CAPÍTULO 50
(Kylian)
- ¿Qué acabas de decir? – pregunto algo confuso.
Mientras Zoe se toma su tiempo para responder pienso en que lo que creo haber escuchado no puede ser cierto pero su respuesta me dice lo contrario.
- Iba a contártelo... pero no quería... estropear esta noche – de repente habla tan despacio que incluso es capaz de evitar mostrar su borrachera.
- ¿Estás diciendo que mi hermano ha estado en tu casa? – pregunto sin dar crédito de lo que estoy escuchando.
- Sí. Mi hermano y el tuyo ahora son amigos y hoy me lo he encontrado por el pasillo de mi casa.
Esa respuesta consigue cabrearme y que mi sangre hierva por las venas que recorren mi cuerpo. Sé que mi hermano tiene algo entre manos y no me fío lo más mínimo de él pero no tengo ni idea de que es exactamente lo que intenta conseguir acercándose a nosotros.
- Quiero que me avises siempre que él se encuentre en tu casa ¿Me oyes?
- ¿Cómo ssi fueses un guardaessspaldas? – pregunta a la vez que se le escapa una risa.
- Zoe esto no es ningún juego ¡Joder! – grito asustándola.
- Está bien... te prometo que lo haré – jura con los ojos muy abiertos.
Mi cabeza anda dándole vueltas al asunto cuando Zoe habla después de un buen rato que hemos permanecido callados.
- ¿Con cuántas chicas has estado? – pregunta mirando por la ventanilla.
- ¿Qué? ¿A qué viene eso?
- Por nada... - contesta con desgana.
- Vamos, suéltalo... ¿Qué es lo que te ha contado Lisa? Sabes que seguramente sea mentira ¿No?
- Da igual lo que me haya contado, pero ello me hace pensar en todas las chicas que pueden atacarme utilizando eso porque ya hayan estado contigo... Han sido muchas ¿Verdad?
- ¿Por qué crees eso?
- Porque todo el mundo lo dice, además todos me advirtieron en cuanto te conocí de que eras bastante mujeriego.
- Zo, no tienes que preocuparte por eso... - le digo mirándola a la vez que me encargo de controlar la visión de la carretera – yo también puedo decir que he escuchado lo mismo de ti – suelto dejándola sorprendida.
- ¡Pero los rumores sobre mí no son ciertos! – grita algo molesta - Yo solo he estado con dos chicos, además ya te conté la historia de Marcus, nada más que lo hicimos una vez y todo fue bastante desagradable y después tuve la relación con Justin, quien parecía más ser un buen amigo que un novio.
Sus palabras me hacen sonreír y me obligo a mirar por la ventanilla durante unos segundos para que no me vea. Odio no ser el único hombre que la ha tocado en ese sentido pero al menos acaba de confirmarme que esos rumores que no me agradaban son falsos. Además me gusta su última descripción sobre su relación con el capullo de su ex.
- Pues igual que yo, entonces – le digo aguantando la risa.
- ¡Pero serás idiota! – grita entre risas golpeándome en el hombro suavemente con su puño cerrado.
- Bueno, tal vez alguna más, pero tampoco tantas como dicen – miento de forma piadosa. Supongo que cuanto menos sepa sobre ese tema mejor, sino tendrá que evitar mirar a demasiadas chicas en el instituto y en las fiestas universitarias a las que asistimos.
- ¿Me haces lo mismo que le hacías a las demás? – pregunta muy directa y es que el alcohol está claro que la envalentona y la vuelve segura en ese tema.
- Zoe, voy a ser claro, desde que conocí el sexo simplemente follaba con las chicas pero desde que te conocí a ti aprendí a hacer el amor. Contigo es totalmente diferente, es muy especial.
- Hay algo que no entiendo. Entre todas las estupideces que Lisa estaba soltando por la boca antes de que llegarás tú, mencionó algo sobre que no te gustaba que te tocarán y que para dormir te gustaba estar solo – hace una pausa para pensar y continúa – pero yo creo que te gusta que te toque, y lo de dormir... prácticamente eres tú el que me ha pedido dormir juntos desde antes de que tuviéramos algo – termina diciendo confusa.
- Entonces ahí tienes la respuesta. No puedo negarte que han habido muchas chicas pero solo a ti te digo que mi cuerpo y mi alma te pertenecen – suelto provocándole una curva hacia arriba en sus labios y subiéndole el tono colorado de sus mejillas.
- Kylian...llévame a algún sitio bonito – me pide con brillo en sus ojos. Joder no puedo negarme a esa mirada penetrante con la que me observa desde su asiento.
- Déjame pensar – tras muy pocos segundos tengo una idea – ya lo tengo, espero que te guste, muñeca.
Acelero más haciendo un ruido ensordecedor al rozar las ruedas de mi Audi contra la carretera. Salgo de la autopista entrando en un camino de arena que nos lleva a una especie de lago. Desde este lugar estamos algo más escondidos que desde otra perspectiva del mismo lago. Apago el motor dejando el coche junto a una multitud de árboles que nos rodean y abro la puerta con una de mis manos indicándole a Zoe que haga lo mismo.
Cuanto estamos a la misma altura delante del Audi nos cogemos de la mano y comenzamos a besarnos en la oscuridad de la noche. De repente noto como sus manos se despegan de las mías obligándome a separarme unos centímetros de su cuerpo y observar como desliza ese ajustado vestido por su cuerpo hasta sacarlo por la cabeza y soltarlo sobre el capo del coche, haciendo exactamente lo mismo con su ropa interior de encaje. Por un momento pensé que me pediría que entrásemos en el coche pero para mi sorpresa hace todo lo contrario.
- Es hora de hacer una locura – comienza a decirme con una sonrisa juguetona.
Sin previo aviso sus pies empiezan a correr en dirección a unas tablas de madera que desembocan en el lago pegando un salto desde el final de las mismas cayendo en el agua. Definitivamente mi chica está completamente loca. No pierdo el tiempo y me desnudo imitándola corriendo en su dirección haciéndola reír al meditar durante unos segundos si tirarme o no mientras observo el agua desde las tablas. Me obligo a saltar y nada más caer comenzamos a jugar a echarnos agua el uno al otro hasta juntar nuestros cuerpos y permitirme que me pierda en su boca dulce como la miel bajo la luz de la luna que cubre el cielo, y es que las cosas más insignificantes son las más increíbles si las hacemos juntos.
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CONFESIONES
Teen Fiction(COMPLETA) Zoe y Kylian, dos jóvenes que viven sin tener en cuenta las consecuencias que pueden traer sus actos. Pero cuando sus caminos se cruzan, ya nada vuelve a ser lo mismo. Demasiados secretos, demasiado que confesar. ¿Serán capaces de seguir...