XLIX

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Taylor

Dos semanas después.

Encontrar trabajo no había sido fácil y obtener uno, si no fue por suerte, fue porque ellos me necesitaban más a mí que yo a ellos.
Comencé a trabajar en el museo "La casa Tudor", entraba a las ocho de la mañana y salía normalmente a las cuatro o cinco de la tarde. Normalmente limpiaba, acomodaba o ayudaba en los eventos, todo se debía hacer con el cuidado de no arruinar nada de lo que componía la casa, ni siquiera el jardín.
Al menos estudiar arte en la universidad me ayudaba un poco, aunque todos ya sabían que por el momento no asistía.

Fue en ese lugar en el que me enteré que mi accidente había sido noticia en televisión y el periódico local.

—Es una suerte que estés viva

Me había comentado mi jefa el día que el tema salió a relucir.

Era entretenido trabajar en el lugar. Recién se había ido la persona a la que reemplacé y mi llegada, según algunos, había sido un alivio. En una semana había un evento y necesitaban ayuda; para limpiar, decorar, acomodar y todo lo que se debía hacer, las llamadas, confirmación de asistencia y todo lo demás.

Estaba cansada, había salido a las cinco con treinta minutos. Betty me esperaba afuera siempre y me llevaba a mi casa o iba con ella y cenaba con su familia.
No había puesto un pie en la casa de mi padre desde que me había ido, hablaba con ellos cada noche, hasta que mi madre me insistía volver, entonces la llamada terminaba, porque yo cortaba.
Lily me había llamado el segundo día de estar en el departamento, cancelé su llamada, no quise responder. Sin embargo me envió un mensaje.

Supe que te has ido de casa de tus padres, si necesitas algo puedes venir con nosotros

Un sonido de ironía había salido de mi garganta en ese momento.

Suspiré al estar fuera del museo, Betty ya estaba allí. Caminé lentamente hacia ella.

—¿Día pesado?

—Sólo estoy cansada

Subimos al carro y seguimos hablando.

—Tú querías trabajar acá, pudo ser donde yo trabajo, dos días libres y saldrías más temprano, además de ser medio tiempo

—Eso es porque estás estudiando

—Es más difícil. A veces no queda tiempo para estudiar adecuadamente, poco tiempo para las tareas

—Nada es fácil

Respondí.

—¿Cenarás con nosotros?

—Louis...

—Mi madre me pidió que te preguntara

—Entonces sólo iré a casa a ducharme y cambiar mi ropa

—¿Quieres que vaya por ti?

—No, llegaré en taxi

Se estacionó, nos despedimos y fui a mi apartamento. Dejé mi mochila sobre el sofá y fui a la cocina por un vaso con agua.

Louis nunca tomó partido, nunca mostró si estaba de mi lado o no. Pero desde que vivía sola ella se preocupaba por mí, estaba más cerca de mí.

Nunca tocamos temas como mi orientación sexual, mi accidente, la razón para irme de casa, Lily, ni ninguno que causara problemas, polémica o hasta heridas en muchos de nuestra familia, ella simplemente...me daba mi espacio.

Entré en la habitación arrastrando los pies, quería profundamente lanzarme a la cama y dormir, pero no podía despreciar a Louis.
Con desgano me quité los zapatos y posteriormente la chaqueta. Las luces apagadas y las cortinas cerradas me alentaban a dormir. Me quité el pantalón y miré fijamente mi cama, un extraño movimiento llamó mi atención, alertada encendí las luces de la habitación.

The Gryffin's SinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora