XXIII

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Taylor

Convencer a Albert de irnos había sido difícil, él estaba más ebrio que yo, además de drogado, papá iba a matarnos.
Tomé el volante y con todo el cuidado y el miedo, manejé hasta la casa.

Decir que mi hermano no era más gracioso ebrio sería mentir, en todo el camino reí. Pero al llegar a casa hice hasta lo imposible por callarlo y dejarlo en su habitación asignada. Había sido una odisea, pero por fin había acabado y podría descansar.

Entré a mi cuarto y le puse seguro, como siempre.
Me quité los zapatos, la chaqueta, el jersey, la playera, el sostén y volví a ponerme el jersey, me metí a la cama, tenía compañía, Betty, seguramente, pero tenía la mayoría de la cama, al menos ésta era grande, antes cabíamos muy bien, ella, Scarlett y yo. Me dormí en mi lado de la cama y me dejé vencer por el alcohol.

No sé qué hora era cuando desperté, la luz que estaba por la ventana me indicaba que no era muy temprano.
Un peso sobre el abdomen y sobre mi hombro izquierdo llamó mi atención, seguro era Betty.

—Despierta, Betty

—Estoy despierta

Giré mi rostro en dirección a donde provenía la voz, Betty estaba sentada en la silla de mi escritorio, leyendo, giré rápidamente a la persona que me abrazaba, mi cuerpo se relajó al saber que era Scarlett.
¿Qué hacía Scarlett durmiendo en mi cama? Se suponía que estaría con sus padres en la casa Rogers.
Se abrazó más fuerte a mí.

—Buenos días

Su voz ronca y pesada, como si no quisiera hablar.

—Buenos días

Sus ojos se abrieron de par en par, parecía asustada.

—¡Taylor!

Me soltó.

—Era mejor cuando me abrazabas

Bromeé, mi sonrisa se borró cuando apartó la mirada con brusquedad.

—¿Todo bien?

Pregunté preocupada.

—Eso debería preguntarte yo, te fuiste sin decir nada a quién sabe dónde y luego de la nada estás en la cama conmigo y...

Me sonrojé, pero me sonrojé más cuando la voz de Elizabeth la interrumpió.

—¿Y si mejor se casan?

Desaparecerla unos segundos habría sido perfecto.

—Estoy bien, estoy aquí, es suficiente

Me miró molesta.

—¿Qué hacía si algo te pasaba y yo...?

Calló, enrojeció y se apartó de mí para pararse al lado de Elizabeth.

—No pasó nada, estoy bien

—Me preocupo por ti

Bufé. Betty sólo nos veía con cierta diversión.

—No te preocupes, yo siempre voy a estar bien

—¿Lo prometes?

—Lo prometo

Caminó rápidamente a abrazarme, su perfume me atrapó y el olor del whiskey, miré molesta a Betty por eso.

—Te quiero tanto, Taylor. Lamento lo de anoche, lamento no haberte hablado, lamento tener que fingir que eres invisible, yo...

—No tienes que disculparte por cosas que sé

—¿Me quieres?

—Sabes que sí

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora