Capitulo 20

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Ambos cogimos uno de sus brazos y una de sus piernas. Yo las derechas, y Luke las izquierdas.

-- Le dejaremos encima de su cama, para que...

Me detuve al sentir que se movía. Instintivamente le dejé caer, sin ningún tipo de detalle con él. Me arrepentí completamente después de hacerlo, pues Luke había hecho lo mismo, y el gemido que escapó de Ashton me lleno de culpabilidad.

-- Se despierta. -- me informó Luke, aunque eso ya lo había supuesto.

Ashton parpadeó varias veces. Primero me miró a mí, y sonrió, para luego borrarla y fruncir el ceño. Luego sentió la presencia de Luke, y le miró dando un sobresalto, e incorporándose de un salto.

-- ¿Quién...? Kat, ¿qué haces aquí?

Se llevó una mano al pelo, revolviendoselo y soltando un suspiro. Cerró los ojos cuando se tocó la cabeza con su mano. Desvié la mirada y mordí mi labio.

-- Soy Luke, su amigo, para responder a tu primera pregunta, y, estamos aquí por la plaga de bichos que invadió su casa.

Lo decía como si estuviera aburrido. Sabía de primera mano que no le gustaban las preguntas, y responder a las mismas le cambiaba el humor.

Abrió la boca, luego la cerró. Volteó la cabeza para mirarme, luego miró a Luke. Tenía los ojos entrecerrados, y una expresión de confusión en su cara.

-- Te has desmayado. -- traté de convencerlo, intentando quitarme la culpa de encima.

-- ¿Cuándo? Espera, Kat, de verdad que me duele la cabeza. ¿Por qué me he desmayado? ¿Me he chocado contra algún poste o algo?

Absorví saliva de todos los rincones de mi boca, intentando mantener mi expresión seria. Recordar como había caido con los ojos cerrados me producía la risa floja.

-- Bueno, en realidad, tú... -- mantuve la boca abierta, esperando cualquier idea para soltarla por ella. -- te has desmayado por haber conseguido conducir un coche. -- asentí al decirlo.

Sentí la mirada de Luke en mí, y quería pegarme por haber dicho algo tan estúpido. No estoy hecha para mentir, y bajo tanta presión se me hacía incluso más difícil.

-- ¿Que yo qué? -- abrió los ojos. -- No me mientas. Los dos sabemos que yo no sé conducir. -- se sobó la sien. -- Soy un desastre al volante.

Miré a Luke, con los ojos enormemente abiertos. ¿Qué ibamos a hacer ahora? No podía decirle la verdad... ¿o sí? Ahora había pasado todo, lo habíamos dejado atrás, y él sabría guardar el secreto.

-- La verdad es que Luke te ha... -- comencé, pero la mano de la misma persona que acababa de mencionar me tapó la boca para que no continuara.

Le miré amenazadoramente. Quería que mi hermano supiera la verdad. Me sentía muy mal después de haberle dado una patada en toda la cabeza.

Luke se acercó a mí, pegando su boca a su oido. -- No le digas la verdad. ¿Te has vuelto loca? Lo pondrías en peligro. Por el momento no es seguro que nadie lo sepa. -- susurró.

Se separó de mí, llevándose su mano con él. Le miré, rogándole que cambiara de opinión. Pero Luke negó con la cabeza y alzó una ceja, transmitiendome que no iba a dar su brazo a torcer.

Solté un suspiró resignado, y me crucé de brazos volviendo a mirar a mi hermano, que ya nos miraba con el ceño fruncido y una expresión de no mucha felicidad en su rostro.

-- ¿Acaso pasa algo que deba saber? ¿Luke me ha hecho qué? -- le miró con desconfianza, y entonces me di cuenta de que había dejado la oración en un punto que podía ser mal entendida.

-- No, él te ha traido aquí. -- Verdad. -- Estábamos preocupados porque te habías desmayado, -- verdad. -- ya que te has dado un golpe contra una farola mientras veníamos. -- mentira.

-- ¿Seguro? ¿Y se puede saber cómo he acabado delante de una farola? Kat, sé que aquí pasa algo extraño.

Me tiré de los pelos. -- ¿No puedes simplemente creerme? Si no te lo digo es por tu bien.

-- ¿Mi bien? ¿Qué puede haberte pasado para que hables de ese modo? -- finjió una risa. -- ¿No será algo que tenga que ver con Luke? -- cambió su expresión de pronto, mirando a Luke de nuevo sin que acabara de gustarle.

-- ¡Claro que no! No en el sentido en el que tú piensas. Él... está en una situación parecida a la mia. ¿No puedes sonreir y alegrarte por que esté aquí de nuevo?

Lo dejé sin palabras. Sabía que había dado en su punto débil. No me quedaban muchas más opciones, me lo estaba poniendo complicado.

-- Lo siento, Kat, supongo que no quiero que te pase nada, y veo raro que estés de vuelta cuando ni siquiera ha pasado un mes.

-- No todo tiene por que tener un motivo negativo. -- dije, aunque este no era el caso.

Sabía que lo hacía porque me quería y se preocupaba, pero a menudo había que mostrarle dónde estaba el límite entre pasarse, y preocuparse.

--Tienes razón. Pero, dime, ¿fue todo bien por allí? ¿tu encuentro con Luke no fue por nada... de lo que tenga que preocuparme?

-- Ash... -- murmuré, rodando mis ojos. -- No, Luke es un chico normal y corriente como lo eres tú.

Mientras decía eso de la manera más seria y madura que podía, para hacerle ver lo equivocado que estaba, algo parecido a un bufido de viento echó su pelo hacia detrás, para que su cuerpo le siguiera pocos segundos después.

Daba gracias que se había puesto delante del sofá.

Había caido redondo hacia detrás. Intenté no reirme por la ironía de Luke. Cuando decía que él era normal, hacia algo como esto para demostrar que no lo era.

Entonces me di cuenta de que Luke llevaba un tiempo sin comentar nada, ni sin contradecir a mi hermano, ni intentar defenderse de sus indirectas, no tan indirectas, acusaciones.

Debería haber sospechado que estaba tramando algo.

Nunca está tanto tiempo en silencio si no es por algo así. Aunque debo admitir que no le habría parado de haber sabido lo que estaba haciendo.

Ashton a veces era... un hueso duro de roer. Para convencerle de algo de lo que dudaba mucho, hacía falta más tiempo del que mi paciencia disponía.

-- Dios mio... recuerdame que no vuelva a hacer nada parecido. -- bufó, llevándose una mano a la frente.

Al mirarle me di cuenta de que tenía sus ojos cerrados, y estaba de un tono más pálido de lo normal.

-- ¿Cómo lo has hecho? Se suponía que ya no podías hacerlo, ¿no? -- le cogí del brazo preocupada.

Quizás había hecho un sobreesfuerzo para esto, y no sabía qué podría pasar. Lo peor era que él tampoco. Esto era tan nuevo para mí, como para él.

-- Pero se supone que acabo de perder los poderes, y sé cómo hay que hacerlo... -- apretó su mandíbula antes de seguir. -- Me he concentrado, y lo he conseguido... pero no debo de volverlo a intentar. Puede que me desmaye si sigo haciendolo. Mis fuerzas no son lo que eran.

-- Pero... ¿tú... estás bien? -- pregunté.

-- Sí, Kat, tranquila. -- sonrió, abriendo sus ojos al fin. -- Sentía que tenía que salvarte de tu hermano.

-- Ya... bueno... ser tan protector está en él. -- me froté la nuca. -- No se lo tengas en cuenta, es un buen chico.

-- No lo había dudado ni por un segundo. -- respondió únicamente, sin dejar de mirarme.

Me sentía incapaz de apartar los ojos de los suyos. Me gustaba hablar con él por varios motivos, y estas cosas que no esperaba pero que me gustaban oir eran una de ellas. Parecía que no lo hacía a posta, pero siempre me ponía una sonrisa en la cara.

Sin darme cuenta, ya estaba sonriendo y agarrándome más fuerte a su brazo.

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Lamento que se me haya quedado tan corto, pero con lo de editar a veces no va todo tan cuadrado.

Gracias por leer, y si os ha gustado, votar :))))

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora