Capitulo 7

265 30 8
                                    

Una vez se acabó me quedé quieta en el sitio, sin mover ningún músculo. Intentaba pensar en algo agradable para olvidarme del miedo que me había provocado esa maldita película, pero mi cerebro seguía en estado de shock por las imágenes tan terribles que habían salido en aquella pantalla.

¿Como podía haber una película tan asquerosa? La cara de la pobre niña... y ese momento cuando se clava la cruz... la voz que tiene debido al demonio que tiene dentro...

Inspiré hondo tratando de pensar en otra cosa.

 -- Voy a poner otra. -- oí la voz de Calum decir. Reaccioné cuando ya se había levantado, y había comenzado a salir el reparto de los personajes.

Me incorporé rápidamente.  -- ¡De miedo no! -- chillé. -- Ahora me toca elegir a mí. -- me levanté, para luego agacharme frente a las películas, que como no, estaban escampadas por el suelo.

Miré hacia atrás, tratando de que Calum se diera cuenta de lo que había causado, pero Luke y él reían por algo que se estaban contando, así que me tocó ordenarlo a mí.

Elegí una que tenía pinta de ser de comedia, pero que nunca había llegado a verla, de hecho, ni siquiera me sonaba.

Eso no importa, seguro que está mejor que la que iba a poner Calum.

Me volví a sentar en medio de los dos, esperando que esto me relajara.

Lo que quedó de tarde fue así. Ver películas, incluso Forrest Gump y Alejandro Magno, por supuesto los turnos alternaban, así que me tuve que tragar una peli más que por decisión propia nunca habría visto. Al final, estaba tan cansada que mis ojos no podían aguantarlo más, y se fueron cerrando lentamente, hasta que no los pude volver a abrir.

 -- Kat. -- dijo una voz en mi oído, pero la imagen de la cortina de la ducha volvió a aparecer en mi cabeza, por lo que me quedé en la misma posición. -- Kat. -- insistió esa misma voz, y me vi obligada a abrir los ojos. Vi a Luke en primer plano,  pero no su cara, como sería lo normal, sino que veía toda la largura de su brazo.

Tardé unos segundos en darme cuenta de que me había quedado dormida en su hombro.

Lo primero que se me vino a la cabeza fue la imagen de Luke asqueado porque le hubiera babeado encima, como aquella vez en el coche de Calum. Eso no se me olvidaría jamás.

 -- Perdón. -- dije prácticamente en un susurro mientras me separaba, a una distancia considerable teniendo en cuenta que estábamos uno al lado del otro, de él.

Miré, sin importarme ya que me viera observando su brazo, en busca de alguna mancha en el bordillo de su camiseta.

No suspiré hasta que no comprobé que no había nada raro en su manga. Me sentí más aliviada.

 -- No te preocupes, solo quería decirte que Calum ha ido a su coche para coger el pijama. -- sonrió él. -- Puedes seguir durmiendo cogida de mi brazo, tranquila.

Sabía que lo decía medio en burla, medio con sarcasmo, por eso decidí ignorar su comentario. Al menos no había mencionado nada acerca de saliva.

 -- ¿Quieres...? -- callé pensándolo mejor. -- Nada, déjalo. -- recapacité antes de que se oliera lo que había estado a punto de plantearle.

No, espera un poco más, aún no lo conoces lo suficiente como para que se quede a dormir en tu casa.

Y no, no estaba loca. Solamente dejaba que mi mente me aconsejara antes de hacer cualquier estupidez, porque parecía que a mí me saliesen solas aun tomando con precauciones.

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora