CAPÍTULO 29

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CAPÍTULO 29

(Zoe)

Mierda. Mierda. Mierda. Sabía que esto no era una buena idea. Me levanto lo más rápido que puedo de encima de Kylian y miro fijamente al hombre que viene corriendo hacia nosotros con una linterna en su mano. Me quedo embobada en esa luz hasta que Kylian me agarra del brazo tirando de mí después de coger su mochila con la otra mano guiándome por el césped nada iluminado. Todo está bastante oscuro y tengo miedo de caerme pero sigo los pasos del chico de ojos grises quien continúa tirando de mí deprisa. 

Llegamos a una verja y se posiciona para ayudarme a saltar. Por fin consigo espabilar y darme prisa para que no nos cojan, de manera que reacciono enganchándome con las manos en los huecos del metal y me subo yo sola indicándole que suba él a la misma vez. Él da un salto desde lo más alto pero yo engancho mis pies y mis manos para bajar por la verja estando ya al otro lado. De repente noto como unas manos me cogen de la cintura llevándome con él y colocándome en el suelo.

- ¡Vamos, tenemos prisa! – dice mirándome a los ojos – Ahora corre como nunca has corrido en tu vida ¿Vale?

Muevo mi cabeza de forma afirmativa y me recoloco bien la mochila antes de comenzar a correr como si no hubiera un mañana tras él. Siempre he pensado que no hay escena más vergonzosa que correr con una maleta sobre los hombros pero en este momento ni siquiera eso me molesta. Ambos corremos por medio del césped en el que hay montones de árboles enormes. 

Estamos bastante lejos del edificio pero aún no hemos salido del jardín que lo rodea, donde suele haber más vigilantes de seguridad incluso algunos perros ya que empiezo a escuchar ladridos y ello consigue que casi se me salga el corazón por la boca. Mi respiración está más agitada que nunca pero mantengo el ritmo de Kylian, vamos justo uno al lado del otro, corriendo sin parar.

Mi vista consigue alcanzar la zona donde hemos dejado el coche aparcado pero antes de llegar vemos como unas luces blancas se aproximan por el lado. Kylian me hace una señal para que paremos de correr y nos escondamos tras un árbol lo bastante ancho como para cubrirnos a los dos, además que la oscuridad de la noche nos ayuda suficiente.

La espalda de mi imbécil se encuentra contra el árbol y con sus manos me abraza como si fuéramos una única persona, de esa forma hay menos posibilidad de que nos descubran. Intento relajar mi respiración que ahora choca contra su pecho. Giro mi cara hacia un lado e intento tranquilizar mi ritmo cardiaco, el problema es que encontrarme entre sus brazos no me ayuda nada.

Su olor inunda mis fosas nasales y cierro los ojos disfrutando de ello. Los olores de las personas es un detalle que me encanta y este perfume siempre lo relacionaré con él. Noto el calor de su cuerpo aferrándose al mío. Levanto mi cabeza lo mínimo para poder observar la suya y al hacerlo me encuentro con unos ojos totalmente abiertos mirando en dirección a la luz que se está acercando a nosotros y su boca entreabierta intentando controlar su respiración agitada. Su pecho sube y baja debido a todo lo que acabamos de correr hasta esta zona.

A medida que la luz se va acercando noto como me aprieta más contra su cuerpo, hasta el punto en el que casi no puedo respirar. Con suerte los dos guardias que merodeaban por la zona junto con un perro enorme al cual no quiero ni mirar para que no se acerque a nosotros y nos descubran optan por dirigirse a otra zona totalmente lejana a nosotros y continúan con su paseo nocturno de forma tranquila.

Poco a poco Kylian va aflojando sus brazos hasta dejar de mantener el contacto conmigo totalmente. Noto como mira mis labios con deseo. Su mirada se debate entre observar mis ojos y mi boca una y otra vez. Estamos a escasos centímetros cuando se decide por lo último donde sus ojos se han posado y me da un simple pero cálido beso en los labios. Su lengua ni siquiera intenta entrar dentro para entrelazarse con la mía, esta vez simplemente lame mi labio inferior con dulzura justo antes de volver a besarme con delicadeza sosteniendo mi barbilla con su pulgar y su índice, apenas rozándome.

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