CAPÍTULO 20

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CAPÍTULO 20

(Kylian)

He caído como un gilipollas y he descolgado el teléfono después de tantas llamadas dejando pasar. Estoy cabreado. No debería haber contestado. Le aseguré que no quería saber absolutamente nada de toda esa mierda.

Sigo metido en mis pensamientos cuando giro la cabeza y veo a una Zoe descolocada que anda detrás de mí. Sus ojos parecen perdidos y su boca no pronuncia palabra. Creo que de algún modo entiende que no es momento para hablarme aunque ella no sabe nada, ni siquiera conoce la conversación que he mantenido al teléfono en el baño. Supongo que se me nota cabreado. Mierda, ella no tiene culpa. Joder, lo estoy estropeando todo, una vez más.

Llegamos de una vez por todas a mi coche, el cual esta impecable, menos mal porque llegue a pensar que no era un buen sitio para dejarlo estacionado, pero no tenía más remedio que dejarlo en esa zona. Me monto en el coche y lo primero que hago después de arrancar el motor es encender la radio, necesito despejarme.

Zoe se abrocha el cinturón y sin mi permiso eleva bastante el volumen de la canción de mi banda favorita que está sonando. La miro extrañado.

- ¿Te gusta este estilo de música? – le pregunto antes de comenzar a conducir por el camino de arena.

- Me gusta esta banda. No podría decantarme por un solo estilo musical – responde ocultando una sonrisa. Parece avergonzada.

- Pensé que te encantaba el reggaetón, por como lo bailabas en las fiestas.

- Bueno, el reggaetón se te mete por las venas – dice soltando una carcajada tapándose la boca. Joder, esa boca... - Pero simplemente me gustan las canciones que me hacen sentir algo, ya sea reggaetón, Rock, pop...

- Suena interesante, pero no me convence – le suelto, pensando extrañado en el momento en el que me dijo que su canción favorita era una de Metallica. Joder que tía más rara.

- ¿Solo escuchas rock? – me pregunta.

- Yo solo escucho música buena.

- Pues no sabes lo que te pierdes, todo un mundo de canciones – me dice mientras noto como me mira sin apartar la mirada.

El sonido de mi iPhone interrumpe nuestra conversación sobre música y para evitar responderlo a lo último que ha soltado contesto sin mirar quien está al otro lado del teléfono.

- ¿Qué ocurre? – le pregunto a mi abuela después de preguntarme alarmada que donde estoy – Lo sé. No te preocupes. Ahora voy a verte. Si quieres damos un paseo. Hasta luego, preciosa – Me despido de ella siempre con algún apelativo cariñoso cuando está histérica.

Cuelgo y suelto mi móvil en el salpicadero de un solo movimiento. Tendré que dejar a Zoe en casa y buscar a mi abuela lo antes posible, no me gusta que se ponga nerviosa por mis movidas. Fijo mis ojos en la chica insufrible para comentarle que no vamos a poder seguir con nuestra ruta. Qué mierda, estaba súper cómodo con ella y además lleva un buen rato sin insultarme, eso es buena señal. Pero no puedo fallarle a la mujer que más quiero en el mundo.

- Tendremos que continuar nuestra salida otro día – comienzo a decirle hasta que me doy cuenta de que parece enfadada – me ha surgido algo – le digo sin darle explicaciones. Es mejor que no sepa ciertas cosas de mí.

- Ya – responde de forma muy seca.

- ¿Te dejo en casa?

- No, déjame al final de esta calle tengo que ir a un sitio.

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