IX

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Taylor

El siguiente día teníamos esa clase juntas, la observaba desde mi asiento y aunque al salir del salón nos encontramos en el pasillo, ella no me habló, ni mucho menos me miró. Y así fueron los siguientes días y la siguiente semana.
Realmente no me importaba, pero me resultaba extraño por su personalidad alegre y jovial.

—Gryffin, Hawk, Michaelson...

Dejé de ponerle atención al profesor y me distraje viendo a mi alrededor, quería saber quién se apellidaba "Michaelson", sólo escuchar ese apellido me traía imágenes de ella y un vago deseo me hizo creer que de pronto la vería en alguno de los asientos.

Todos parecían moverse de lugar, de pronto ví a Emma sentándose cerca de mí, también Vincent se sentó con ella.

—Entonces...

Dijo Emma sacando su libreta de apuntes. Eso me sacó de mis pensamientos.

—¿Qué sucede?

Miré a ambos sin entender.

—Jaja ¿otra vez perdido en tus pensamientos, Taylor?

Vincent reía con diversión, no era secreto que tenía esos momento de abstracción.

—El profesor mandó hacer grupos y trabajar en...

—¿Y Michaelson? 

—Yo soy Michaelson, Vincent Michaelson

—Ah, bueno

Usé un tono de voz que demostraba que le restaba importancia.

—¿Ya podemos continuar o faltan más presentaciones?

Vincent sí reía con ganas, yo por otra parte seguía sin comprender qué era lo que íbamos a hacer.

—Vincent, tu cuaderno

Me lo entregó y pude anotar en el mío todo lo que no sabía.

—¿Qué te tiene así?

Preguntó el chico, solíamos hablar, aunque no éramos muy amigos.

—No es nada

Devolví sus apuntes.

—¿Estás enamorado?

—No

Fue rotundo y sin vacilación. Emma me miró alzando las cejas, como si no me creyera.

—¿Entonces?

—Ya te dije que no es nada

No estaba satisfecho, lo sabía.

—Estamos en confianza, puedes decirlo

—Ya no lo molestes, Michaelson

Vincent la miró y me miró, una sonrisa ladina se formó en sus labios.

—¿Te distrajo saber que trabajarías con Emma?

—No, tu apellido me distrajo... Me hizo pensar en alguien

Dije sorprendentemente sincera. Guardé mis cosas y salí del salón, las clases acababan de terminar y no tenía ganas de quedarme con ellos.
Fui hasta mi automóvil y me encerré, encendí el estéreo para oír música.

—¿Cómo estarás, Andy?

No había podido contactarla ni en redes sociales y aún me preocupaba, no sabía si estaba bien o no. La culpa no me dejaba en paz, no había día en el que no me hubiera sentido intranquila, había comprendido el peligro que implicaba estar conmigo, nadie más podía entrar en mi vida o...
El sonido de unos golpesitos en mi ventana me trajo de vuelta a la realidad, eran Emma y Vincent. Bajé el vidrio para saber qué era lo que querían, y después largarme.

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora