XVII

513 33 4
                                        

Taylor

No sabía qué hora era, un portazo me había despertado dándome un susto.

La luz entraba por la ventana y yo me sentía perdida con respecto al lugar en el que me encontraba.
Mis brazos estaban aferrados a algo que segundos después supe que era la cintura de Scarlett. Ella también parecía desorientada.

—¿Qué fue eso?

Su voz sonaba adormilada, pero molesta.

—¡Nos vamos!

Esa voz nos sacó de la comodidad, me sentí más despierta que nunca, me sentí palidecer y con miedo. Era éste tipo de cosas las que deseaba con toda mi alma evitar y que nunca pasaran, estaba segura qué era lo que venía a continuación, nunca estaba preparada para estos encuentros en los que siempre era yo quien perdía.

—¿Mamá?

Se giró para ver a Lily, yo hice lo mismo, se notaba molesta y no tenía la menor idea de porqué estaba allí, pero sabía qué era lo que le molestaba.

—Ve por tus cosas, ya nos vamos

—Pero...

—¡Obedece!

Dijo más fuerte. Desconcertada salió de la cama y salió de la habitación. Al hacerlo mi hermana se acercó a mí.

—Te queda determinadamente prohibido acercarte a mi hija

Yo sentí que me había hundido en la cama, me atreví a preguntar:

—¿Porqué?

—¡Sabes porqué!

—Si lo supiera no te preguntaría

Por dentro moría de miedo, pero no lo demostraría, actuaría tan insolente como creían que era. Era una manera de ser fuerte cuando no lo era en realidad.

—¿Estar durmiendo de esa forma con ella te parece...?

—¡Ya dijiste! ¡¡Durmiedo!! ¿Qué tiene de malo?

—Viniendo de ti tiene todo de malo. ¡Esa no es la forma adecuada para dormir con tu sobrina!

—Te estás escuchando ¿verdad? ¡Estábamos durmiendo! ¡No teniendo sexo!

Me dio una fuerte bofetada que dejó ardiendo mi mejilla.

—¡Y ni se te ocurra!

—Si eso quisiera, lo hubiera hecho hace mucho tiempo ¡¡Y ni tú ni nadie lo sabría!!

—¡Te quiero lejos de ella o vas a arrepentirte!

Salió de la habitación y tras ella yo con el corazón palpitandome a mil, me sentía molesta de lo que estaba sucediendo, era una estupidez.

—¡No puedes alejarla de mí y lo sabes!

—Claro que puedo alejarla de ti

Bajábamos las escaleras, en la sala noté la presencia de mis sobrinas.

—Es mi familia, no puedes prohibirme eso

No me molesté en hablar más bajo, con los gritos que nos dimos en la habitación era obvio que ellas sabían lo que sucedía.

—Es mi hija y puedo hacerlo

—No entiendo qué es lo que te molesta

Se volvió a mí y presionó su dedo índice en mi pecho.

—Tú te irás al infierno, no quiero eso para Scarlett, tampoco quiero que tus gustos enfermos le afecten, demasiado he dejado que convivan juntas ¡pero eso termina hoy!

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora