The Gryffin's Sins

LI

Taylor

Podía sentir su aroma, era el mismo de siempre, sus brazos me apretaban contra ella, indicándome que no quería soltarme, que quería permanecer así más tiempo, sin embargo yo no quería lo mismo, quería que me soltara, me hacía sentir incómoda.

—Mamá, ya me puedes soltar, me dejas sin aire

De a poco me soltó, aún así no se alejó.

—Tengo muchos días sin verte, te he extrañado ¿Estás comiendo bien?

—Sí, mamá, me estoy cuidando

—Bueno, pasa, tus hermanos no tardan en llegar

Me hizo caminar con ella a la sala, Betty y Carly estaban allí. Y si Betty estaba, Louis también.

—Tía querida

Dijo Betty caminando a mi encuentro, le dí una fugaz mirada a Carly y posteriormente abracé a Elizabeth al tiempo que veía a mi madre alejarse, seguramente con dirección al despacho de mi padre.
Betty me arrastró al sofá junto a Scarlett.

—Espero puedan disimular sus miradas, aunque realmente no son nada nuevo, pero no sean obvias

—Hemos jugado ese papel por muchos años

Intervine. Porque la verdad era esa y todo había salido bien, o casi todo.

Como dijo mi madre, más tarde llegaron mis hermanos. Estaba en la sala hablando con mi padre cuando Bill y Albert llegaron. Me levanté a saludarlos, ellos me abrazaron al mismo tiempo.

—Así me gusta, ver a mis muchachos juntos

Los tres miramos a nuestro padre.

—A que tienes a los hijos más guapos

Bromeó Albert abrazándome por los hombros.

—Taylor es el más guapo de los tres

Opinó Betty, Scarlett asintió y yo me sentí sonrojar.

—El más pequeño siempre es el más guapo

—¡Mamá, de qué lado estás!

Se quejó Bill. Mi madre se acercó a nosotros para apretarle una mejilla.

—Tú también eres guapo

—¿Quién más es guapo?

Esa voz interrumpiendo todo, mientras el silencio era lo único que había, yo me solté de mis hermanos y me senté junto a mi padre, sintiendo una ligera incomodidad.

—Lily, pasa

Mi madre rompió el silencio.

—¿Y Edward?

Preguntó mi padre.

—No pudo venir ¿hay algo en lo que te pueda ayudar en la cocina?

—No, Louis y yo ya preparamos todo. Lo mejor es que todos pasemos a la mesa

La comida era tranquila, los de la conversación como siempre, eran Albert, Bill, Lily y mis padres. Albert de cuando en cuando me miraba y a Scarlett también. Louis parecía imparcial a todo.
Betty susurraba algunas cosas tontas a mi oído y Scarlett estaba junto a ella a su otro costado. Y todo estaba bien, pero todo lo que está bien se termina rápido.

—¿Y porqué te has ido?

Preguntó Lily.

—Aquí con tus padres lo tienes todo, no necesitas trabajar, puedes dedicarte sólo...