CAPÍTULO 10

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CAPÍTULO 10

(Kylian)

- ¿Estás bien? – le pregunto asustado.

- Sí, estoy bien – miente.

- Joder, - ese capullo casi le hace una raja en el pómulo, mañana le va a doler bastante. - ¿Por qué te has metido en medio?

- Porque iba a atacarte por la espalda, eso es juego sucio.

- Ven, vamos al coche, voy a llevarte a casa – digo mientras entrelazo mi mano con la suya y consigo dirigirla hasta mi coche con un retrovisor menos.

Casi la llevo arrastras por el sendero que hay desde la casa hasta mi coche, le ayudo a sentarse en el asiento del copiloto, le pongo el cinturón aunque ella se queja diciendo que puede sola, cosa que no es cierta, le cierro la puerta y me dirijo hacia mi asiento. Una vez dentro me acuerdo de Matt a quien le mando un mensaje diciendo que he tenido una movida y he decidido largarme cuanto antes.

La casa de Zoe está a una media hora en coche desde donde nos encontramos. La miro y aunque está muy borracha, sigue despierta. Esta chica es bastante fuerte.

- Tenemos que volver, no tengo mi móvil, ni las llaves para entrar en casa – me dice muy seria.

- ¡Vaya! Entonces tendrás que quedarte a dormir en mi sofá- le digo mientras me mira con cara de sorpresa.

- Antes me quedaría a dormir en el jardín de la casa que acabamos de dejar atrás – y después de decir semejante estupidez comienza a reírse a carcajadas – vale, creo que he bebido demasiado- reconoce y se vuelve a poner seria – tienes sangre en los nudillos.

- Ya, no es nada.

- Me gustaba...- dice casi susurrando mirando sus propios nudillos. No entiendo nada - ¿Has visto a Sabrina? – pregunta de repente. Esta chica va a volverme loco con esta bipolaridad.

- Se encontraba mal y Mike la ha llevado a su casa.

- Ah, eso lo explica todo. – dice mientras pone su dedo índice en la barbilla y frunce el ceño.

- Siento que hayas recibido un golpe por mi culpa – consigo decirle.

- Al principio ese pequeñín me daba pena, parecía que ibas a matarlo pero ahora, si quieres puedes hacerlo, yo no te lo impediré – lo dice tan seria que consigue hacerme reír a carcajadas, mientras ella me mira con curiosidad - ¿Qué te hace tanta gracia? Lo digo en serio, ahora no me duele tanto pero si ese golpe casi me tumba, quiere decir que mañana voy a tener la cara bastante amoratada y va a parecer que mi padre me maltrata- vuelvo a reírme pero esta vez más disimulado ya que ella parece decirlo totalmente en serio.

Durante el camino Zoe habla sin parar de cosas absurdas sin sentido, y me hace gracia cuando descubro que ha llevado todo el camino el bolso vacío cruzado por su pecho y yo ni me había fijado. Llegamos al destino. Estaciono frente a su casa y apago el motor con intención de evitar el ruido mientras veo como entra en casa, pero Zoe parece no querer salir pronto de mi coche, tengo que decirle que hemos llegado un par de veces hasta que por fin parece escucharme y darse cuenta de donde nos encontramos.

- ¡Vaya! Hemos llegado sssuper rrapido a casa. – dice demostrando lo borracha que sigue aún.

- Sí, es hora de que te vayas a dormir, muñeca. – ya he cogido como un hábito ese apelativo y casi ni me doy cuenta de que lo he dicho pero Zoe parece mostrarse indiferente.

- ¿Qué tienes ahí? – me pregunta curiosa sin parar de fijarse en mi boca.

- ¿Qué tengo? - Pregunto confuso.

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