XXVII

483 36 5
                                        

Scarlett

La universidad resultaba agotadora a veces, pero se me hacía agradable, gracias a Samantha Walker, ambas estudiábamos economía, estaba cerca de la escuela de Betty y Taylor, que era arte, aunque ambas estudiaban en distintas ramas y Betty ya estaba en ciclos superiores.
Aún no entendía cómo economía estaba en la misma facultad que arte y aunque estaban separadas por escuelas yo seguía sin entender.

Sam había estado conmigo desde el primer día, nos guiábamos mutuamente y con el pasar del mes nos habíamos hecho muy cercanas, demasiado cercanas.
La tenía en mi pensamiento diariamente, me atraía mucho y sonreía cada vez que la recordaba.

Nuestro primer beso había sido en el salón, acababa de entrar y caminaba a mi lugar, empecé a ir más lento cuando ví a Sam hablando con los chicos que la miraban y le sonreían retadoramente. Sam me miró, no supe leer su expresión, se puso de pie y caminó hasta donde me encontraba yo, caminaba lento, pero en sus ojos se notaba determinación, una mirada que alertó a mi cerebro, se dibujó una sonrisa entre seductora y juguetona, pero finalmente se convirtió en una sonrisa boba. Su cuerpo se acercó tanto al mío, no entendía, pero lo único que hice fue retroceder hasta chocar con la pared, se pegó a mí, me miró y por último me besó, no me lo podía creer, sobre todo porque los chicos le vitoreaban, sus labios eran suaves, tenía un ligero sabor a uva, debía ser producto de su goma de mascar, siempre estaba mascando uno de ese sabor.
Al final sonreí y esa sonrisa no se borró en todo el día, incluso Taylor lo había notado.
Sam me gustaba desde el principio, pero en ese momento no había nada concreto.

*

Era seis de noviembre cuando me pidió que fuera su novia, sus ojos castaños brillaban con la emoción. Acepté, estaba feliz con aquello, por un instante olvidé todo de mi vida, lo único que existía era Sam, sus palabras, su mirada, su sonrisa y lo que yo sentía.
Había olvidado a mi madre y su aparente homofobia, había olvidado a mi padre y su siempre "sí" a lo que su esposa decía.
Había olvidado a Taylor, a lo que sentía por ella y a que nunca había elegido una pareja porque a quien quería era a ella, pero acababa de olvidarla para decirle sí a Sam ¿Entonces no la amaba de esa forma? ¿Lo había confundido todo? Había estado con Fred y Nicholas sólo por aparentar frente a mi madre, pero Sam no era parte de eso, por obvias razones, ella sí me gustaba, a ella sí la quería.

Mirando a la carretera mientras manejaba, la razón llegó a mí. De cierta forma era mi peor decisión, había visto el comportamiento de mi madre con Taylor, su manera de hablarle, el rechazo que le brindaba, el asco y el odio en su mirada y sabía que era capaz de interponerse entre Taylor y sus novias ¿haría lo mismo conmigo? ¿Era capaz de lastimarme sólo por querer a una chica?
Realmente no quería averiguarlo y fue en ese segundo que me pregunté: ¿Qué voy a hacer ahora?

No creía tener el valor de estar con Sam, pero tampoco quería estar sin ella, no quería que mi madre la alejara de mí, no quería alejarme forzosamente de ella. No quería que nos distanciáramos como había sucedido entre Taylor y yo...

Taylor...

Sentí el dolor en mi pecho, el dolor de la distancia y el vacío, el dolor de los recuerdos con ella. Pero debía superarla, superar ese amor platónico y vivir mi vida de una vez por todas. Ella era feliz con Emma y yo merecía lo mismo.

*

Las tres se veían animadas bebiendo su chocolate caliente, afuera estaba helando.
Betty estaba al lado mío, mantenía una animada conversación con Emma sobre temas que yo no entendía. Me dedicaba a observar a Taylor, pero desde que yo había llegado junto a Betty, ella no me había mirado ni una sola vez y no lo entendía, normalmente compartíamos miradas y muecas o sólo manteníamos los ojos fijos en la otra, como si habláramos con la mirada, pero nada de eso estaba sucediendo.

—...¿verdad, Taylor?

Su novia le estaba llamando la atención, pero ella lucía desubicada.

—¿Eh? ¿De qué?

Las otras rieron.

—Está enamorada

Betty comentó en broma, no aparté mi vista de las chicas frente a mí, Emma la miraba expectante, pero sin ningún gesto. Taylor no miró a nadie, su expresión seria se mantenía.

—Voy al baño

Anunció dejándonos en silencio.

—Iré a ver qué le sucede

Me levanté y caminé al baño, cuando entré la ví mojándose el rostro, una mujer más allá la miraba de reojo, se notaba su desconfianza, seguro creía que se trataba de un chico en el baño de mujeres.

Me paré junto a Taylor y con mi mano izquierda toqué su hombro.

—¿Estás bien? ¿Todo bien?

No se inmutó, pero nuestra miradas se encontraron a través del espejo ¿Había llorado? El tono rosa en sus ojos la delataban.

—Estoy bien, Scarlett, no debes preocuparte por mí

Su voz seca, su tono frío, su expresión escéptica, sólo actuaba así conmigo cuando estaba molesta y no entendía las razones que tenía para estarlo, no recordaba haber hecho algo que le provocara estar así. Aunque en realidad ya no me sorprendía que actuara así, así era con todos, quizás me había estado sintiendo especial desde siempre y no lo era.
Me esquivó dirigiéndose a la puerta, la detuve sosteniendo su muñeca y girándome por completo a ella.

—Sé que algo te sucede, puedes decírmelo. Sé que no he hecho ni dicho algo que te incomode ¿a caso sucede algo con Emma? ¿Con Betty? ¿Con los abuelos? ¿Mi madre te ha vuelto a molestar?

—No

Fue su única respuesta, se soltó y me dejó ahí, con mil preguntas en la cabeza e innumerables sensaciones y emociones reducidas en impotencia.
Ya no sabía qué hacer. Yo era quien siempre estaba detrás de ella y ella... Ella ni siquiera me daba la hora, ella no movía ni un músculo por mí, era agotador, no quería estar más así. Debía dejar que fuera quien quisiera y lidiara con sus problemas sola, quería dejar de ir tras ella cada vez que parecía que algo le sucedía, Taylor me rechazaba y yo sólo me tragaba sus desplantes.
Sequé una lágrima mientras me mentalizaba soltarla.

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora