like an angel;

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Sus ojos se posaron de nuevo en la puerta del profesor, se preguntó por decima vez si comía solo, si se la pasaba todo el tiempo en soledad, eso no era algo bueno para su divorcio, asi que apretó sus labios decidido y abrió la puerta, se topo con el hombre comiendo tranquilamente, removiendo pensativamente algo de lo que parecía ser un poco de pasta.

-¿Que te trae por aquí?- preguntó sin mirarlo, Tuan curioso se acercó hasta su escritorio, tomando cuidadosamente una silla y colocandose frente a él.

-Me parece que se la pasa demasiado tiempo solo- habló, poniendo en frente la comida que tenía entre manos.

-No es la gran cosa.- afirmó restandole importancia al asunto.

-Para mi si lo es, no es cómodo para alguien siempre pasarlo solo- respondió el menor, comenzando a comer.

-Si tu lo dices...

Parecía no ser uno de sus días buenos, sabía bien de ellos, su madre en aquel entonces cuando se divorcio tenía sus días buenos y malos, asi que supuso que debía hacer algo, aunque no sabía exactamente que, notó su plató de comida y luego a su maestro.

-¿Usted lo cocinó?- cuestionó, JaeBum pareció prestarle atención y asintió ligeramente.

-No es la gran cosa... Solo lo hago para sobrevivir, en realidad la cocina no es lo mío- admitió recordando las miles de veces que JinYoung se quejaba de su comida, y como había optado por solo dejarlo de lado.

Sin esperarlo vio como Mark se acercó y tomo de su comida y luego un gesto feliz apareció en sus labios.

-¡Esto sabe increíble!- admitió, queriendo volver a tomar un bocado, y también captando toda la atención de Im- ¿no sabe cocinar? No quiero imaginar cuando me diga que sabe hacerlo.

-Vamos no es...

-Estoy dudando de las habilidades culinarias de mi madre, ¿Será posible molestarlo yendo a comer con usted? -parloteó, sabiendo perfectamente que había dado al clavo de sus animos, aunque siendo sincero no había mentido para nada.

JaeBum frunció el ceño con una especie de sonrisa desconcertada, notando como Mark seguía robando de su comida con una sonrisa traviesa y él simplemente lo dejo hacerlo, pensando que lucía como un niño pequeño cada que daba un bocado, los gestos, los sonidos satisfechos, haciendo dudar de las palabras que había dicho su ex-esposo en aquel tiempo.

Y si era mentira, al menos estaba teniendo un lindo gesto para no pensar tanto en él.

Mark realmente era como un ángel de la guarda, dispuesto a ayudarlo y sentirse mejor.

Estaba agradecido, y supuso que las clases realmente eran una buena paga.

[...]

engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora