CAPÍTULO 42

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CAPÍTULO 42

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CAPÍTULO 42

(Kylian)

Mi puto hermano por fin se ha largado en su coche. Después de soltarme esas últimas palabras ha conseguido enfurecerme más haciendo que la ira corra por todo mi cuerpo pero ha sido listo y se ha quitado de en medio rápido. Doy largas zancadas hasta llegar al interior de mi casa y una vez dentro, en el pasillo, noto como Zoe corre hacia mí dejando espacio entre nosotros.

Mis mayores temores están empezando a cumplirse, acabo de ver a mi chica bajarse de ese maldito coche junto a mi puto hermano. Solo de pensarlo una y otra vez el cabreo que ya tenía aumenta por segundos y lo único que me apetece es soltar golpes con mis puños. La ansiedad entra en mi cuerpo recorriéndolo de una punta a otra junto con una gran desesperación. Solo siento rabia dentro de mí por haber tenido esa conversación con Carter delante de Zoe.

Cubro mi cara con ambas manos intentando calmar mi respiración más que agitada antes de pasarme los dedos varias veces por mi pelo expulsando la mayor parte de aire que me queda en los pulmones. Me giro sobre mí mismo y me encuentro a una Zoe asustada y confusa mirando hacia el suelo de madera que cubre el pasillo donde nos encontramos. 

Por una parte desearía que se fuera de aquí y que me dejara solo pero una avalancha de preguntas inunda mi mente. Doy un par de pasos hacia ella manteniendo una distancia entre nuestros cuerpos y se adelanta comenzando a hablar.

- ¿Tu padre... tu padre no está en Inglaterra? – pregunta dudosa.

- Zoe, creo que ya sabes que ese hombre no es mi verdadero padre.

- ¿Es cierto que tú metiste a tu padre en la cárcel? – pregunta de forma atrevida algo que no pienso contestar, al menos por ahora.

- ¿Por qué coño estabas con él? ¡¿Qué parte de que no te acerques a mi hermano, no entiendes?! – le grito desesperado. Ahora me toca a mí hacer preguntas.

- Verás kylian, ha surgido todo muy deprisa, yo quise llamarte pero él me dijo que no era buena idea... - comienza a hablar sin sentido.

- ¿Te das cuenta de lo absurdo que suena todo? Joder... - la interrumpo.

- Estaba desesperada por no encontrar a mi hermano, No estaba por ningún lado. Justin me dijo que lo encontraría en la cafetería pero allí me encontré a Kevin y me dijo que mi hermano estaría en unos jardines donde me lo encontré fumando hierba con ese amigo rubio justo antes de aparecer Carter. Después me largué de allí y al volver a tu coche me lo encontré destrozado, y por ello él se ofreció a traerme. No sabía que pretendía hablar contigo, pensé que me dejaría cerca de tu casa, simplemente.

- ¿Has estado con Justin? – pregunto abriendo los ojos más aún - ¿Quién coño es Kevin? Espero que no sea ese desgraciado que iba detrás de ti mientras estabas drogada en la fiesta de Lisa... - subo las manos a la altura de mi cabeza y comienzo a darme la vuelta hasta que vuelvo a ponerse frente a ella – Un momento...¡¿Qué has dicho sobre mi coche?!

- Está algo destrozado... - dice agachando la cabeza.

- ¡¿Destrozado?! Joder Zoe, estas empeorando las cosas a medida que vas hablando... - suelto resoplando.

- Justin solo quería tenerme como amiga, ha tenido problemas y me necesitaba a su lado...

- ¡Y una mierda! Ese capullo quiere follarte, va a seguir intentando acercarse a ti – grito con rabia.

- ¿De qué estás hablando? Tú no sabes nada sobre él, Kylian...

- ¿Y encima lo defiendes? – hago una pausa para reírme y vuelvo a hablar - ¿Eres tú la que quiere follarselo? ¡Adelante, vete con él! Seguro que con él todo es más fácil... - grito con la ira recorriendo mi cuerpo.

- ¿Pero de qué vas, imbécil? ¡No vuelvas a hablarme así! ¿Me oyes? – chilla acercándose a mí.

- Vete de aquí... - susurro tapando mis ojos con las palmas de las manos.

- ¿Qué? No pienso irme y dejar las cosas así.

- Zoe por favor, vete – suplico.

- No voy a largarme de aquí hasta que me dejes explicarte todo lo que ha ocurrido.

- ¿No entiendes que no hay nada que explicar? Te he dejado sola un rato y has estado rodeada de tíos que babean por acercarse a ti, me has destrozado el coche y encima apareces en mi puta casa junto a mi hermano, cuando te he pedido mil veces que no te acercases a él. Es lo único que te he pedido y te ha dado igual. ¡Vete! – grito.

No quiero seguir teniéndola delante de mí y rodeo su cuerpo para subir las escaleras hacia la planta de arriba. Cuando voy por mitad de la escalera escucho un fuerte portazo, es lo que me ha dejado tras irse corriendo. Joder... En este momento no sé ni qué coño pensar. Necesito una ducha fría. Directamente me meto en el baño y en menos de un minuto estoy notando el chorro de agua completamente helada sobre la piel de mi espalda. 

Poco a poco me mojo la cabeza e intento dejar la mente en blanco cerrando los ojos. En este momento lo único que espero es que el frio del agua me ayude a olvidarme por unos minutos todo lo que acaba de suceder, pero es imposible. Las escenas de Zoe saliendo del mismo coche que Carter aparecen en mi mente una y otra vez. El camino desde la universidad a mi casa es bastante largo ¿De qué habrán hablando en ese trayecto? ¿Qué le habrá contado ese desgraciado? ¿Qué coño le ha pasado a mi coche? 

Ese jodido Justin tenía que aparecer en su vida de nuevo y joderme la mía. ¿Y Kevin? Por su silencio me ha confirmado que se trataba de la persona que creía. Juro que mataría a ese capullo con mis propias manos si intenta tocarla, ya lo intentó en la fiesta de Lisa, oí como hablaba de ella y las cosas que pensaba hacerle...Sin darme cuenta ya estoy fuera de la ducha con una toalla alrededor de mi cintura y la puerta del baño tiene la marca del golpe que acabo de proporcionar con mi puño derecho.

Llevo más de una hora sentado en el filo de mi cama con la mirada fija en el suelo pensando en las palabras de Carter. Sabía que tarde o temprano el tema de mi padre saldría a la luz. Ya me advirtió por teléfono de que mi padre había salido de la cárcel. El tiempo pasa demasiado deprisa. Hasta ahora no me he parado a pensar en ello. No sé qué ocurriría si me lo encontrase. 

Durante su estancia en la cárcel en ningún momento he ido a visitarle. Sé que me guarda rencor y yo no quiero saber absolutamente nada de él. Para mí ese hombre nunca ha sido mi padre. Muevo mi mano derecha y siento un ligero escozor, la observo con detenimiento y veo como tengo más de una astilla pequeña clavada en mis nudillos. Me dirijo hacia el baño y al encontrarme con mi reflejo frente al espejo siento que todo el esfuerzo que he hecho durante un año por cambiar no ha valido para nada. 

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