CAPÍTULO 21

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CAPÍTULO 21

(Zoe)

Pensé que ya lo había superado pero al verle creo que aún necesito algo de tiempo. No puedo creer que esté en Los Ángeles. Esto es demasiado. Estaba eufórica por conducir este cochazo, por ganarme la confianza de Kylian, quien me ha sacado de mis pensamientos al ver a ese desgraciado.

Cuando he mirado al frente y he visto el rostro de Jackson, el hijo de puta que me forzó a entrar en el armario de la clase de ciencias, junto con Bill, ambos súbditos de Maggie, he sentido como me quedaba sin sangre en el cuerpo. Directamente no sentía nada, solo podía ver en mi mente esa imagen una y otra vez, como me cogieron por los brazos y la cintura por mucho que yo forcejeara para evitarlo y me metieran dentro de ese mueble de madera. 

La angustia que sentí durante horas ahí metida hace que me quede sin respiración, no puedo soportarlo. La cara de satisfacción de Maggie observando cómo me metían ahí dentro y dejándome encerrada y sola. Ya no soy capaz ni de derramar más lágrimas por todo lo que me hicieron, ahora solo tengo rabia. Juré que antes de que me volvieran a hacer daño alguno de ellos, se lo haría yo.

El chico de ojos grises que está sentando en el asiento del conductor a mi lado no dice nada, solo conduce sin mirar atrás. Le he pedido que me sacara de ese sitio, no soportaba seguir ante esa imagen, viendo a Jackson riéndose junto a una chica rubia. ¿Sería ella otra víctima? No quiero ni pensarlo. Miro hacia abajo y al abrir las palmas de mis manos observo como la sangre resbala por mis dedos, parece más de lo que en realidad es. 

Ahora mismo no siento ningún dolor, pero la sangre es bastante escandalosa. He debido apretar demasiado los puños sin darme cuenta. Sigo sin poder creer que este tío esté aquí en esta ciudad. Mis padres decidieron mudarse bastante lejos para no volver a ver a ninguno de ellos jamás. La rabia que he sentido durante unos minutos comienza a desvanecerse. Ahora simplemente me siento cansada. No me quedan fuerzas en este momento.

- ¿Estás mejor? – me dice Kylian con una voz suave.

- Sí – digo apenas susurrando mientras continuo mirando hacia mis manos.

- Eso tiene mala pinta, deberíamos curarte.

- No es nada – le contesto ocultando la sangre de mis manos.

No dice nada más pero después de un rato veo como estaciona su coche en el aparcamiento privado que hay frente a su casa.

- ¿Qué hacemos aquí? – Le pregunto.

- Mi casa pillaba de paso y aún tenemos algo de tiempo antes de que llegue la hora de salida del instituto. Vamos, te curare esas manos.

No me quedan fuerzas para discutir con él, de manera que me desabrocho el cinturón y obligo a mi cuerpo a salir del Audi. Kylian va dos pasos por delante de mí sin mirarme y yo lo agradezco, no me gusta que nadie me vea en este estado. Me muestro demasiado débil, y lo odio. Entramos en su casa, y para mi sorpresa me lleva hasta un baño que hay en la planta de abajo. Creo que es la primera vez que entro en esta casa y no subo las escaleras directamente. No conozco nada más que su habitación y el baño de arriba.

Smith me pide que me siente en un taburete que hay justo al lado del lavabo mientras él saca lo que parece un botiquín de primeros auxilios de un pequeño armarito colgado de la pared. Este aseo no tiene ducha, pero parece del mismo tamaño que el de arriba.

- Empezaremos por esta – me dice cogiéndome la mano derecha y comenzando a pasarme un algodón lleno de alcohol por las heridas.

- ¡¡¡Aauu!!! – Me quejo.

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