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Taylor

Por la mañana me presenté a la Casa Tudor, para ayudar un poco, estuvimos de aquí para allá, había mucha gente arreglando todo, para que obviamente el evento fuera impresionante y estaba segura que lo sería.

Alrededor de las tres de la tarde volví a mi casa, tomaría un baño y me vestiría sin prisas. Al abrir la puerta me encontré con Elizabeth.

Me senté junto a ella en el sofá, yo sabía porqué estaba allí.

—Ya lo tengo resuelto. Hay una copia hasta bajo la alfombra de la sala de los abuelos, en el estudio del abuelo, en tu habitación, en mi casa, en el apartamento de Vincent y un respaldo en mi computadora

—Sinceramente te lo agradezco

—Todo por mi tía favorita

—Siento raro cuando me llamas tía

Quedé en silencio un momento y ella tampoco habló, últimamente tenía una sensación extraña, tenía siempre éste deseo de llorar, tenía miedo, miedo de que todo lo que conocía, todo lo que amaba y todo lo que deseaba terminara y no hubiera vuelta atrás, que el final fuera definitivo.

—Voy a arreglarme ¿Elizabeth?

—Dime

—¿Podrías, después, llevarme con mis padres?

Me observó por unos segundos, lentamente apartó la mirada.

—Por supuesto que sí

—Gracias

Me permití llorar bajo la regadera y no supe si lo que quería era sacar lo que sentía o suprimirlo, lloraba con los ojos cerrados y la mandíbula apretada, poco a poco los pensamientos se disiparon y el deseo de llorar también, me sentí un poco mejor al pensar en Scarlett, en imaginarme cómo se vería esa noche y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro.

Elizabeth estacionó frente a la casa de mis padres, ninguna de las dos bajó de inmediato. Observé por la ventana aquella casa en la que había vivido y crecido.

Abrí la puerta y bajé, seguida de Betty. Mi madre había abierto la puerta, la ví sorprenderse, pero sin preguntas ni nada nos hizo pasar. Sentadas las tres en la sala, por fin hablé.

—Espero que hayas estado bien, madre

—He estado bien, pero ahora que te veo aquí estoy mucho mejor, me alegra verte. Y veo que te ves muy bien con ese traje...

Guardó silencio por un momento, observándome detenidamente y con curiosidad.

—¿A qué se debe?

—Un evento en mi trabajo

—¿Dónde trabajas?

—En la Casa Tudor

—Hay una exposición

Ella dijo sonriendo, también sonreí a medias, la voz de mi padre nos interrumpió.

—Escuché una voz que me llamaba

—Taylor no te llamaba

Dijo mi madre, con una mueca de diversión.

—No es necesario, sólo escuchar su voz es suficiente

Se sentó junto a mi madre, al verlos así sólo deseé una cosa, caminé al sofá que ellos ocupaban, cada uno se movió un poco a los lados y pude sentarme en medio de ellos, los miré, a cada uno, sonriendoles en ese momento me sentía como un niño pequeño.

—¿Papá?

—Dime

—¿Qué es mamá para ti?

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora