engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]

graduation party;

Despedir a su primera generación de alumnos, algo tan bizarro, algo que veía tan lejano, con muchos de ellos cometió errores, aprendió y por su puesto creo un lazo especial ¿Por qué perdería la oportunidad de despedirse de ellos?

Acomodó su traje, se miró al espejo y movió el pequeño flequillo que tenía de un lado a otro, aun no se acostumbraba a tener el pelo corto, quizá porque había pasado bastante tiempo llevando el mismo corte. Admiró su figura un par de segundos y sonrió un tanto egocéntrico, pensando que lucía realmente bien, no era por nada pero a pesar de todo tenía autoestima y no podía negar que se veía bien, demasiado bien, de cierta manera le agradecía a BamBam, pero nunca lo admitiría, jamás lo haría, tenía algo llamado orgullo y si le agradecía, sería un terrible infierno, y cada que lo viese alardearía y nunca lo iba a poder callar, así que por su bien lo guardaría para sí.

La música resonaba desde lo lejos, alumnos de la carrera estaban tanto afuera como adentro, resonaba el ritmo de alguna canción desconocida, que tenía un buen ritmo e incitaba a muchos a bailar, JaeBum se movió un poco al ritmo, pasando entre los demás graduados de aquella generación buscando un lugar, en dónde estuviesen sus ex alumnos, porque claro no había impartido catedra a toda esa multitud de gente, encontró la mesa, viendo a muchos sentados riendo y girando una botella sobre esta.

Todos saludaron al profesor cuando tomo un asiento. Comenzó a mirar el juego, soltando una que otra risa al ver el juego inocente de los alumnos, verdad o reto, algo normal, ya que algunos eran casados, otros tenían pareja, y otros disfrutaban más del hecho de poner retos que tener que hacer el famoso juego de besos.

-¿No se une profesor?- JaeBum negó ligeramente, todos soltaron un quejido en forma de reclamo.

-¡No sea gallina profesor!

-¡Ya no le digas profesor, ya no es nuestro maestro!- el mencionado soltó una risa ante los comentarios de los alumnos.

-Bien. Bien, jugaré si tanto insisten.- accedió, uniéndose al grupo de graduados.

La botella giro bastantes veces, indicando a muchos de sus estudiantes, hasta a él le había tocado preguntar a algunos, sacado alguna de sus sospechas como maestro. Bromas amenas lo invitaron a sentirse relajado y animado, en adentrarse en el ambiente.

La botella por primera vez lo señaló, su alumna Yerin sonreía, moviendo su cabello rubio de lado, tratando de aguantar la risa.

-¿Verdad o reto?- cuestionó la chica.

-Verdad.- escogió el camino más fácil, según su percepción.

-Bien.- aquella sonrisa que apareció en sus labios le dio mala espina.- ¿Tiene algo con su alumno?

-¿Alumno?

-¡Vamos profesor el chico que siempre esta con usted!- otro respondió

-No.- negó riendo por las ideas tan raras que tenían los alumnos.

-Nadie le cree.- respondió la chica riendo.- hasta yo pienso que tienen algo.- dijo recordando la mirada de muerte que le había echado el menor cuando los vio a ambos hablando acerca de los buenos recuerdos que tuvieron mientras fue su docente.

-Además la forma en que se miran e interactúan ¡ES TAN LINDA! ¡YO YA TENÍA UNA RELACIÓN CIEN POR CIENTO APOYADA!- reclamó otra alumna.

Negó, escuchando como todos decían no creerle, aunque al final tuvieron que dar por terminado el tema, volviendo a girar otro par de veces, haciendo otras bromas y retos, al final como era de esperarse volvió a tocarle, el maestro suspiró y pensó estratégicamente su respuesta, optando ahora por la opción de reto.

-Debe besarlo.- fue lo que dijo el chico.

Todos los alumnos comenzaron a gritar, haciendo ruidos como "wuhhh" y cosas que hicieron a JaeBum sólo reír.

-No va a venir.- aseguro.

-¿Decía?- intervino Yerin, JaeBum volteó la vista encontrándose con el menor atravesando la pista, se quedó en shock y comenzó a negar, definitivamente no lo haría.

-Seremos buenos.- habló otro chico.- tiene toda la noche para hacerlo, no puede negarse.

-¡Además sólo es un beso!- animó otros y los demás lo apoyaron asintiendo y diciendo "Sí"

JaeBum sólo se limitó a negar y comenzar a reír, porque eso nunca iba a suceder.

[...]