CAPÍTULO 23

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CAPÍTULO 23

(Zoe)

Mis ojos se abren con la claridad de la mañana entrando por mi ventana. Comienzo a dar vueltas haciéndome la remolona un rato más hasta que mi mente empieza a funcionar y recuerdo los mensajes de anoche. Abro los ojos lentamente y comienzo a sonreír. El olor a café llega hasta a mí incluso teniendo la puerta de mi habitación cerrada. Lo odio. Es un olor que no soporto, no entiendo como la gente puede estar tan viciada a ese líquido oscuro. Consigo levantarme de mi cama después de varios intentos. Bajo directamente al salón después de entrar en el baño. Es sábado y si ni siquiera puedo salir de casa no pienso quitarme el pijama en todo el día.

Una vez que llego abajo y entro en el salón veo a mis padres hablándome con Mike.

- ¿De qué habláis? – les pregunto.

- Zoe, Tu padre y yo nos vamos una semana entera de vacaciones, como tú también sabrás, al igual que le hemos explicado a tu hermano, necesitamos pasar tiempo juntos y qué mejor forma que ir unos días de viaje.

- Genial, supongo que os vendrá bien – los animo, aunque mi madre no parece muy contenta.

- No creas que aunque no estemos aquí no seguirás castigada – me advierte – Tu hermano estará a cargo de ti y los padres de Sabrina vendrán de vez en cuando a echar un vistazo, así que más os vale. No quiero que salgas por ahí ¿Me oyes, Zoe?

- Sí, mamá – le digo con un suspiro.

- Nos vamos ya, el avión sale dentro de una hora y media, dejaremos el coche en el parking del aeropuerto.

- Pero ¿Y las maletas? – les pregunto.

- Ya está todo listo, lo hicimos mientras tú dormías durante horas Zoe, ya son las once de la mañana.

Me despido de ellos al igual que hace mi hermano y sale pitando por la puerta. Mike me mira pensativo desde el sofá y yo me siento a su lado poniéndole las piernas encima.

- ¿En qué piensas? – le pregunto curiosa.

- Ha dicho que no salgas por ahí.

- Exacto, será una semana muy divertida – suelto suspirando una vez más.

- Pero no ha dicho nada sobre no hacer fiestas en casa, ¿Verdad? – me dice pensativo.

- No estarás pensando lo que creo.

Mi hermano saca su sonrisa más malévola que jamás le haya visto y ambos comenzamos a reírnos. Está loco, él no suele hacer estas cosas, pero la verdad es que a mí también me apetece hacer alguna locura pronto, llevo demasiadas horas aquí metida y si yo no puedo salir, haré que todos vengan a mí.

- Tú te encargas de la decoración y la música y yo de la bebida y de los invitados – me surgiere Mike cogiendo su móvil para empezar con la tarea.

- ¡Hecho! Aunque sabes que Sabrina no puede faltar – le recuerdo – un momento. Sus padres pueden chivarse a mamá – le explico.

- Ya pensaremos algo. Vamos Zoe, tenemos mucho trabajo.

Me preparo algo para comer ya que muero de hambre y es tarde para desayunar pero temprano para almorzar, de modo que me hago un sándwich y me subo a mi habitación para coger mi portátil y comenzar con el tema de la música. Mientras lo hago llamo a Sabrina y le cuento nuestra idea. Ésta se vuelve loca y me dice que obviamente vendrá a mi fiesta, antes de recordarme que tiene cosas interesantes que contarme, a lo que solo me adelanta que todo salió bien.

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