Capitulo 48

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Sabía que Michael estaba peleando por nuestras vidas en otro lado del sótano, pero yo sólo tenía ojos para Luke. Era el que se encontraba en mayores problemas. 

Él y su hermano se peleaban a muerte, cada uno intentando machacar al otro, ahora ya sin ninguna duda. 

Estaba aterrorizada por si conseguía hacerle daño de verdad a Luke. Le debía demasiado como para verle morir sin hacer nada, pero cada vez que pensaba en levantarme se me caía de nuevo el mundo encima.

Entreabrí los labios para llamarle, en un intento por animarle y que le diera el golpe que le haría ganar. Si Nathan se despistaba un momento, Luke ganaría. Pero... pensé en ese momento que pronunciar su nombre podría despirtarlo, y conseguiría justo lo que estoy intentando evitar.

Entonces fue cuando alguien más entró en la lucha entre Nathan y Luke.

Me quedé boquiabierta mientras el tío de ambos cogía a Luke por un brazo para lanzarlo hacia un lado, dejando a Nathan libre.

La expresión en la cara de Luke lo dijo todo. Contra dos era muy difícil conseguir nada.

Me temblaron los brazos como flanes cuando me incliné para estar sentada. Casi me caí hacia el lado izquierdo cuando mi hombro me recordó que no podía hacer nada por mí. Los sollozos escapaban de mis labios, pero eran prácticamente inaudibles con tanto alboroto.

Cuando volví a mirarles, Luke se resistía en los brazos de su tío, pero este lo tenía bien cogido por detrás. Le dio un cabezazo en la cara, y en efecto consiguió darle en la nariz y hacer que sangrara en cuestión de segundos, pero de nuevo su tío demostró lo poco humano, en todos los sentidos, que era, y siguió cogiéndole firmemente, sin dar su brazo a torcer. Su expresión denotaba algo que parecía rabia, pero si mirabas bien, no mostraba nada. No podía sentir emoción alguna, por lo que tampoco podía expresarla en su rostro.

Nathan se volvió a poner de pie, pues se había agachado para coger algo. Entre la mirada asesina que impregnaba todo su ser y el modo en que caminaba, cogeando de una pierna, me infundió un terror absoluto. No quise pensar lo que estaría pasando por la mente de Luke.

Sin embargo eso fue lo que me hizo reaccionar. Eso, y ver que era el cuchillo que llevaba en la mano lo que había cogido.

¿Por qué usaban ese tipo de armas cuando con su poder podían hacer mucho más? ¿O es que entre ellos no podían hacerse daño? Pero Luke era más humano que ellos.

No entendía nada.

Cuando el tío de Luke estiró los brazos de este para dejar su pecho como un blanco fácil, yo ya me encontraba levantándome y apoyándome únicamente en mis dos piernas, lo que me hizo creer en los milagros. Fue un momento de motivación, pero fue suficiente.

Me lancé contra Nathan cuando estaba enfrente de Luke, sabiendo que era lo único que podía hacer. Dejar caer mi peso hacia delante, rezando por que la caída no fuera terrible.

Conseguí desviarlo y moverlo, pero yo tuve que cerrar los ojos y parecía que no podía volver a abrirlos. Sentía el agotamiento en cada fibra de mi ser, cuando de pronto un dolor más profundo y cortante me afectó de pleno en el antebrazo derecho.

Grité, llevándome la mano en esa dirección y provocando que mis ojos colaboraran en conjunto con mi cuerpo, que no se derrumbó en ese segundo.

Tenía un corte profundo en el antebrazo, y ver la sangre rodar por mi brazo no mejoraba la situación. Era la segunda vez que pasaba por esto en menos de una hora. ¿Por qué salía sangre? ¿Aún me quedaba algo?

Ahora se movía la habitación y mi cabeza me pinchaba por muchos lados. O tal vez era mi cuerpo el que pinchaba.

Ya no sabía nada.

No confies en los fantasmas || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora