Casada con mi Crush

Capítulo 44

El jefe quiere verte.

Un mes más tarde...

Me aceptaron para el puesto de trabajo y ahora mismo me encuentro trabajando y estudiando el curso de fotografía. Llego muerta a casa, lo único que quiero es acostarme en mi bonita y cómoda cama. No pensaba que el trabajo iba a ser tan duro. Tengo que atender llamadas, agendar citas, atender a clientes y llevarlos junto a las personas con las que quieren hablar. He estado un mes, un maldito mes trabajando y no he visto al jefe pasar por delante de mí. Solamente veo al representante. He preguntado por él y muchas personas dicen que han trabajado aquí por años y que jamás lo han visto. Me siento frustrada. ¿Cómo voy a arruinarle la vida, si no sé quién coño es? He decidido no hundir la empresa, porque he hecho grandes amigos aquí y mis compañeros son muy majos. Además muchos de ellos no sabrían donde trabajar cuando toqué el tema de si la empresa se arruina.

En cuánto a los estudios de fotografía me encuentro muy bien. Soy muy buena y creo que soy la mejor de la promoción. Chúpate esa, bruja asquerosa. Pero soy la mejor porque siempre estoy repasando los apuntes, porque sé que en cuanto llegue a clase me va a preguntar a mí. Con el paso de los días me he unido cada vez más a Aarón, hay cosas que todavía no me cuenta, pero me siento feliz al estar a su lado. Nunca pensé que alguien me iba a hacer sentir tan bien como lo hace él. Me ha contado que ha estado con pocas chicas y que a la mayoría solo las vió una noche. También me dijo que boxea y que le encanta ir a pelear. Incluso me ha invitado a ir a una pelea suya. Tiene un humor peculiar, pero se ha vuelto mi rutina. Con Emily nuestra relación se ha fortalecido, siempre nos andamos riendo o diciendo alguna chorrada de los profesores. Siento que es una buena persona.

Ahora mismo me encuentro en la oficina, ordenando unos papeles que el representante necesita a las 17:00 p.m. Siempre me da el papeleo desordenado, para que lo ordene. Son como unos doscientos papeles y tengo que ordenarlo por fechas. Miro hacia el reloj de la pared y veo que son las 16:00 aún me quedan por ordenar unas cuarenta y cinco hojas. Solo espero que me dé tiempo, siempre me da tiempo, porque soy muy perfeccionista, pero siempre me da el miedo de no poder acabarlo a tiempo.

Tú en vez de bloquearte sigues con más intensidad. Eso es bueno. Por algo bueno que tienes.

Muchas gracias Ruperta de verdad.

Sigo ordenando el papeleo y escucho una voz que desearía no volver a escuchar en mil años, la voz del representante capullo del jefe. En cuánto levanto la vista me encuentro con un hombre de unos veinticinco años, rubio y con los ojos azules. Todo un galán y todo un chico cliché. Su cuerpo es delgado y tiene una sonrisa brillante, podría trabajar en una clínica de odontología, porque de verdad que sus dientes son muy blancos. El problema es que en cuánto habla, todo lo bueno que tiene de físico, lo pierde todo : — Señorita Olivers, veo que está muy entretenida con el papeleo del jefe. En cuánto me lo dé debemos ir al despacho del jefe. No sé porque querrá ver a una muchacha como usted. Supongo que tiene suerte. - se encoge de hombros desinteresado y aprieto la mandíbula para no decir lo que estoy pensando. Este hombre se piensa que todas las secretarias deben ser sumisas y que puede faltarles el respeto solamente porque es el representante del jefe. Un asco de hombre. Asiento con una sonrisa forzada y él se marcha dando brinquitos. De verdad que vergüenza ajena de hombre.

Suspiro e intento acabar antes de tiempo, para poder ir a hablar cuanto antes con el jefe. ¿Después de un mes trabajando ahora quiere verme? ¿Por qué? Gente más importante que yo no lo han visto nunca. Estoy algo nerviosa. Siento como mis manos sudan, tal vez me va a despedir, porque no estoy haciendo bien el trabajo. Pero que yo sepa, el representante capullo nunca ha hecho una queja sobre mí. Tal vez lo hace a mis espaldas sin decírmelo. Pero no es algo muy formal, aunque bueno ese hombre no es nada formal, asique no me extrañaría. A pesar de que quería acabar antes, no fui capaz, porque no he parado de darle vueltas al encuentro que tendré con mi jefe en mi cabeza. ¿Cómo será? Lo visualizo como un hombre cuarentón con una barriga enorme, calvo y una dentadura horrible. Ojalá sea así de feo por habernos arruinado la vida. No sabía que podría odiar a una persona sin ni siquiera conocerla. Ese tipo se ha ganado todas las papeletas.

Tengo muchos sentimientos encontrados: estoy nerviosa, entusiasmada, con miedo... ¿qué me ocurrirá cuando conozca a mi jefe? ¿Podré contarle algo a Brenda y a Marxil? Ellos son mi punto de apoyo en la empresa, me ayudaron desde el primer día, han sido siempre muy amables conmigo y hemos conseguido algo de confianza. Ellos tampoco conocen al jefe. Cuando pongo el último papel, el representante capullo aparece. Le doy los papeles. Los coge y me guía hasta el despacho del jefe. Lo sigo detrás de él. Es otra de sus estupidas normas, ninguna persona de rango inferior puede andar paralelo a otra de nivel superior. Es algo asqueroso y degradante. ¿Por qué soy inferior? Todos deberíamos ser iguales, sin la gente que ellos consideran "inferior" no estuvieran, la empresa se iría a la mierda. Muchas personas se nos quedan mirando curiosas. A saber que se estarán pensando. Cuando llegamos reconozco al instante ese despacho. Es un despacho con un cartelito que pone "The boss". Que irónico. Dice que es el jefe pero no actúa como uno. Desde el primer día me han dicho que esta puerta, está prohibida. No puedo pasar si el jefe no quiere, solamente pueden pasar algunos privilegiados. Muchas veces he caminado por delante de esa puerta, pero nadie salía de allí, llegué a pensar que detrás de esa puerta no había nadie.

El representante capullo toca la puerta y una voz ronca le pide que pase. Bien, por lo menos sé que es un hombre y no una mujer. En cuánto entramos no miro hacia el hombre que se encuentra en la mesa si no hacia la gran cristalera que se encuentra detrás. Uh, puede ocurrir algún accidente si se cae con fuerza hacia atrás.

Espero que no pienses en hacer eso.

Si no fuera un délito, lo haría.

En la mesa hay un cartelito en la que pone "The boss maximus". Ruedo los ojos, no puede ser más insultante. En las paredes de la derecha y de la izquierda hay pósters de motos.

— Evan, puedes retirarte, déjame con ella.

El representante capullo asiente y se marcha cerrando la puerta. En cuánto poso mi vista en sus ojos, siento un sentimiento de familiaridad enorme...¿ él puede ser...?

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Chan chan chan, ¿Quién podrá ser el jefe?

Espero que os guste mucho. Si es así no os olvidéis de comentar y de votar.

Os quiero mucho.🙋🏻‍♀️❤️

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