Una unión.
Una sortija sobre su dedo.
Un juramento de amor eterno.
Así era un matrimonio, algo que duraría para siempre, algo que no tendría nunca una fecha de caducidad, pero justamente ahora se sentía como todo lo contrario.
¿Dónde habían quedado todas esas cosas?
Llevaba cinco años casado con su esposo: Park JinYoung.
Tenían mucho de conocerse, de vivir juntos, cinco años no era un tiempo corto, pero en su relación todo en vez de mejorar, iba a una especie de deterioro.
¿Qué era lo que sucedía? ¿acaso el amor se estaba acabando?
JaeBeom, un hombre que pasaba la mitad de su tiempo enseñando música a un par de universitarios no entendía demasiado la situación. Amaba como loco a su esposo, lo amaba tanto que era simplemente confusa la manera en que se comportaba con él.
Se regañó por pensar que sucedía algo malo entre los dos. JinYoung era incapaz de hacerle algo, pero, aún así, sentía una inseguridad que nunca había imaginado, así que hizo lo único que era capaz de hacer en un momento así: emborracharse hasta olvidar.
Una cerveza bajo su mano adornaba la imagen del gran Lim JaeBeom, el gran hombre, cuidadoso y amable, el que estaba siempre dispuesto a darlo todo por Park JinYoung.
Siendo las doce de la madrugada, estaba aún sentado en el sofá que JinYoung había elegido hace un par de semanas para la remodelación de su hogar; esperando por él, sin tener la más mínima idea de su paradero.
Estaba borracho, no solo por el alcohol, estaba embriagándose en los recuerdos de ambos, en su pasado, tratando de encontrar alguna mínima falla, ¿Por qué sentía que algo iba mal? Quizá Park era demasiado transparente, posiblemente pasaba por un poco de paranoia, al punto de crear una inseguridad inexistente.
Sus ojos comenzaron a darle batalla, había sido un día cansado, demasiado, eran los primeros días del nuevo semestre en la universidad y todo estaba siendo un lío, desde los alumnos, hasta aulas, horarios mal hechos, planeaciones escolares.
Llevaba cuatro años de ser profesor en aquella universidad, pero cada ciclo escolar se sentía siempre como el primero, un tanto extraño e incómodo, siempre había muchas cosas que olvidaba y se sentía sobrecogido por tanto estrés atacando de un lado a otro.
Un sin fin de papeleo aún le esperaba, hojas que se irían acomulando si no les daba un respectivo lugar. Demasiado para sí.
Su cabello castaño, un tanto largo, comenzó a golpear contra su rostro, debido a la posición que adquirió. Empezó a sentir sus ojos cerrarse, hasta el punto de permitir que los brazos de morfeo lo abrazaran con sutileza y lo llevarán a un lugar lejano de la realidad, olvidando la razón por la cuál aún no iba a la cama.
Dejó que los sueños se apoderan de él y lo llevarán a un lugar más tranquilo.
Un golpe.
Ligero pero lo suficientemente fuerte para despertarlo, lo hicieron dar un pequeño brinco, aún con la botella de cerveza en la mano, sorprendido de que los ojos de JinYoung le dieran la bienvenida, frente su rostro, con una sonrisa amable y tranquila.
—Es tarde, no debiste esperar despierto bobo —su tono de voz era dulce, como la miel. Amaba oírlo hablar así.
—¿Dónde estabas? —preguntó aún un tanto adormilado.
—En una reunión, te lo dije.
En otras ocasiones JinYoung hubiese explotado por no prestarle atención, por tener la mente en otro lugar y no recordar las cosas que le decía, pero particularmente hoy parecía tranquilo, más que cualquier otro día.
JaeBeom conocía perfectamente la manera en que funcionaban, habían un par de discusiones que nunca iban tan lejos, que siempre se solucionaban con una disculpa y se olvidaban. Era extraño, estaba acostumbrado a ser regañado por algo así, pero no hubo nada, más que un par de sonrisas amables, así que prefirió dejarlo pasar.
Park lo ayudó a levantarse, dejó la cerveza en la mesita de noche, obligando a Lim a colocar su brazo alrededor de su cuello.
La noche era fría, se sentía un tanto vacío, era una sensación de soledad que JaeBeom no entendía, porque incluso si su esposo estaba ahí, riéndose por haber tomado un día entre semana, su voz y presencia eran casi nulas, como un sueño lejano, quizá estaba soñando ahora mismo.
JinYoung nunca tenía una actitud tan dulce y amable, se podría decir que era equilibrado, no derrochaba tiempo siendo romántico, pero tampoco era indiferente a este.
¿Qué es el amor?
¿Hay una fecha de caducidad para este?
JaeBeom no lo sabía con exactitud, pero cada vez, tenía más miedo a tener una respuesta afirmativa.
El amor se acaba, se deja de sentir y las personas se alejan hasta convertirse en extraños, quizá el amor simplemente es un juego, un juego del que debería dejar de tener expectativas, porque no quería terminar jugando solo, moviendo todas las piezas para tratar de alcanzar lo inalcanzable.
[...]
Momento para comenzar a llorar.
Engáñame oficialmente entró a edición, un nuevo inicio, sustancialmente todo permanecerá igual, así que si lo van a releer, no sé, igual se siente distinto.
Esta edición la estoy haciendo yo misma, ya que no quiero darle trabajo de más a la chica que me ayuda a revisar. Están en su derecho de decirme si algo no tiene sentido si se lee mal o algo por ahí.
En fin, veamos si llego o lo mando todo alch
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engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]
FanfictionLa relación de JaeBeom está en picada. Aún si lo niega constantemente sabe que su relación de más de cinco años se está viendo amenazada. Se casó con la ilusión de un final de cuento de hadas, pero ahora está envuelto en una lucha para mantener su...