmente. Vamos a estar en contacto y voy a ser un grano en el culo para ti. No te preocupes.

— Ya... pero no será igual y lo sabes... - intenta secar sus lágrimas, pero no deja de llorar. Me levanto y le doy un abrazo. — Espero conocer alguna vez a esa chica que tanto me has hablado.

— Estoy seguro de que la conocerás Nessa. Lo harás.

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Otro capítulo más, solo queda uno más, personitas... Espero que lo disfrutéis.

Mucha gente quería saber, cómo se había sentido Eros cuando ha estado fuera. Bueno, pues aquí está el esperado capítulo...

¿Os cae bien Nessa?

Os adoro.❤️

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