Capitulo 11

235 27 8
                                    

Oí el crujir de la madera, y traté de quitar las lágrimas que le harían saber que había estado llorando.

Inútil, lo sabía, porque de todas formas volvería a ponerme a llorar. No era como si lo pudiera evitar. Ojalá.

-- ¡Kat, ya las tengo! -- dijo, y esta vez pude oír las escaleras crujir más cerca.

Miré en su dirección. Poco a poco iba bajando, pero para mí era demasiado rápido. No tenía ni idea de cómo comenzaría la conversación.

Dejé que se acercara hasta donde yo estaba, con una nerviosa sonrisa, y que se sentara a mi lado sin decirle una palabra.

Cerré mis ojos, soltando un suspiro. Él llevó una mano a mi hombro. La miré, sin confiar mucho en lo que pudiera hacer.

Pareció no darse cuenta de esto.

-- Kat. -- murmuró, bajando la mirada donde estaban sus fotos.

Mi corazón se aceleró. ¿Iba a enseñarme a su familia, sin decirme que lo eran?

Eso explicaría que no me hubiera respondido antes. Fruncí el ceño y le miré seriamente.

Estaba nervioso, pero no más que yo. -- Aquí las tengo, no las encontraba por ninguna parte, pero luego las vi, y bueno... vamos a ver si te suena alguien, ¿vale? -- me miró con una pequeña sonrisa, que no le devolví. -- Kat, todo saldrá bien, ¿vale? -- preguntó.

-- Vale. -- dije, evitando su mirada.

No sabía si hizo alguna mueca o si su expresión cambió de algún modo, pero acabó por mostrarme una de las fotos.

En ella, se veía una familia frente la casa. Los antiguos dueños, pensé. La que suponía era la madre, tenía sus manos sobre los hombros de un niño, con una enorme sonrisa, por el contrario que él, que estaba muy serio. A la izquierda de la madre, de pie estaba el padre con una sonrisa un tanto extraña, como si no estuviera cómodo con la situación. En el suelo, con una pierna flexionada y la otra estirada, con sus dos manos en forma de pistola, había un niño, que tenía cara de travieso, mirando a la cámara con cara juguetona. A su derecha, y por lo tanto a la izquierda del único niño que no sonreía, había una niña que por desgracia sí me sonaba, y que tenía sus manos en forma de pistola como el otro niño. Ella le apuntaba mientras le miraba.

Tragué saliva, apartando la mirada de la foto.

-- ¿Y? ¿Te suena alguien? -- preguntó, con la voz un tanto cambiada.

Cuando le miré, me sorprendió ver que miraba la foto con... ¿añoranza? Me estaba montando una película en mi cabeza, y parecía tener más sentido a cada segundo que pasaba. Pero algo no me cuadraba. Él no estaba ahí.

-- Sí, esa niña no para de aparecer ante mí. -- le miré, esperando que me mirara a la cara. Comenzaba a temer que fuera a hacerme algo. Cuando no lo hizo, y siguió mirando la foto, un escalofrío me recorrió entera. -- Dime la verdad. ¿Quién es? ¿Quiénes son todos ellos? ¿Quién... eres tú?

Mis ojos comenzaban a ponerse borrosos. Esta situación me incomodaba mucho, y también me estresaba.

Alzó la cabeza, y me miró durante varios segundos sin decir una palabra.

Había llegado el momento. O me lo contaba todo, o tendría que buscar una solución a todo esto, por poco que quisiera hacerlo.

-- Kat, esa niña es... alguien que no deberías conocer... aún.

-- Es tu prima. -- añadí, más enfadada de lo que me gustaría admitir.

-- Sí, lo es, -- me miró, con el ceño fruncido. Sabía lo que vendría ahora. -- ¿y tú cómo sabes eso?

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora