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Mark después de verlo en esa terrible condición se propuso visitarlo, a partir de ese día optó por ir a su casa y revisar cómo estaba, nadie le pedía hacerlo, de hecho todo eso fue su propia idea, era su maestro y le rompía el corazón verlo así.

Si le preguntaban, no era normal ver a un alumno visitar a su maestro, de hecho podría malinterpretarse, pero no le importaba demasiado, necesitaba a alguien con él, y sentía que quizá BamBam podía ser un dolor de cabeza.

Traía algunos platillos que tomaba de su madre y los llevaba para que comiera algo, porque parecía que Lim no tenía la intención de hacer nada.

De poco ya era una costumbre, visitarlo todos los días, evitar que Kunpimook estuviera ahí y ser feliz, porque no quería volver a pasar una situación tan vergonzosa como verlo semidesnudo.

—¡Ya vine!— anunció mientras asomaba la cabeza por la puerta.

Se deslizó por la casa y entró a la cocina, el lugar que ya conocía bastante bien.

Era seguro que JaeBeom ya conocía aquella rutina, la cual consistía en que Mark anunciaba a todo pulmón que estaba en la casa, después de unos minutos lo iría a buscar con algo de comer en manos y hablarían un rato, para luego despedirse.

A JaeBeom no le gustaba cuando tenía que despedirse de él, pero Mark no lo sabía.

Mark el terminar de calentar la comida buscó por la casa a JaeBeom, quién como la mayoría de veces estaba en la habitación, solo que esta vez estaba sentado sobre la cama y miraba hacía la ventana.

—¡Profesor! —saludó—, ¡Traje su comida favorita!

Elevó el plato de comida y sonrió al tiempo que tomaba lugar en la silla que ya estaba colocada a lado de la cama.

A Mark no le fue difícil el poder averiguar qué era lo que le gustaba a su docente. Era un hombre expresivo, cuando no era algo que realmente le gustaba comía en silencio, no decía nada, pero cuando había algo que le gustaba lo comía con pasión, casi podía jurar que le brillaban los ojos al ver el plato de comida.

Era fácil, pero le tomó un par de días poder entender que era lo que le gustaba, al principio intentó en comprar en diferentes restaurantes cercanos a la zona y un día, prefirió llevar algo que su madre cocinó, desde ese momento lo vio con un poco de más ánimos para comer, y el resto fue historia.

Mark no era un gran cocinero, de hecho, era terrible, así que después de que su madre se diera cuenta de la falta de comida, no tuvo otra opción que ser sincero, desde ese entonces su madre se volvió su maestra en la cocina y de esa forma Mark podía llevar exactamente lo que a JaeBeom le gustaba.

—¿Por qué siempre gritas?— se quejó.

Apartó la vista de la ventana y miró al chico quién solo pudo sonreír.

—Porque nunca sé dónde va a estar— habló para colocar la mesita sobre el regazo del mayor.

—No es como que tenga muchos lugares donde moverme.

Mark pensó un poco y se limitó a encoger sus hombros.

—Deberías dejar de hacer esto —habló— puedo hacerlo yo.

Tuan soltó una pequeña risa, sabía a lo que se refería, pero era gracioso si quiera pensar el cómo podría lograr hacer algo  de comer con esos yesos.

—Nunca lo veo hacer nada, tómelo como una paga por las clases.

Agrandó su sonrisa, al tiempo que colocaba la comida y los utensilios sobre la mesa portable.

—Bien, bien.— JaeBeom aclaró su garganta y miró a la comida frente a sus ojos.

Luego miró directo a los ojos que Mark y este sonrió, con la ansia de verlo comer y disfrutar lo que preparó.

Dio el primer bocado con la mano libre y habló con la vista fija en el platillo.

 —Ahora puedes mirarme a los ojos.

—¿Que?

—No soy tonto, desde el día en que BamBam te obligó a ayudarlo ni siquiera podias verme a la cara, ahora lo haces, creo que ya pudiste superar tan poca cosa— explicó.

 Tuan pareció reaccionar, quedó en silencio, y apretó los labios, para luego sentir un calor subir hasta sus orejas.

—No es eso…

—¿Por qué no me miraba entonces?

—Es mi maestro... Es algo raro… incluso si es normal ver a otros sin ropa, usted aún es mi profesor.

Lim pareció pensarlo, y optó por darle la razón, no lo pensó de ese modo antes, y si él estuviera en esa situación era obvio que quizá podía reaccionar como Tuan, pero no era para tanto.

—Ni que me hubiese visto completamente desnudo— remilgó con la intención de restarle importancia al tema.

Aunque solo logró que Mark sintiera vergüenza de nuevo, la imagen de Lim solo en calzoncillos, pareció volver a su mente de golpe, cosa que lo hizo sentir apenado.

Las visitas eran aburridas y molestas por lo regular, no hablaba mucho, y con Kunpimook la visita podía llegar a ser bastante fastidiosa.

Mark era la única persona que mejoraba su humor, hablaban de cosas de cualquier tipo, bromeaban entre ellos y solían poder sostener conversaciones bastante interesantes y como último pero no menos importante, podía llegar a darle algunas lecciones de música que lo hacían volver a sentir que todo era normal, como si estuviera en la escuela, enseñando.

El tiempo que pasaban juntos era importante, no solo porque sentía que no estaba solo, sino porque podía conocer a ese alumno tan raro.

Despertaba en él una curiosidad impresionante, como alguien como él podía tener un corazón tan amable, nunca le pedía nada y cuando JaeBeom ofrecía incluso pagarle por la comida este se negaba.

Le gustaba conocerlo.

—Oye, ya no supe nada —comentó con comida en la boca—, ¿Qué tal vas con YoungJae?

—Yo...— Mark se quedó callado, ni siquiera se acordaba de YoungJae.— bueno en realidad no hemos hablado...

—Ya veo...

—Bueno, no importa, después hablaré con él, ahora usted debe comer y mejorarse, el maestro sustituto es horrendo— parloteó con la intención de cambiar de tema.

—Ya decía yo que por algo venías. 

—Efectivamente, debo tener al buen maestro de vuelta. — sonrió, JaeBeom por su lado soltó una risa.

—No te da tutorías ¿no es así?

—Mi tiimpi is miy viliisi piri mi— respondió imitando de mala forma la voz del maestro— no se para que le pagan si no hace su labor.

—De hecho yo tampoco tendría porque hacerlo.

—Porque usted es diferente, usted es bueno, él parece una urraca.

Volvió a reír, si, en definitiva, Mark Tuan era alguien de gran ayuda en su recuperación.


engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora