CAPÍTULO 41

1.5K 121 28
                                    


CAPÍTULO 41

(Zoe)

Parece que a Kylian le ha costado más despedirse de su Audi que de mí. La imagen de su figura a través del retrovisor con la luz del sol reflejándose en su piel es el último recuerdo que tengo de él. Después de un buen rato explicándome todo lo que tiene que ver con su coche me ha dejado ir. La confianza que deposita en mí me hace sentir bien. Sé perfectamente cuanto quiere este coche, de modo que voy conduciendo con mucho cuidado, no quiero defraudarle.

A medio camino enciendo la radio y retumba por los altavoces una canción que reconozco al instante, se trata de "i miss you" del grupo Blink 182. Recuerdo que me dijo que era su banda favorita aunque le gustasen muchas más. En este momento la letra de la canción viene como anillo al dedo y es que ya lo empiezo a extrañar.

Sigo pensando en Kylian cuando llego a la zona de la universidad del Sur de California. Estaciono el Audi en un aparcamiento amplio de una forma cuidadosa y lo cierro con llave al salir de él. Llevo los apuntes que me ha pedido Mike dentro de una maleta de piel marrón colgada del hombro y avanzo con ella hasta subir las escaleras de la entrada del edificio y buscarlo por los pasillos. 

Le llamo un par de veces al móvil pero parece que no puede contestarme. Guardo mi móvil de nuevo en el bolsillo de mis estrechos pantalones y justo noto como vibra. Lo saco y un mensaje de mi chico aparece en la pantalla.

Por favor, dime que mi chica y mi coche siguen en buen estado

Me rio al leer su mensaje y pienso en gastarle una pequeña broma aunque pensándolo mejor, no quiero que le de un infarto, de modo que le contesto indicándole que ambos hemos llegado sanos y salvos para su tranquilidad.

El edificio en el que me encuentro es muy grande, la fachada es de ladrillo beige y rojizo y está rodeado por jardines y plazas con fuentes llamativas que comunican con otros edificios que intuyo que pertenecen a la universidad. Los pasillos están repletos de estudiantes caminando con prisa de un lado a otro aunque también observo grupos pequeños de jóvenes charlando y riéndose apoyados en la pared. Miro en distintas direcciones buscando a Mike o a alguien que pueda ayudarme a encontrarlo ya que ir a fiestas universitarias puede servirme en este momento.

Al mirar a mi izquierda reconozco a un par de chicas que hay reunidas con otras más. Las conocí en mi propia casa el día que organizamos la fiesta mi hermano y yo. Dudo si ella me reconocerá a mí pero en cuanto nuestras miradas se cruzan y ella me sonríe descubro que sabe quién soy. Me acerco a ellas regalándoles una de mis mejores sonrisas y tras un breve saludo me informan de no haber visto por ningún lado a Mike.

Genial, el tarado de mi hermano me pide que le traiga los apuntes y ahora desaparece sin dar señales de vida obligándome a buscarlo por todo el campus. Maldigo para mis adentros una y otra vez cuando empiezo a hartarme de dar vueltas como una estúpida por estos pasillos. Noto como muchos me miran y eso me pone nerviosa. 

Empiezo a estar algo desesperada después de revisar dos veces las salas de estudio y los alrededores sin encontrar ni un trocito de Mike de modo que salgo del edificio y tras comprobar que no tengo ninguna llamada perdida de él me siento sobre las escaleras de la entrada, sintiéndome agotada por no conseguir lo que he venido a hacer. Tapo mi rostro con mis manos y me restriego los ojos cuando escucho una voz familiar.

- ¿Zoe? – pregunta.

No me hace falta ni girarme cuando escucho su voz, sé de quién se trata. La voz grave y dulce de Justin es única. Mierda, lo último que me apetecía ahora es hablar con él, he estado evitándolo durante semanas, sin cogerle las llamadas pero creo que aquí y ahora no tengo escapatoria. Me giro y tengo que subir mi cabeza para poder mirarle a la cara y emplear una de mis sonrisas más falsas por educación.

CONFESIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora