CONFESIONES

CAPÍTULO 13

CAPÍTULO 13

(Zoe)

- ¿tu primer refresco vertido, muñeca? – me pregunta con media sonrisa.

- Ese tío es un capullo, debería haberle devuelto el puñetazo – suelto resoplando y moviéndome de un sitio a otro.

- Si quieres se lo doy de tu parte, me encanta partirle la cara una y otra vez a ese cretino.

- ¿por qué ibas a hacer tú es por mí? – le pregunto asombrada, permaneciendo quieta delante de él, con los ojos como platos.

- Bueno, digamos que te llevaste una ostia en la cara por mi culpa y también me gusta pegarle a Steve, no lo soporto.

- Tengo que irme a casa – digo con un suspiro.

- Recuerda que mañana después de clase nos vamos a la fiesta. Saldremos desde aquí – me dice pero yo desaparezco de su vista demasiado rápido y ni siquiera me despido de él diciéndole algún tipo de bordería como suelo hacer.

Estoy cabreada, ese tío me pegó un puñetazo en la mejilla dejándome señal y yo simplemente le tiro una coca cola por encima. Soy estúpida. Encima Kylian aparece para reírse de mí. Me duele demasiado la cabeza para seguir pensando. Llego al aparcamiento donde está el coche de Sabrina con ella dentro esperándome ya que conocía mi plan y no le apetecía entrar en el comedor por lo que me contó sobre la noche del sábado.

- ¿misión cumplida? – me pregunta en cuanto me meto dentro de su coche.

- Sí, pero sigo sin sentirme bien – le confieso.

- ¿Estaba allí?

- ¿Quién?

- ¿Quién va a ser? El motivo por el cual no quería entrar contigo, Matt – me recuerda.

- No sé, no he mirado a nadie, pero diría que sí.

- Joder, no sé cómo pude enrollarme con él en la fiesta. Estaba demasiado borracha.

- Sabrina tampoco es para tanto. Matt es guapo y a veces me resulta gracioso – la animo.

- No creo que lo digas en serio, te conozco.

- Te lo digo de verdad – le digo riéndome - en serio.

- Solo espero que no se acuerde y me deje en paz. Prefiero estar liada con tíos más mayores, no sé cómo pude caer con ese tipo.

- Por cierto, Kylian va a llevarme con él a la fiesta de Lisa.

- Espera... ¿¡Qué!? – me grita mientras gira su cabeza de la carretera a mi cara en menos de un segundo.

- Lo que oyes ¿Te imaginas la cara de esa tarada? – digo sin parar de reír – estoy deseando verla.

- Joder, que suerte tienes, perra.

- Ya sabes, pídele a Matt que te lleve – le sugiero levantando las cejas una y otra vez mientras le muestro mi mejor sonrisa.

- No sería mala idea – reconoce – una vez que esté dentro lo perderé de vista y me buscaré a otro tío buenorro – una vez más nos reímos a carcajadas imaginando la situación y subimos la música a tope de modo que " 7 rings" de Ariana Grande resuena en nuestro oídos mientras cruzamos toda la avenida que nos lleva a nuestro vecindario.

Después de correr un buen tramo de la urbanización llego a casa y como siempre me como una manzana roja después de lavarla en el fregadero. Mi madre me dejó claro que solo podía salir para ir a clase pero cuando se habla de deporte siempre me deja salir a despejarme. Mico aparece en la cocina de forma sigilosa pero lo veo a tiempo y lo cojo entre mis brazos como siempre hago, aunque esta vez no sé si será por el sudor pero mi gato intenta deshacerse de mí con todas sus fuerzas.