LIII. Mi visión de la realidad y la importancia de saber cuándo decir adiós.

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Niño Converse: has llegado ya a casa?

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Niño Converse: has llegado ya a casa?

Samuel M.: Yep.

Niño Converse: yo igual

Niño Converse: lo pasaste bien?

Samuel M.: Sí.

Niño Converse: uhm... me alegro :)

Niño Converse: yo =

Niño Converse: todo bien?

Samuel M.: Sí.

Niño Converse: seguro?

Samuel M.: Espera, espera.

Samuel M.: Claro que sí, ya puedes irte con tus amiguitos ☺️.

Niño Converse: jajaja que idiota eres xD

—¡Auch! —exclamo, llevándome una mano a la frente, porque me acabo de dar un cabezazo contra la puerta de la cocina. Acto seguido, me tapo la boca, consciente de que he hablado demasiado alto—. Demonios, espero que no me haya escuchado nadie.

La razón de mi preocupación es que son casi las seis de la mañana y deduzco que mi familia sigue durmiendo. Acabo de llegar a casa después de pasar el domingo con Rainer en un concierto, y me estoy muriendo de sueño. Mi plan es sencillo: iré a la nevera, picaré algo y me entregaré a la atrayente comodidad de mi cama sin que nadie me vea, aprovechando que este lunes no hay clases. Simple. ¿Qué podría salir mal?

—¡Samuel! ¿Qué horas son estas de llegar? —exclama de pronto mi hermana, y yo reacciono cerrando con un golpe la nevera. Adiós, aperitivo matutino, pronto nos reencontraremos. Me giro y ella me mira de arriba a abajo, achinando los ojos cuando los posa en mi cuello. ¿Ahora qué le pasa? ¿Le ha salido la vena vampírica?—. Iugh, qué mal hueles a... ¿Tabaco? Bueno, a algo parecido al tabaco.

—Es que he llegado ahora. ¿Por qué ya estás levantada?

—Papá y mamá tenían turno de mañana y yo debo ir a renovar el pasaporte. Así que te toca encargarte de hacer la compra y de estar con Samuel. —Bufo y le señalo mis ojeras, ella se encoge de hombros—. Se siente, hermanito, pero hoy no dormirás, así que vete a darte una ducha para despejarte; dos por uno, porque apestas.

—Exagerada —murmuro, abriendo una alacena para buscar un paquete de galletas.

—Lo que tú digas. ¿Qué tal lo pasaste con tu amigo?

—Genial.

—Eso está bien —responde, seria, detalle que me extraña porque lo normal en ella es que me conteste cortante o alegre, no así.

Rompiendo mi monotonía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora