engáñame; jjp; markbeom [reescribiendo]

in love;

Sus dedos se menearon lentamente, mientras sostenía la pluma que utilizaba para no morir del aburrimiento, girándola y haciendo pequeñas acrobacias con ella, la maestra de lingüística enseñaba energéticamente, mientras intentaba que sus alumnos dieran señal de vida, pero era inútil, por más que se esforzara la mitad de su clase parecía desinteresada en saber de la morfosintaxis, claro que Mark intentaba escucharla, pero su voz era tan suave que hasta él sentía la necesidad de caer en los brazos de Morfeo.

Recuerdos lo hicieron vagar un poco llevándolo a pensar en los métodos de entretenimiento de alguien, así que los tomó sin preocupación alguna, hacer dibujos sin sentido alguno parecía ser una buena idea, el recuerdo lo hizo pensar en la persona con esa maña, así recordando el día que lo descubrió, una sonrisa se apareció en sus labios e instintivamente dibujó un pequeño corazón con una simple inicial. Sin darse cuenta cubrió la hoja de su libreta, llenándola de corazones y una que otra "J" en el camino, su mente parecía en otro lado, sus mejillas se volvían ligeramente rosadas y sus ojos brillaban.

-Mark.- fue la quinta vez que la maestra le llamó, Tuan meneó la cabeza volviendo a si mismo, sintiéndose de pronto tonto.

-¿Sí?

-¿Todo bien?- preguntó preocupada la docente, Mark solía ser alguien que estaba al cien en sus clases, realmente le pareció increíble verlo fuera de si.

-Eh... yo sí.- rascó su cabeza, haciendo que la maestra lo mirase un tanto más.

-¿Podrías pasar a anotar algo al pizarrón?- preguntó, el muchacho asintió levemente y se acercó, cumpliendo con el mandato de la profesora, preguntándose cómo es que no había escuchado nada, y sintiendo un poco de vergüenza, algunos de sus compañeros ya lo estaban mirando de manera preocupada o mejor dicho curiosa.

Cuando regresó a su asiento, sintió su cara ponerse completamente roja al notar lo que había anotado en su cuaderno de apuntes, ¿Cómo es que no se había percatado de ello? Se golpeó mentalmente un par de veces, añadiendo otros golpes literales a su cabeza.

¿Qué era estar enamorado? Mark estaba seguro que lo sabía, hasta ese momento. Era como un niño de quince años, anotando corazones, a esa edad nunca lo había hecho, quizá porque no estaba interesado en el tema en aquel tiempo. Cuando tuvo su primer novio tampoco pensó tan intensamente en él, menos cuando estaba seguro que le gustaba YoungJae, claro, se ponía nervioso y hacía tonterías, las normales para si mismo, pero no este nivel, al menos siempre había pensado que era demasiado estúpido cuando veía a la gente hacerlo, pero ahora parecía el karma estarle haciendo cargo de conciencia.

Divagó por un par de minutos, pareciendo un loco, halándose de los cabellos, frunciendo el ceño, negando y luego asintiendo, llevando una lucha mental, pensaba que lo del café había sido mera casualidad, pero al parecer fue el detonante. Gimió molesto, haciendo que media clase se quedase en silencio y lo mirasen de manera extraña, apretó los labios y cubrió con una de sus manos como pudo su rostro, estaba siendo demasiado estúpido.

Dio gracias cuando la clase acabo, y supo directamente a dónde ir. Con velocidad comenzó a buscar entre la gente, dejándose guiar por la estatura y color de cabello, facilitándole la tarea, encontrándolo caminando hacía el baño.

-¡YUGYEOM!- gritó, el menor de ambos paró su caminata, este alzó una ceja, esperando a saber que era lo que diría, porque él había sido bastante claro respecto al tema, aunque tenía que seguir con las comidas incómodas con YoungJae y deseaba pasar el tiempo con Mark, su ego y orgullo eran mayores como para rogarle algo.

Mark no esperó y se acercó, casi corriendo, desesperado de su ayuda.

-¿Pasa algo?

-Yo... necesito ayuda.- aclaró rápidamente.-... creo que tienes razón...

-¿De qué? Sabes que siempre tengo la razón, pero exactamente de qué estamos hablando esta vez.- sabía de qué hablaban, Mark conocía bien ese lado de su amigo, que estaba en espera de oírlo y soltar un brutal y molesto "te lo dije".

-Creo... que me gusta...- sus mejillas se habían vuelto rosadas y estaba totalmente molesto con ello, Kim no pudo evitar pensar que era adorable, mientras una sonora risa burlona salía de sus labios.

-Te lo dije.- sonrió.- ven, ahora tenemos cosas que hablar, pero primero...- habló de manera seria haciendo que Tuan pusiera toda su atención en él.

-¿Qué?

-Tengo que ir al baño.

[...]