YoungJae era alguien que todos amaban, y su única excepción a aquella afirmación era YuGyeom.
Kim estaba frente al par, su madre conversando con YoungJae, ella técnicamente enamorada del chico que hablaba sin miedo alguno.
-Entonces ¿es tu novio?- su madre preguntó por lo cual Kim abrió la boca molesto, y negó apresuradamente, cruzándose de brazos y mirándola de manera asqueda, el mayor le dijo algo en su oído, algo que no alcanzó a distinguir, pero algo que realmente lo hizo sentir molesto porque se habían reído después de ello.
¿Acaso no era suficiente para ese tipo? Si el quisiera ya lo tendría comiendo de su palma, al menos eso pensaba, porque no conocía la realidad del asunto, kim estaba seguro que se habían burlado de él.
Las cosas habían sido simples, su madre los vio mirando la TV y en cuanto le presentó a Choi esta no se despego de él, de hecho lo había invitado a cenar y, a pesar de que se interpuso para que eso pasara, su madre no se rindió, así terminando en la escena que presenciaba justo ahora. Hizo a un lado su plato y se dispuso a dejarlos solos, pero viendo el lado bueno del asunto, no tendría porque soportar su presencia directamente.
Siendo de noche salió de casa, dirigiéndose al pequeño parque frente a su casa, dispuesto a olvidarse de todo el asunto de YoungJae, y dejar de sentirse molesto, sus pies se movieron hasta la cancha de basquetball y sus manos menearon en la pantalla de su móvil, mientras que sus ojos se intercalaban entre el aparato y el camino, para al final llegar poniendo una canción.
Bailar.
Cada persona tiene una manera muy particular de sacar su estrés, de Kim, por su puesto era el baile, nunca le servía hacer ejercicio directamente, o gritar, o enfrentarlo, no, a él lo único que lo hacía sentir libre era el baile, era mover al ritmo de la música sus músculos, sentía que podía olvidarse de todo mientras lo hacía.
Todos somos buenos para algo, todos tenemos algo que nos apasiona, que nos hace sentir vivos, como si la vida valiese la pena de vez en cuando.
Sus movimientos eran ligeros, como si en vez de pisar el frío suelo de la cancha estuviese tocando y rozando nubes, sentía como si volase, como si el mundo dejara de existir y solo fuese la música y él, era tan bueno poder olvidarse del resto del mundo.
-¿Te gusta bailar?- eso lo detuvo abruptamente, abriendo los ojos y topándose con aquel chico que había arruinado su tarde, arruinando también aquello.
Sus ojos curiosos, al mismo su cuerpo temeroso de acercarse, pero irradiando cierta prepotencia en su persona, haciendo que Kim se sintiese molesto.
-No te incumbe.- respondió de manera seca.
-¿Estas molesto?- cuestionó de manera temerosa, haciendo explotar la poca paciencia que le quedaba.
-¡SI!- explotó, mirándolo a los ojos con furia, y optando por retirarse, porque no estaba de ánimos y no estaba en disposición de mandarlo a la mierda, por el mero hecho de que técnicamente todo aquello era un favor que le hacía a Mark.
YoungJae lo vio partir, apretó los labios, sintiéndose extraño, quizá, sólo quizá lo estaba incomodando. Se puso en cuclillas y alboroto su cabello, estaba molesto consigo, por más que intentaba avanzar parecía dar dos pasos hacía atrás, pero no quería rendirse, estaba dispuesto a hacer e intentarlo, al menos hasta que se diese cuenta de sus sentimientos.
No estaba seguro del porque no se daba por vencido, de verdad, cualquiera con aquella actitud tan despectiva ya se hubiese dado por vencido, pero había algo, quizá una pizca de esperanza, que lo mantenía de pie, queriendo luchar, hacerse notar, y que se diera cuenta de que el también existía. Ahora no sabía si darle las gracias o golpear a Mark, porque sino fuese porque el en un tiempo revoloteó tanto en su alrededor no conocería a Yugyeom y seguramente no estaría desesperado ahora, seguramente en ese momento estaría en casa, haciendo las cosas que regularmente realizaba en fines de semana, pero no, estaba ahí siendo un total desastre tratando de alcanzar a ese chico alto, odio tanto el momento en que escuchó su risa y lo vio sonreír, odio cuando lo vio bromear con Mark y odio pensar en aquel entonces que parecía lindo.
¿Debía darse por vencido?
No.
Al menos no aun, lo intentaría, le mostraría que el era digno de ser una persona de agradar.
-¿Por qué me gustas?- se preguntó, tirándose al suelo, extendiendo sus brazos y piernas, mirando directamente al cielo, tratando de ser optimista, pensando en los lados positivos, que por ahora eran que su madre estaba de acuerdo con intentar conquistarlo.
Después de que YuGyeom se había ido, él intentó seguirlo,la mujer lo detuvo, alegando que debía darle su espacio.
Kim no era alguien sencillo de seguir de cualquier modo, aun si se daba cuenta de sus sentimientos, seguramente sería recio, al menos de acuerdo con esa historia de su madre.
Le habían roto el corazón, de la forma más horrenda, tanto que el menor ya no estaba interesado en saber nada concreto del amor, al menos referente a si mismo, como si no tuviese el derecho de amar. No entró en detalles su madre, Choi tampoco quiso preguntar, pero quería intentar a pesar de todo, aunque tuviese esa actitud tan grotesca, por ello se sentiría un poco conforme si se daba cuenta de lo que sentía, al menos podría decir que lo intentó, y si tenía suerte y lo aceptaba iba a enseñarle lo que es el amor.
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engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]
FanficLa relación de JaeBeom está en picada. Aún si lo niega constantemente sabe que su relación de más de cinco años se está viendo amenazada. Se casó con la ilusión de un final de cuento de hadas, pero ahora está envuelto en una lucha para mantener su...