Capitulo 36

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Narra Kat

Se respiraba un aire de paz y tranquilidad perfecto en esta zona. Parecía tan fácil deshacerse de los problemas y ser feliz por un momento, que me costó hacerme a la idea de que tendría que volver.

Si alguien me veía conducir con el coche de mi hermano, con eso me refería a la policía, me detendrían, seguramente me pusieran una multa, y puede que hasta me llevaran a la cárcel.

¿Qué otra cosa podía haber hecho? Que él me llevara habría supuesto explicaciones, y por un día solo quería sentir que había conseguido lo que quería. Que era independiente y que me había salido bien.

Lamentablemente, el mero hecho de subirme al coche y arrancar, me hizo dejar la nube en la que estaba junto con las demás, que tapaban el sol de manera que parecía que los rayos luchasen por atravesarlas y llegar hasta nosotros.

La imagen me había quedado bastante bien, genial, debía reconocer.

No solo me esforzaría para que Joy, David y Calum estuviesen orgullosos de mí, sino por que hablaría de esto en la entrevista que tendría esta tarde.

Tardaría más o menos 45 minutos en llegar, por lo tanto todavía tendría dos horas para poder editarla a mi gusto. Estaba preciosa así, pero tenía en mente probar unos cuantos filtros.

******

-- ¿Por qué? No pintaría nada iluminarla más por la parte esa, ¿no ves que él árbol ya está retocado para dar efecto de profundidad?

-- Wow, vale, solo era una sugerencia. -- alzó sus manos mientras abría sus ojos.

Reí, sacudiendo la cabeza. -- Lo siento, es que me estoy poniendo nerviosa.

Ashton puso sus manos sobre mis hombros, comenzando a masajearlos. -- Tranquila, te va a salir genial.

Hablaba con voz neutral, sin mostrar ningún sentimiento.

-- ¿Y por qué lo dices con ese tono? No convencerías ni a una piedra.

-- Porque por una parte no quiero que te vayas a América. -- explicó, y podía jurar que mi corazón se ablandó. -- Pero es ser muy egoista.

-- No, claro que no. -- me levanté, dándole la espalda al cuadro todavía sin enmarcar que tenía apollado sobre una mesa hecha con unos caballetes y un tablón de madera, para darle un abrazo.

-- ¿No había nada más cerca de casa?

Daba gracias que tenía la cabeza sobre su hombro y no podía verme la cara, porque me habría descubierto.

Ni siquiera había investigado nada por aquí cerca. Mis intenciones seguían siendo las mismas que cuando me fui de casa; comenzar de nuevo en otro lugar.

Pero claro... no podía decirle eso a mi hermano. Me dolía el corazón sólo de pensar cómo se lo tomaría. Con el asunto este de mi madre comportándose como si no fuera ella, que de hecho no lo era, necesitaba mi apoyo.

Sacudí mi cabeza de forma casual, inspirando antes de añadir:

-- No me han llamado ni nada. Supongo que no les gustó mucho. -- mentí con una risita nerviosa.

-- Ellos se lo pierden, creeme. -- me sonrió humildemente.

-- Gracias, Ashton. -- me quedé mirándole un rato, reproduciendo las palabras que había dicho antes.

Tal vez estaba tan segura y dispuesta a irme porque tenía asumido que no me echarían mucho de menos, al menos no tanto como para estar deprimidos los dias siguientes.

Sin embargo, la impresión que me llevaba al mirar a Ashton me decía lo contrario. Que no estaba bien. Que no le dejara solo. Que si tenía que lidiar con los problemas con optimismo, tenía que ser a mi lado.

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora