XLV

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Scarlett

Me sentía exactamente como si acabara de terminar con una larga relación.
Todo estaba mal, muy mal, ahora Taylor seguramente no iba a querer estar cerca de mí. Y yo misma había dicho que no me importaba si ella no estaba conmigo, tan sólo con que estuviera bien de salud, pero era mentira, quería estar con ella.
Había vivido un poco de la felicidad que tendría si estaba a su lado y fue una felicidad efímera que se había ido incluso más rápido que como llegó.

Suspiré y me dejé caer en la cama, las lágrimas salían solas y los suspiros seguían, como si con ello pudiera controlar el dolor que sentía en mi interior.

—Ya están lis...

Betty acababa de entrar, había olvidado que ambas nos pusimos de acuerdo para ver películas con Taylor y ahora no iba a ser.

Se sentó a mi lado, no la miré, pero ella sí a mí. Me secó una de las mejillas y habló.

—¿Qué sucedió?

Su voz era suave y cautelosa.

—Taylor lo recordó

—¿Qué recordó?

—Que soy su familia, que soy su sobrina y que no podemos ni debemos estar juntas

—¿Dónde está ahora?

—Se fue, hizo... Hizo una maleta y se fue

—¿Y nadie sabe?

—No sé, preferí quedarme aquí... Temí que llegara éste momento, que nuestro vínculo la hiciera alejarse... que me dejara

Betty me abrazó, se acostó a mi lado y se quedó allí un momento.

—¿Estarás bien?

—Sí

—¿Segura?

—Sí, no puedo quedarme encerrada para siempre aquí ¿A dónde irás?

—Tengo que hacer algunas cosas, vuelvo en un rato

Me dió un beso en la mejilla y salió de la habitación.

Me quedé un rato más, hasta que las lágrimas cesaron, me metí al baño a lavar mi rostro y borrar lo que quedaba de aquel momento.
Ahora el asunto sería decirle a la abuela lo que Taylor había hecho.

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Betty

Desde que Scarlett dijo que Taylor había recordado que eran familia, tuve un presentimiento y necesitaba encontrarla pronto.
Salí por la puerta, que había encontrado abierta al llegar, la abuela y la madre de Scarlett estaban en la cocina, las cosas pasaban en sus narices y ni cuentan se daban.

Subí a mi carro y manejé a la universidad, si quería encontrar a Taylor debía pensar como ella, pero necesitaba que alguien me ayudara, Scarlett no era opción, ella querría ir conmigo al encontrar a Taylor, o al menos saber de qué hablamos.
Entonces mi mejor opción era mi novio, sino me equivocaba estaría, como siempre, en la biblioteca universitaria, estudiando.

—Phill

Lo llamé, cuando alzó la mirada me senté frente a él, tenía esa expresión de que se acababa de desconcentrar.

—Elizabeth... Creí que estarías en casa de tus abuelos

—Sí, sólo que pasó algo y vine por tu ayuda

Cerró sus libros y me miró fijamente.

—¿En qué puedo ayudarte?

—Taylor se fue y no sé dónde puede estar, no quiero llamarla, la alertaría

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora