CAPÍTULO 24

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CAPÍTULO 24

(Kylian)

No sé cómo pero he conseguido calmarme lo suficiente como para poder conducir. Zoe sigue a mi lado sin decir nada. Desde que le he confesado que aquel capullo es mi hermano ha permanecido callada, está claro que eso no se lo esperaba. He ignorado sus llamadas durante días hasta que el día que jugamos al Paint-ball contesté para decirle que me dejara en paz y no volviera a llamarme. Dicen que yo soy un gran hijo de puta, pero lo cierto es que mi hermano es mucho peor que yo. Nunca nos hemos llevado bien y me ha hecho demasiadas putadas.

Le odio, y durante muchas noches me he dormido deseando que se muriese. He estado tranquilo durante todos los años que ha estado fuera pero no entiendo por qué ha tenido que volver a Los Ángeles. Le conozco perfectamente y sé que hace todo lo posible por fastidiarme. De alguna forma debe conocer que Zoe me interesa y por ello ha ido detrás de ella esta noche. De todas las personas del mundo, Carter era la última que esperaba ver en una foto junto a Zoe y menos tan cerca como estaba. Cuando he visto esa imagen casi lanzo mi móvil contra la pared. Llevo mucho tiempo intentando cambiar pero mi hermano saca lo peor de mí.

- No tenía mi móvil encima – escucho.

- ¿Qué? – le pregunto algo perdido.

- No leí tus mensajes – me aclara fijándose en mi cara con una cara de horror - ¡Ostia puta! ¡¿Qué te ha pasado en la cara?!

- No es nada.

- Pues tu cara está echa un asco – me dice observándome como si fuera un experimento de ciencias.

- Las suyas están peor.

- ¿Suyas? ¿Con cuánta gente te has peleado? – me pregunta casi gritándome.

- Cuatro, cinco, no sé...

- Dios santo, Yo nunca he peleado con tantos a la vez, ¿Me enseñarás?

Esta chica no para de sorprenderme. Me esperaba que me regañara o que sintiera pena de mí, pero por el contrario, se ríe de mi aspecto y luego me pide que le enseñe a pelear con varias personas a la vez. Está loca. Noto lo borracha que está, debe haber bebido bastante aunque simplemente parece graciosa, esta vez no arrastra las palabras.

- No puedo enseñarte, me da miedo que algún día uses contra mí lo aprendido – le suelto aguantando una sonrisa.

- O tal vez puedo usarlo contra esos cabrones que te han dejado la cara así – me dice sorprendiéndome por ello.

La imagen de una Zoe peleona dando golpes a otros chicos que se lanzan contra mí me hace reír. Se perfectamente que sería capaz pero no soportaría ver que le hacen daño por mi culpa.

- ¿Otra vez me traes a tu casa? Últimamente paso más tiempo aquí que en la mía – me dice pensativa cuando aparco delante de mi hogar y ambos nos quedamos dentro del coche.

- No me apetece que me vean con este aspecto.

- Joder pues has ido ni más ni menos que a dos fiestas, diría que te ha visto bastante gente.

- ¿Qué dos fiestas?

- Pues la fiesta de Lisa y la mía.

- ¿Quién ha dicho que yo he ido a la fiesta de Lisa?

- Sabrina me dijo esta mañana cuando le propuse invitaros a ti y a Matt que ibais a ir a la fiesta de ella. Pero entonces ¿Dónde te has emborrachado?

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