engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]

consejos;

A JaeBeom no le gustaban las interrupciones, mucho menos que esas fueran causadas por sus alumnos.

No pedía mucho como maestro, solo un poco de atención a su clase, pero Mark Tuan era un caso perdido.

Un par de ocasiones notó como su vista se perdía en la salida, algunas veces llamaba su atención y otras fingía no ver nada, pero todo era por la misma razón: un chico.

Al otro lado de la puerta, sin mucho esfuerzo, podía ver a Choi YoungJae, aquel alumno burbujeante y lleno de energía, casi como si la vitalidad fuese parte de su vida; un alumno promedio que poseía una gran personalidad, y verlo fuera no le importaría mucho, lo único que le molestaba era ver a su alumno con la vista pegada a ese chico.

Resopló y se dijo que era momento de detener esa estupidez, perdía saliva de forma innecesaria. Golpeó el escritorio de Tuan, el cuál dio un pequeño salto en su lugar, asustado por el inesperado movimiento de su docente.

Mark apenas pudo abrir la boca, intentaba articular alguna palabra, pero el susto lo dejó en blanco, y solo lució como un tonto.

—¿Cuántas veces tenemos que hacer esto?

Mark bajó la vista y negó.

—Estoy harto, usted y yo sabemos que está tutoría no es mi obligación —habló, siendo consciente de las palabras que diría a continuación.

No estaba dispuesto a tener que soportar eso, gastar su tiempo para que el chico le diera lo mismo y se perdiera en aquel chico.

—Yo... disculpe —logró articular en un tono de voz casi inaudible—, no volverá a pasar.

—No es la primera vez que lo dices.

A JaeBeom no le parecía esa actitud ante sus clases, peor aún cuando era su único estudiante, y se mantenía firme con su posición incluso si le daba cierta pena aquel chico.

—En serio disculpe —trató de buscar la palabras correctas—, yo solo…

Notó como dió un pequeño vistazo a Choi, quién hizo contacto visual con ambos, sonriendo con gran alegría, como era su costumbre, sin saber que él era la causa de aquella interrupción.

Lim observó con cuidado a su alumno, quién sonrió de vuelta a YoungJae y notó esos ojos brillosos que despertaron cierta curiosidad en la situación.

—Realmente te gusta, ¿no es así? 

Asintió con levedad, era como si temiera por su reacción.

—Algo así… —articuló con una mueca en los labios.

—Te daré un consejo… 

—¿Y usted qué sabe de eso? —elevó sus cejas, expectante de su respuesta.

Incluso si Tuan le tenía cierto miedo a Lim, no evitaba verse un poco renuente cada que le ofrecía un poco de ayuda, no podía asentir y dejar que hablara cuando ni siquiera sabía nada de él. 

—Oye, también tuve tu edad —respondió un un leve tono molesto—, además no estoy tan viejo.

—No es eso, solo que usted no parece…

—Ya, escucha bien —volvió a su punto de inicio—, no sé mucho de ti, pero se algo de ese chico y es que es demasiado sociable.

—Eso puedo verlo. —respondió con obviedad.

—El punto aquí es, ¿crees que por el simple hecho de que se acerque a ti tienes alguna posibilidad? —no espero respuesta y continuó—, si el realmente estuviese interesado te buscaría más de lo indicado.

—Puedo acercarme yo —contesto.

—Sí puedes —asintió—, pero debes ser claro con tus intenciones, alguien como él puede… no sé, pensar en cualquier cosa menos un interés romántico.

Mark frunció el ceño, si lo pensaba un poco más, las veces que se encontraban eran pura casualidad, pero aún así YoungJae se acercaba y platicaba con él con una gran sonrisa en los labios.

—Ya veo… 

—Eres atractivo —comentó despreocupado—, no tendrás problemas.

Le dio un apretón en el hombro y continuó con su lección del día, Mark antes de poner su mente en la lección se quedó un poco extrañado por la pequeña situación que pasaron.

No pensaba que ese hombre tuviese emociones, mucho menos que pudiese considerar que alguien o no fuese atractivo.

Sacudió su cabeza y miró al hombre seguir con su trabajo, le prestó un poco de atención, cosa que nunca hizo hasta ese momento y por primera vez notó un anillo bajo su dedo, era un hombre casado. Sonrió, un cierta burla en la acción, no podía imaginarse a ese hombre tan seco desbordar amor por alguien que no fuese su clase.