CAPÍTULO 33

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CAPÍTULO 33

(Zoe)

Mierda. Nos hemos dejado llevar y con tanta euforia no me he percatado de que una puñetera clase entera está entrando en el vestuario. Solo espero que mi aspecto no me delate demasiado. Nada más que Kylian me deja los pies sobre el suelo me coloco la camiseta estirando del bajo y me sacudo el pelo alborotado con mis manos. Es lo único que me da tiempo a hacer antes de encontrarme rodeada por demasiados chicos observándome como si fuera un alienígena esperando algún tipo de respuesta ante la situación que se han encontrado.

Uno de ellos se atreve a hablar para decir una gilipollez y consigue hacer que me arda la sangre, primero por ser tan descarado dando a entender lo que estábamos haciendo, cosa que negaría siempre, y segundo por recordarme que mi chico ha estado con demasiadas chicas para mi gusto y que tenía algún tipo de escondite para hacer sabe dios qué con ellas, lo cual me provoca hasta náuseas solo con pensarlo. No puedo dejar que me tomen por una cualquiera ya que tengo fama de ello y no es cierto y tampoco puedo dejar que nos delaten por esta estupidez, de modo que suelto lo primero que se me pasa por la cabeza dándole un empujón a Kylian apartándolo de mí.

- Te he dicho mil veces que me dejes en paz, Smith. ¡Vete a la mierda! – grito dejando al chico de ojos grises con cara de sorpresa mientras salgo del vestuario masculino.

Ya estoy fuera en el pasillo y escucho como los idiotas continúan gritándole cosas a Kylian por haber sido insultado de esa forma. Busco algún sitio donde esconderme ya que debo estar roja como un tomate por lo que acaba de suceder y me meto en el baño más próximo. Cuando entro me encierro en uno de los aseos y me siento en la tapa del inodoro colocando mis manos sobre la cara. Joder, casi nos pillan.

Deberíamos tener más cuidado. Si mis padres se llegan a enterar diría que me echarían de casa, están un poco hartos de mi actitud últimamente y noto que mi madre ya no sabe qué hacer conmigo. Si se enterasen de que he hecho todo lo contrario sobre algo que me han prohibido, se enfadarían muchísimo. Y ni que decir tiene recordar el tema del hermano de Kylian, que reconozco que me asusta un poco aunque nunca lo diría delante de mi chico, solo empeoraría las cosas.

Después de pasar todos esos pensamientos por mi cabeza no puedo evitar sonreír. Lo cierto es que me gusta el riesgo, noto un cosquilleo en el estómago al pensar que pueden vernos y eso me incita más ¿Le ocurrirá a él lo mismo? Desde que lo he visto entrar en clase me han entrado unas ganas locas de besarle y de meter mis manos bajo su camiseta y tocar esos abdominales...

El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos. Escucho como alguien habla por teléfono muy bajito, así que doy por hecho de que se trata de algo importante, me acerco a la puerta y escucho algo mejor, parece la voz de Lisa y me interesa enterarme para contarle todo lo que escuche a Sabrina.

- Como lo oyes, casi funciona del todo. Me quedé a dormir en su casa y por poco acabamos enrollándonos, solo necesito algo más de tiempo. Lo de hacer que me recogiera en aquel sitio fue una buena idea pero lo del golpe en mi cara sí que funcionó, se puso histérico – hace una pausa para escuchar y continua hablando – Si, lo que me dejaste para provocar las lágrimas me vino súper bien, llore a mares en un momento y se lo trago todo.

Estoy alucinando con las palabras de Lisa, sabía que era una creída y una estúpida pero no me imaginaba que fuese capaz de hacerle eso a algún chico con tal de cazarlo. Estoy tan embobada escuchando que no me doy cuenta de que uno de mis anillos suena contra la puerta cuando poso mi mano sobre la misma. Mierda. Me alejo y me coloco encima del inodoro para que no me vea los pies por si mira.

- Espera – dice a quién sea que esté al otro lado del teléfono – tengo que dejarte creo que no estoy sola. Te llamo más tarde. – vuelve a hacer una pausa – yo también te quiero, mama.

CONFESIONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora