CONFESIONES

CAPÍTULO 12

CAPÍTULO 12

(Kylian)

Me despierta la alarma de mi móvil y al abrir los ojos me doy cuenta de que ya es lunes por la mañana, y que es justo la hora de ir a clase. Mi cuerpo no tiene intención de levantarse por más que mi mente así lo ordene. Me encuentro bastante cansado. Anoche cene en casa de mi abuela y estuvimos hasta bien entrada la noche hablando sobre mi año en Inglaterra aunque solía hablar con ella mientras me encontraba allí. Todavía me duele algo el estómago de todo lo que me obligó a comer diciendo que estoy demasiado delgado, supongo que como hace cualquier abuela. Reviso mi móvil y veo de nuevo llamadas de mi madre, siempre me intenta localizar cuando aquí es de madrugada y nunca consigo cogerlo, aunque la verdad es que me da igual, no me apetece hablar con ellos.

Después de diez minutos dando vueltas en mi cama enredándome en las sábanas decido salir y prepararme para ir a clase. La primera hora siempre empieza con la asignatura de literatura, es la única en la que coincido con Zoe y no sé por qué pero me apetece verla. Ayer tuve una sensación extraña mientras la observaba limpiando mi coche. Me sorprendió que aceptara tan rápido, pensaba que iba a tener que insistir mucho más. Mientras mojaba la esponja en el cubo con espuma y se agachaba para frotar el capo de mi coche comencé a notar una especie de cosquillas por el estómago.

No podía dejar que me viera tan débil y lo único que se me ocurrió fue mojarla con la manguera. Me gusta su risa, es pegadiza. Tengo imágenes en mi cabeza, de ella riéndose y gritando sin parar mientras intentaba esquivar el chorro de agua con el que la estaba mojando, y he de reconocer que esa chica tiene agallas al tirarme el cubo de agua entero. Me gusta que sea atrevida, nunca sé cómo va a reaccionar, es una caja de sorpresas.

Joder y está muy buena, la imagen de su culo respingón delante de mi coche no se me quita de la cabeza. Esa chica es puro fuego llevando unos vaqueros con una camiseta grande y unas converses. Tiene unos labios tan carnosos que cada vez que la tengo cerca me atraen hacia ellos. Quiero besarlos, pero será ella la que de ese paso.

Salgo de mis pensamientos, esa chica me está volviendo loco. Espero que vaya a la fiesta de Lisa mañana por la tarde, me apetece verla en biquini. Bueno la verdad es que me apetece verla sea como sea, joder, esta chica es adictiva.

Antes de que empiece la clase de literatura a la que tengo ganas de entrar solo por ver esos ojos verdes enormes, me encuentro con Matt en el callejón de siempre, donde se fuma su pitillo.

- Tío, te perdiste lo mejor de la fiesta, un grupo de chicas se volvieron locas y empezaron a desnudarse allí delante de todos, se subieron a las mesas y empezaron a bailar.

- Joder, ¿nadie las grabó? - le pregunto fingiendo que muestro interés por ello, aunque no es para nada cierto. Preferiría mil veces estar con quien estaba esa noche que ver a tías de instituto desnudas encima de unas mesas.

- Diría que no, todos estábamos flipando con cada cosa que se les ocurría hacer. Por cierto, te apuntas a la fiesta de mañana en casa de Lisa, ¿no?

- Sí, me apetece ir.

Le comunico a Matt que voy adelantándome a entrar al edificio para ir antes al baño y él asiente quedándose apoyado en la pared mientras termina de fumarse lo que le queda del cigarrillo. Cuando consigo entrar por la puerta principal veo a Jack y a Harry, siempre van juntos, al menos dese que volví a Los Ángeles, no los he visto al uno sin el otro en ningún momento.

- ¡Ey, Kylian! Mira lo que he pillado para la fiesta de mañana - dice Harry enseñándome una bolsita transparente pequeña donde puedo observar que el contenido se trata de unas pastillas blancas.