Horas más tarde
Alcé la cabeza por décima vez en los últimos dos minutos. No había nadie, pero nunca se sabía cuando podían aparecer. No podía ni fiarme de mi propia sombra.
Cerré mis ojos, soltando una gran bocanada de aire. Estaba preparada. Había bebido lo suficiente como para aguantar corriendo debajo del sol para no deshidratarme, al menos en unas cuantas horas. Sólo tenía que captar la atención de algún conductor en ese periodo de tiempo, o de encontrar algún pueblecito perdido. Hasta estaba dispuesta a sobrevivir en el bosque, siempre y cuando no fuera bajo este techo y estos fantasmas.
Había esperado un poco más, aún con la esperanza de que Luke apareciera. Ya sabía que iba a ser una pérdida de tiempo, pero mi mente seguía haciéndome dudar con la idea de que le hubieran cogido por haber intentado ayudarme. Pero me dolía, joder, por mucho que no quisiera pensar en ello me dolía. Nos habíamos besado...
No debía pensar en eso. No iba a venir.
Sentí una ráfaga de aire fresco en mi espalda, y supe que esa era mi señal para no dejarles más tiempo para que supieran lo que iba a hacer. Probablemente hacía días que sabían de mis intenciones... pero bueno.
Salí por la puerta, avanzando lentamente, sintiendo que mi cuerpo pesaba más y me costaba más moverlo. Eché un vistazo hacía atrás. De verdad que no quería dejar a Luke allí... habían tantas posibilidades de que estuviera intentando ayudarme... y tan pocas de que volviera a verlo si conseguía irme...
Sacudí mi cabeza. Era un fantasma. ¿Quién iba a tener más oportunidades de salir ganador? ¿Un fantasma o una chica como yo? No debía preocuparme por él, cuando fui yo la que recibió las amenazas más directas y duras por parte de Julia ayer.
Me decidí por irme al fin, pero al pasar por delante del enorme árbol para aprovechar la leve sombra que emanaba de él y poder tomar un último respiro, la rueda por poco me da de pleno en el estómago. Y no, no porque no la hubiera visto, sino porque se estaba moviendo. La rueda se movía y nadie la estaba incitando a hacerlo.
Abrí mis ojos, apartándome a un lado para evitar quedarme allí insconsciente de un golpe antes incluso de que consiguiera perder de vista la casa. Sería demasiado desalentador pensar en ello mientras seguía pudriéndome en la casa.
No pude evitar contemplarla con cierto pánico. Se estaba moviendo sola. El ruido que emitía era horrible. La rama crujía como si fuera a partirse, y la cuerda se tensaba tanto que parecía que iba a romperse.
¿Por qué me sonaba todo esto? Se me hacía familiar observar cómo se movía...
Mis ojos se abrieron como platos mientras mi cerebro me mostraba imágenes de una de las primeras pesadillas impactantes que tuve.
No. No. Corre.
Antes de poder dar dos zancadas más, dos brazos se envolvieron de forma que me dejaba los brazos pegados a mi cuerpo y me impedía moverlos. No podía respirar sin sentir que mis costillas estaban al borde de la rotura.
Chillé intentando escaparme de su agarre, pero era demasiado fuerte. Pataleé desesperada por poder volver a saborear la libertad. Esa insignificante cosa que no sabemos que existe hasta que nos la quitan. Al darme cuenta de que jamás lo conseguiría, me puse a llorar, sin seguir de intentarlo.
Fui una estúpida al quedarme mirando el maldito árbol. ¿Y qué si se movía la rueda? ¡Las puertas también se abrían y se cerraban solas, y yo no...! Mentira. No había salido huyendo. Me había quedado encogida sobre mí misma esperando a Luke. Era una cobarde. No servía para nada que no fuera para llorar.
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No confies en los fantasmas || Luke Hemmings
FanficSolo una chica normal, en una casa no tan normal.